Gerónimo Ayala, líder del primer partido político indígena de Paraguay: “Vemos importante la inclusión para que una democracia sea intercultural”

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Por Roberto Irrazábal.

Con tono humilde, pero con la firmeza de un líder natural, el candidato a senador del primer Movimiento Político Indígena Plurinacional del Paraguay, en entrevista con ÚH, explica la necesidad de los nativos de ser incluidos en la sociedad paraguaya y el mundo, así como también la necesidad de proteger su cultura, donde sobreviven sus creencias, sus lenguas y su vínculo con la naturaleza.

–¿Cómo nació el sueño de conformar un movimiento político indígena?

–Y esto empezó en el 2014 con la idea de que los pueblos indígenas tengamos una voz propia, entonces empezamos a hablar con las comunidades de la Región Oriental y luego del Chaco, donde los líderes dijeron que hace tiempo se viene soñando con eso, y esta etapa de consultas duró dos años, y luego fundamos el año pasado el movimiento y luego entramos en la etapa de reconocimiento, donde el TSJE nos pedía 12.000 firmas a nivel nacional.

–¿Cómo les fue en el proceso de juntar firmas?

–Nosotros como equipo nos propusimos la meta de 15.000 firmas, y llegamos a 18.000, pero unas dos mil personas no figuraban en el padrón electoral y tres mil tenían problemas con las firmas. Nosotros usamos el WhatsApp para enviar el PDF de las planillas para la gente que está en el exterior, gente de Argentina, EEUU, España, y luego nos enviaban por encomienda con las firmas. En Paraguay también usamos ese sistema, especialmente con los hermanos indígenas del Chaco, y como ellos no tenían forma de imprimir las planillas, entonces copiaban a mano y firmaban.

–¿Tuvieron trabas respecto a los que no escriben o no están empadronados?

–Realmente fue todo un desafío, más aún en las comunidades donde las personas no firmaban, en estos casos utilizaban su huella digital, los que tenían documento y estaban empadronados, como exige la ley. En poco más de tres meses fue que llegamos a esa cantidad de firmas, con grupos de jóvenes indígenas que recorrían Encarnación, Coronel Bogado, Jesús y Trinidad, otro grupo en Ciudad del Este y dos fines de semana en Asunción, donde familias enteras firmaron; fue una gran experiencia.

–¿Cómo sienten este reconocimiento como grupo político?

–Para nosotros, el reconocimiento del movimiento ya es un avance importantísimo, con relación a la política indígena en el Paraguay. De hecho que los indígenas han participado en varias ocasiones, pero con otros movimientos y partidos no propios. Ya en los años 90, los líderes indígenas tenían la idea de que los pueblos indígenas participen en las elecciones, pero por problemas de diversa índole no lograron reconocimiento, por eso la importancia de este movimiento, porque es el primero en tener reconocimiento de la Justicia Electoral.

–¿Cómo fue tu vida?

–Yo soy del pueblo Mbyá Guaraní, mi comunidad se llama Pindó, ubicada en el distrito de San Cosme, en Itapúa. Llegamos ahí en el año 1988, cuando yo tenía 8 años, reubicados por Yacyretá por la suba del embalse. Mis abuelos vivían antes en la Isla Yasyretá. En Pindó hice mi segundo grado, después tuve que salir para seguir estudiando porque solo hasta sexto grado había allí, entonces me fui a Coronel Bogado, la ciudad más cercana. Para el cuarto curso me fui a Encarnación, ingresé en el Colegio Técnico Nacional y terminé el bachillerato como maestro mayor de obra en construcciones civiles. Después ya hice el curso probatorio e ingresé en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Itapúa y en el 2011 me recibí como arquitecto, y el año pasado terminé un posgrado en didáctica universitaria.

–¿Qué es lo que más recordás de tu infancia?

–La primera época, cuando nos fuimos, era básicamente una gran selva, había mucho bosque. Al comienzo no había escuela, entonces teníamos que ir con mi hermano a otra comunidad llamada Ñuahu, ubicada a cuatro kilómetros de la comunidad, caminábamos descalzos ida y vuelta. Después se construyó la primera escuela en la comunidad Pindó. La EBY daba becas a los jóvenes y aproveché eso hasta el segundo año de Arquitectura y luego ya fui becado por la Universidad Católica.

–¿Era tu sueño ser arquitecto?

–Mi primer sueño era ser futbolista, pero no se pudo dar ese sueño, luego seguí otro sueño: estudiar arquitectura, y cuando hice mi tesis justamente me enfoqué en un proyecto de mejoramiento habitacional para las comunidades indígenas de Itapúa, y luego presenté a varias autoridades, aún sin respuesta, pero es un planteamiento que tiene en cuenta la realidad de las comunidades, con desafíos para ser autosustentables, considerando la soberanía alimentaria.

–¿Cómo ves la situación de aislamiento de muchas comunidades?

–En los recorridos para crear el movimiento llegamos a comunidades donde ni colectivo llegaba, es una realidad triste como la del idioma, acá se considera oficial al guaraní, pero en el país hay 19 pueblos y 19 idiomas… y la gente desconoce esta situación, los que somos de la familia guaraní hablamos diferente entre nosotros, y después está el guaraní-español, el yopará.

–¿Cuáles son las principales amenazas que sufren las culturas?

–Para mantener la cultura viva, los pilares fundamentales son los abuelos, abuelas y padres de cada cultura. Acá en Paraguay los que más problemas tienen son los Manjui, del Chaco, que no llegan a 1.000 personas, y lo que están haciendo es tratar de pasar su lengua oral a una escrita.

–¿Y los problemas respecto al territorio?

–Acá en Paraguay hay muchísimas comunidades que no tienen título, y es un factor que hace que los indígenas sigan en la extrema pobreza, porque es algo básico para vivir hoy en día. El territorio es fundamental para mantener la cultura y la relación con la madre tierra, es un factor fundamental para el desarrollo y vemos esa realidad como algo importante para pelear dentro del Congreso con proyectos de ley.

–Un tema importante es la falta de cumplimiento de la Constitución sobre lo que establece sobre los pueblos originarios.

–La Constitución establece muchas cosas, como por ejemplo que no se puede desalojar a las comunidades; sin embargo, en la práctica se da otra cosa, por eso vemos la importancia de este movimiento, de poder fortalecer la protección jurídica de las comunidades con equipos que protejan. Sabemos que más del 70% de los indígenas viven en la extrema pobreza, y las instituciones no tienen la capacidad de poder solucionar y por eso es importante que los líderes indígenas participen en las iniciativas.

–¿Cuáles son tus expectativas en el Senado?

–La expectativa es grande, las comunidades siempre plantearon proyectos a los diferentes gobiernos, pero al no tener una voz quedan en el papel… Las poblaciones indígenas hacemos énfasis a la importancia de la inclusión para la construcción de una democracia intercultural, si queremos un país mejor depende de nosotros y las decisiones políticas son las que definen el destino del país.

Su perfil

Nacido en la comunidad indígena mbyá guaraní Pindó, la cual fue afectada por la suba del embalse de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en el Departamento de Itapúa, gracias a grandes esfuerzos y la ayuda de sus padres, Gerónimo Ayala hoy es un arquitecto profesional, líder del Movimiento Político Indígena Plurinacional del Paraguay, el primero reconocido del Paraguay, y candidato a senador de los 19 pueblos originarios.

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