Federico Galende, investigador y docente: “A Chile le hacen mejor los gobiernos de derecha puesto que la gente sale a la calle”
Entrevista de NODAL al filósofo y escritor argentino Federico Galende, radicado en Chile
Por Luca Guillén – NODAL
“No estoy seguro que Sebastián Piñera gane en primera vuelta, pero en segunda es prácticamente inevitable”, dice el doctor en Filosofía y escritor argentino Federico Galende, radicado en Chile hace varios años. En diálogo con Nodal, este investigador posdoctoral de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) analiza el panorama político chileno de cara a las próximas elecciones presidenciales del 19 de este mes. Ante este portal, Galende, que además trabaja como profesor universitario y es autor de numerosos libros, augura que de ganar el expresidente Sebastián Piñera actualmente en la oposición habrá más continuidades que diferencias con la gestión de la mandataria Michelle Bachelet.
Sebastián Piñera lidera la intención de voto de cara a las presidenciales, ¿cómo ve posicionados al conjunto de los candidatos en la competencia electoral?
No estoy seguro que Piñera gane en primera vuelta, pero en segunda es prácticamente inevitable. Considero que es ya un hecho. Más allá de esto, me parece importante agregar que Chile es uno de los países con menos votantes en el mundo. La centroizquierda no hizo bien las cosas: la vieja concertación repitió el guión de años anteriores, con lo que terminó por enredarse en el camino. Y la presidenta Michelle Bachelet, a quien las protestas por la educación le habían dejado el arco vacío para que viniera e hiciera el golazo, no pudo hacerse cargo del asunto. Hay que entender que Chile es un país muy difícil porque no tiene recursos (como sí los tienen por ejemplo Brasil, México o Argentina), depende demasiado de los inversores externos y la más mínima reforma ahuyenta los dólares. A la vez las élites están cómodas en el poder y no ven por qué tendrían que arriesgar algo. El Frente Amplio (coalición de partidos de izquierda y liberales) decepcionó: trató de matizar sus reivindicaciones más radicales para captar más votos, y como siempre sucede, no ganó esos votos y se quedó además sin perfil. Por su parte, un sector del Partido Demócrata Cristiano va a cruzar votos hacia la derecha porque mira con malos ojos la alianza de la Nueva Nayoría (coalición gobernante) con un Partido Comunista que se ha vuelto más tímido e inofensivo que nunca.
En caso de que gane Piñera, ¿qué similitudes y diferencias marcaría con la gestión actual de Bachelet?
No creo que vaya a haber muchas diferencias con la gestión actual. O sí alguna pequeña, pero recaerían más bien en el sistema valórico. El modelo económico es más o menos el mismo, es una fórmula que se da por suficientemente probada y nadie piensa por ahora en cambiarla. A la vez, no hay que olvidar que a este país le hacen mejor los gobiernos de derecha, puesto que con ellos en el poder se activa todo y la gente sale a la calle, como ya sucedió en el 2011, por lejos el mejor año en las últimas cinco décadas de este país. Principalmente por la movilización que se vivió en la sociedad, a partir del pedido de los estudiantes de una reforma educativa de fondo.
El conflicto mapuche y la gratuidad en la educación universitaria son dos temas en agenda, ¿se perciben diferencias entre las propuestas de los candidatos en este sentido?
En realidad, no existen muchas diferencias. El proyecto de gratuidad en la educación es un desastre tanto para la derecha como para la izquierda por la sencilla razón de que se basa en la subvención a la demanda, lo que en la práctica implica traspasar fondos del Estado hacia los sectores privados, las universidades privadas. Mientras que, en lo que respecta a la cuestión de la Araucanía (zona de conflicto con los habitantes mapuches), ocurre lo mismo ya que las políticas son similares en los distintos gobierno. Con Bachelet se sigue aplicando la Ley Antiterrorista y con la derecha en el poder esto va a ir más allá. Se puede profundizar.
¿Por qué el candidato del oficialismo, Alejandro Guillier, no consigue posicionarse como favorito?
Guillier no es el favorito porque representa un modelo de gestión que está muy desgastado y en el que ya nadie confía. Logró que se genere desconfianza. En este sentido, se observa que el corte entre la gestión política y lo que sucede en la calle es un diálogo de sordos.