Concluyen ejercicios militares conjuntos entre Brasil, Colombia, Perú y EEUU
Exército faz exercício de ajuda no AM, mas não tem recursos para ações
O Amazonlog 2017, exercício de ajuda humanitária na Amazônia liderado pelo Exército brasileiro em parceria com militares da Colômbia, Peru e Estados Unidos terminou neste domingo (12) com a promessa de definir protocolos de ação das Forças Armadas em situações de desastres naturais na região amazônica.
Após uma semana de ações sociais e simulações de desastres a partir de uma base militar montada em Tabatinga (AM), cidade a 1.100 quilômetros de Manaus e que fica na tríplice fronteira entre Brasil, Colômbia e Peru, ficou claro que a despeito do aprendizado, cooperação e troca de informações entre nações, a atuação nos moldes treinados não guarda relação com a realidade de tropas e recursos na região amazônica.
Em uma simulação de um acidente em uma balsa no rio Solimões, por exemplo, ocorrida no sábado (11), foram empregadas três lanchas, dois helicópteros, dois navios da Marinha, um dos quais um hospital flutuante, além de equipes do Ibama e viaturas do corpo de bombeiros local e defesa civil. Em questão de minutos, o fogo estava controlado e as vítimas evacuadas.
Na vida real, contudo, em um acidente das mesmas proporções muitas vezes leva horas para a chegada do socorro. O Exército atua na Amazônia em ações humanitárias, mas os recursos destacados para as operações da última semana superam em muito os disponíveis na região.
O Exército não divulga a extensão de seus recursos na Amazônia, mas segundo o comandante logístico da força e o oficial número dois no Amazonlog, general Antônio Manoel de Barros, os meios empregados superam os disponíveis no momento.
De acordo com ele, o objetivo era desenvolver protocolos de ação em momentos de crise. Os veículos e equipamentos levados a Tabatinga voltarão para suas bases de origem.
«É evidente que foi um exercício. Sabemos que em um acidente da magnitude como o que foi simulado com a balsa, todos aqueles recursos não estariam ali», disse. «Nesse caso, o planejamento foi mais importante que a execução».
Em uma outra situação, foi simulada operação de evacuação e recebimento de vítimas da seca na região da tríplice fronteira. Como muitas cidade da área só são acessadas por barco, a seca impede a navegação nos rios deixando cidades e povoados inteiros inacessíveis. O ano de 2016 registrou uma das piores secas na região.
O Exército montou em uma escola em Tabatinga estrutura para receber, cadastrar, dar atendimento médico e catalogar os evacuados, numa ação coordenada com militares, médicos e Polícia Federal. A ação simulada foi elogiada pelos observadores internacionais, já que além de cadastrar, identifica informações sensíveis no momento da chegada, como pedidos de refúgio, doenças ou tentativas de atravessar a fronteira com drogas.
«Se tivéssemos cadastrado e identificado todos os refugiados que entraram na Alemanha no ano passado, certamente estaríamos melhores preparados para ajudar essa população», disse o tenente coronel do exército alemão, Peter Becker. Ele lembrou que no auge da crise de refugiados para a Europa, a Alemanha chegou a registrar a passagem de 10 mil pessoas em uma hora pela fronteira, todos sem registro.
Apesar disso, tais ações só podem ser colocadas em prática no Brasil por meio de ordem do Executivo, algo que não ocorre, por exemplo, com os refugiados venezuelanos que atravessam a fronteira em Roraima. Segundo a OAB de Manaus, há na capital amazônica cerca de 700 famílias que desembarcaram em Boa Vista (RO) que estão em situação irregular na cidade.
«Seria interessante que essa estrutura de ajuda humanitária pudesse ser usada para crises já em curso no país, mas isso depende de vontade política», disse a presidente da comissão de relações exteriores da OAB em Manaus, Denise Couto, que participou como observadora dos exercícios do Amazonlog.
Segundo o general Barros, após o Amazonlog, o Exército estaria capacitado para atuar de imediato. «Estamos prontos, basta nos chamarem», disse.
Além das simulações, o Exército enviou médicos e remédios para índios isolados na selva. O repórter fotográfico da Folha Danilo Verpa pôde acompanhar uma das ações em uma aldeia indígena na fronteira com o Peru. Quando chegou ao local, ouviu de locais que há dois anos médicos não visitam a região.
Los disparos quiebran el silencio en el Amazonas – Por Lídice Valenzuela
Este domingo concluyeron en el Amazonas los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos con Brasil, propulsor de la idea, junto a Argentina, Colombia y Perú, con excusas poco creíbles que indican la progresión de una injerencia armada en Venezuela.
Con la llamada Operación América Unida o Amazonlog 17, iniciadas el pasado día 6, el imperialismo estadounidense refuerza su presencia militar en Suramérica en un área selvática donde están localizadas grandes riquezas naturales, la mayoría inexploradas, pero codiciadas por las trasnacionales para su explotación.
