Motor económico en riesgo – El Universal, México

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Las fortalezas económicas del país se encuentran débiles o amenazadas. Por décadas, la economía de México se basó en la producción y exportación petrolera. Poco a poco el escenario se fue diversificando. La industria automotriz y el turismo se unieron al grupo de motores económicos.

Hoy, el petróleo perdió el vigor de antaño. La exploración, la producción y por supuesto la exportación se encuentran en niveles muy lejanos a los de inicio de este siglo, cuando se producían más de 3 millones de barriles diarios.

Los otros dos rubros, el sector automotriz y el turismo, gozan de buena salud, pero se encuentran amenazados.

La producción de vehículos, impulsada desde 1994 por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, generó una cadena industrial de alto valor en diversas regiones del país y México se posicionó como potencia manufacturera con mano de obra de calidad. Este 2017 la industria, sin embargo, vive un periodo de incertidumbre por la renegociación del TLCAN y las hasta ahora inamovibles exigencias que ahí está planteando Estados Unidos, lo que coloca al pacto comercial en riesgo de que termine en cualquier momento si Washington no varía su postura.

El turismo se encuentra probablemente en una situación más grave, pero no por amenazas externas, sino por la omisión de gobiernos locales que han generado vacíos de poder permitiendo a bandas criminales controlar la vida económica e incidir en el clima de negocios; además del riesgo que representa para visitantes llegar a lugares con elevados índices de criminalidad.

Unos de los primeros destinos en padecer esa situación fueron Acapulco y Zihuatanejo, que aún no recuperan las cifras de visitantes en sus épocas de mayor auge. A Guerrero siguió Quintana Roo; desde hace años en la Riviera Maya la delincuencia organizada se ha vuelto común. En enero de este año una balacera en un bar de Playa del Carmen dejó cinco muertos; al día siguiente las instalaciones de la Fiscalía General del estado, en Cancún fueron atacadas.

Ahora es Baja California Sur, como lo ha documentado EL UNIVERSAL. En un solo día la cifra de homicidios es similar a la que se registraba durante todo un año hace dos décadas. La entidad es sitio de descanso frecuente del turismo estadounidense. No hay reportes aún de impacto en el arribo de visitantes, pero no se debe esperar a que ocurra.

Si México deja que sus principales motores económicos pierdan vigor, las consecuencias serán muy difíciles de revertir. El riesgo mayor se encuentra actualmente en los destinos turísticos, en los cuales el gobierno federal y el sector privado han destinado millonarios recursos para promoción y construcción de infraestructura. Los sitios están bien posicionados en el mundo, pero bastará un incidente para que la situación se modifique.

El Universal

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