Ruptura en el oficialismo: el partido del exvicepresidente Vargas Lleras se va del gobierno
Gobierno y Cambio Radical formalizan el divorcio
Se trataba de un matrimonio por conveniencia del cual ya se sabía cuál iba a ser el final: el divorcio. Fue la conclusión del consejo de ministros que se dio ayer, en la Casa de Nariño, en el cual el presidente Juan Manuel Santos aceptó la renuncia del ahora exministro de Vivienda, Jaime Pumarejo. Con esta decisión quedó sellada la salida de Cambio Radical del Gobierno y marca el distanciamiento de quien fue ministro y vicepresidente, el candidato a la presidencia Germán Vargas Lleras.
El motivo de la salida de Cambio Radical de la coalición fue, sin duda, el casi nulo respaldo a la implementación del Acuerdo de Paz. El episodio de crisis se dio el lunes, cuando el Gobierno buscaba aprobar en comisiones primeras de Senado y Cámara la reglamentación de la JEP. Cambio Radical dio un paso al costado y no votó el artículo más importante, el que les permitía a los miembros de las Farc participar en política sin haber recibido sentencia.
A gatas se vio el ministro de Interior, Guillermo Rivera, para lograr los votos. Tuvo que llamar a los congresistas que se habían retirado de la sesión, convencerlos de que respaldaran la iniciativa y, pasadas las 11 de la noche, por fin, logró la aprobación.
El artículo no era nuevo, desde la negociación de La Habana había quedado claro que los miembros de las Farc, una vez entregaran sus fusiles, podían participar en política. No obstante, Cambio Radical no estuvo de acuerdo.
Las decisiones llegaron. Jaime Pumarejo cerró un ciclo fugaz de dos meses en el Ministerio de Vivienda, tan claro lo tenía que en su cuenta en twitter empezó a mofarse de su salida “vendo corbatas y vestidos, poco uso! 50% de descuento”, agradeció al presidente Santos y se fue.
Sus jefes políticos, aliados de Cambio Radical y de Germán Vargas Lleras, la familia Char apoyó su salida.
El alcalde Barranquilla, Alejandro Char, le dijo: las puestas siempre estarán abiertas para recibirte. Su hermano, el senador Arturo Char, fue más claro “no vamos a cambiar posición, ni a negociar futuro del país para sostener posiciones burocráticas”. Otros aliados de Santos, trascendentales en la reelección que se desmarcan.
Lo que deja en evidencia la segunda tesis sobre las críticas de Cambio. Confirma un senador que el empresariado ve con preocupación los alcances de la JEP en asuntos de propiedad privada y posibles cacerías de brujas.
El otro ministro de este partido, el de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, por el contrario, se mantuvo firme con el presidente Santos y su apuesta por la paz. En este caso fue ratificado, y la renuncia la presentó Murillo, pero a Cambio Radical.
La respuesta del partido se dio por medio de un escueto comunicado, en el que dejaron claro que no se puede “pensar únicamente en las afugias de 7.000 desmovilizados, sino en la seguridad jurídica de 48 millones de colombianos”.
Criticaron que la JEP no busque enfrentar el combustible del conflicto: el narcotráfico. Puntualmente señalaron la conformación de la JEP, la jurisdicción para terceros, el manejo de los bienes y la elegibilidad sin cumplir a la justicia.
Sobre esta decisión el analista político y docente de la Universidad Nacional, Darío Acevedo, señaló que “las concesiones de Santos a las Farc y el deterioro de su gestión e imagen están erosionando la Unidad Nacional. No es de extrañar que sectores y dirigentes tomen distancia. Lo hizo César Gaviria, en la cumbre del Partido Liberal, y este el momento de Vargas Lleras y su partido Cambio Radical”.
Carlos Arias, docente Maestría en Comunicación Política del Externado, afirmó que la salida de Cambio Radical da posibilidad al Gobierno de repartir cuotas burocráticas para lograr la aprobación de las leyes y reformas. Además, “da la posibilidad a Vargas Lleras y a su partido de buscar votos fuera de la coalición, sin el discurso de la paz”.