Es también un lugar ideal de la llamada Triple Frontera formada por las tres naciones latinoamericanas participantes para dejar instalada, según se espera, una nueva base del Ejército norteamericano de rápida movilización, situada a unos 700 kilómetros de territorio venezolano. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que hay 86 bases del país norteño en América Latina y El Caribe.
Analistas califican de ilógicas las motivaciones esgrimidas para hollar la selva amazónica a partir de la localidad brasileña de Tabatinga, fronteriza con Leticia, en Colombia, y con Santa Rosa en Perú, si se considera que las cuatro naciones son enemigas del proceso revolucionario venezolano.
Ese grupo es aliado del gobierno de Donald Trump, un analfabeto político que sigue órdenes de sus asesores ultraderechistas y millonarios como él, quien amenazó con una intervención militar a la patria de Simón Bolívar.
Este único elemento, que por si solo haría sonar las alarmas del injerencismo, es presentado por medios de prensa conservadores como “una práctica necesaria” para ayudar a poblaciones en crisis humanitaria, controlar la migración ilegal, mediaciones de paz, lucha contra el narcotráfico internacional y la protección del medio ambiente.
El promotor de la presencia norteamericana en el Amazonas fue el presidente de facto de Brasil, Michel Temer, utilizado para cursar una invitación a Trump y sus tropas a penetrar y conocer los secretos de una región históricamente protegida. Incluso, algunos miembros de las Fuerzas Armadas brasileñas se pronunciaron con cierta desconfianza sobre esta maniobra que dio entrada a un poderoso ejército en una zona estratégica.
La “América Unida” completa los ejercicios militares conjuntos realizados este año en la jurisdicción territorial de las islas de Barbados y Trinidad y Tobago, en el Caribe; el espacio aéreo de Colombia; y las costas de Chile y Perú, en Suramérica bajo el liderazgo del Comando Sur.
Analistas interpretan que se trata de un plan del Pentágono para una intervención directa junto a sus aliados en Venezuela, con lo que logra la restauración de la hegemonía perdida o disminuida en América Latina desde que el finado presidente Hugo Chávez ganara las elecciones de 1998 dando paso a la Revolución Bolivariana y a un pensamiento revolucionario en la región.
Para Washington es importante acentuar su poderío militar en el continente para tratar de reconquistar lo que considera su patio trasero, a la vez que, estima en su prepotencia, representa una coacción para gobiernos populares, como los de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, El Salvador, y numerosos del Caribe.
Trump, ultraderechista republicano y millonario ambicioso, pretende poner punto final a esta parte de la historia iniciada hace 19 años para reimponer su ideología y apoderarse con facilidad de las riquezas de esta región que posee petróleo, gas, oro, diamantes, litio, agua y abundante flora y fauna.
Por eso agilizó este año violentos ataques internos y exteriores contra la Revolución Venezolana junto a un enorme despliegue del Comando Sur en la región.
Hay más para preocuparse. En “América Unida” participa también como observadora la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que pudiera derivar en una futura ampliación de miembros en estos ensayos bélicos.
La estrategia estadounidense es comprometer a otros países para que, siguiendo su plan de castigo al gobierno de Nicolás Maduro, propiciar en la Organización de Estados Americanos (OEA), que la posible invasión posea carácter multinacional, y para ello se hizo necesario el aparataje de los entrenamientos conjuntos.
En 2017 fueron derrotadas en tres ocasiones las propuestas del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de implantar en Venezuela la llamada Carta Democrática, que, de haberse aprobado, permitiría la entrada de tropas extranjeras en ese país.
Luego surgió el llamado Grupo de Lima, en el que participan la mayoría de las naciones suramericanas, que también critican al gobierno de Maduro y han insinuado la posibilidad de un intervencionismo diplomático, al que seguiría el armado.
En ese contexto de armazones contrarrevolucionarias se celebró una reunión los días 23 y 24 de agosto, en Lima, bajo la tutela del comandante general del Comando Sur, Kurt Tidd, con jefes de los Estados Mayores de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay, en la que el análisis giró en “atender” lo que calificaron de “crisis en Venezuela” en los últimos cuatro años y “enfrentar amenazas militares”, sin especificar por parte de qué enemigo.
El hostigamiento de Washington a Caracas es continuo. Sanciona diplomáticos y asfixia la economía, en tanto continúa vigente la Orden Ejecutiva del exmandatario Barack Obama que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de su país, un criterio que se remite a que la mayor potencia militar mundial está dispuesta a “defenderse” de la nación suramericana.
Mientras, Venezuela mantiene su rechazo a la política de hostigamiento de la Casa Blanca y lleva adelante distintos proyectos políticos, como la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, y otros de carácter económico para alcanzar un desarrollo sostenible, basado en el Plan de la Patria hasta 2030, testamento dejado por Chávez a su pueblo.