Venezuela: regionales, emoción y racionalidad – Por Maryclen Stelling

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A pocos días de las elecciones regionales, expertos electorales, analistas políticos y opinadores intentan develar, cual novela de misterio, el secreto que ocultan los resultados.

En una primera aproximación se pretende analizar el comportamiento electoral acudiendo a modelos racionales que supuestamente explican los resultados, como si el voto fuera producto de una elección puramente racional. ¿En dónde poner el énfasis analítico-explicativo? ¿Hacia dónde mirar para encontrar una explicación a los resultados? ¿Cuál fue la incidencia de las condiciones estructurales, coyunturales y emocionales en las regionales 2017?

Los análisis más o menos rigurosos conjuntamente con las narrativas políticas y mediáticas juegan con una serie de factores supuestamente explicativos. Elección individual, pertenencia a una clase social, religión; entorno geográfico, contexto económico, gestión de gobierno, etc. Crisis multidimensional y “bombardeo comunicacional” al respecto. Efecto del cerco internacional y papel de los factores políticos ante las amenazas externas a Venezuela.

Condiciones regionales: candidatos y candidatas en la contienda, campaña y tratamiento de los temas regionales del debate electoral; relevancia de la gestión de gobierno e incidencia de la maquinaria electoral. Finalmente el peso del comportamiento electoral de los últimos procesos: incidencia de la polarización en triunfos y derrotas electorales; abstención histórica y según evento electoral específico y la narrativa del fraude, entre otros.

Tales esfuerzos racionales descuidan los factores emocionales, subvaloran los vínculos de identificación que tienen un componente afectivo-valorativo y el hecho que las emociones afectan los juicios políticos-electorales. La decisión de votar se explica en gran parte por la carga expresiva que conlleva el propio hecho de votar.

Las recientes elecciones regionales ocurren en un contexto de alta emotividad, bajo el paraguas de dos elementos coyunturales: la violencia “guarimbera” y las elecciones para la ANC, que fueron definitivos en la relación del voto con la afectividad. Miedo, sensación de peligro y desprotección frente a la rabia y al odio, en el primer caso. En las elecciones constituyentes, el “chavismo subversivo”, vence el miedo y el aislamiento; sale del clóset, se reencuentra y se reconoce como mayoría.

(*) Socióloga venezolana, especialista en observación de medios. Directora ejecutiva del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos.

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