El gobierno Santos está desojando la margarita. Las amplias mayorías ahora se cuentan con angustia, La U ha perdido votos por congresistas implicados en escándalos de corrupción y en el liberalismo también hay voces disonantes como las de Sofía Gaviria y Viviane Morales. Ahora tiene que negociar con las minorías, y no le queda más remedio que bajarles el umbral de votos a cambio respaldo.
El asunto no es fácil para el gobierno, pero a juicio de Juan Cristóbal Restrepo, director Maestría en Gobierno de la Javeriana, “Santos tiene cómo sacar adelante los compromisos que contempla el Acuerdo, pero lo que no se entiende es que el exvicepresidente, después de 7 años lucrándose políticamente con los recursos de infraestructura, ahora de la espalda y argumente que es una cuestión de principios”.
La ruptura con Santos pone a Vargas Lleras en solitario para el 2018
La oficialización de la ruptura política entre el presidente Juan Manuel Santos y su exvicepresidente Germán Vargas Lleras tiene, entre muchas consecuencias, que este último irá por el poder en 2018 sin el apoyo del actual gobierno.
Las renuncias que los ministros de Vargas Lleras (el de Vivienda, Jaime Pumarejo, y el de Ambiente, Luis Gilberto Murillo) presentaron el martes a Santos marcaron el punto de ruptura.
Santos, quien ya había amenazado la semana pasada con que “quien no apoye el proceso de paz no puede estar en mi gobierno”, aceptó la renuncia del ministro Pumarejo, que solo estuvo dos meses en su cargo. A Murillo le pidió que siguiera en el Gobierno, porque no contaba con el respaldo de Cambio Radical (CR) desde hace más de cuatro meses.
EL TIEMPO pudo establecer que desde mayo pasado los congresistas de CR le habían quitado el respaldo a Murillo y desde entonces Santos decidió dejarlo en el gabinete a título personal.
Las cosas entre el partido de Vargas Lleras con Santos comenzaron a empeorar desde hace dos semanas, cuando esa organización anunció de manera pública que no votaría el proyecto de ley que reglamenta la justicia para la paz. Pero lo que le puso un punto de no retorno a la relación fue el nombramiento de los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), pues CR considera que esas decisiones ponen en peligro la justicia.
El anuncio oficial
El martes, la Casa de Nariño admitió de manera expresa que CR no estará más en la coalición de gobierno, espacio que ocupó desde 2010 cuando Santos llegó al poder.
“Cambio Radical se retira del gabinete ministerial y de la coalición de Gobierno”, admitió la Casa de Nariño.
Santos hizo saber que la razón de la ruptura es que Vargas Lleras y Cambio Radical han tenido “un distanciamiento” de la “política más importante del Gobierno que ha sido la de consolidar el proceso de paz”.
Desde hace varios meses muchos sectores políticos acusaban al mandatario de haberse inclinado a favor de la candidatura presidencial de Germán Vargas.
El último en decirlo públicamente fue el nuevo jefe del liberalismo, César Gaviria. En el Congreso de su partido acusó a Santos de tener una “fuerte inclinación por las aspiraciones políticas del exvicepresidente” y deploró que el jefe del Estado “no garantice una elección sin cartas marcadas”.
Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, los dos principales precandidatos liberales, tienen una gran resistencia frente a Vargas Lleras. De la Calle dijo públicamente que no haría alianza con él para 2018.
En ‘la U’, Vargas tiene algunos amigos, pero también detractores. El senador de ese partido Mauricio Lizcano ya anunció que apoyará su candidatura presidencial, pero Armando Benedetti y Roy Barreras, los dos congresistas con mayor influencia en esa colectividad, también han negado cualquier posibilidad de ir en su apoyo.
En el conservatismo, el exvicepresidente podría tener otros respaldos. Efraín Cepeda, presidente del Congreso y con amplia influencia en las huestes azules, dijo públicamente que le gustaría apoyar a Vargas.
Distancia de Santos
Vargas Lleras, quien para muchos fue el dirigente más “protegido” por Santos durante casi 7 años de gobierno, fue ministro del Interior y de Vivienda, en su gabinete. Y desde 2014, su vicepresidente.
Además de tener una amplia participación en el gabinete, Vargas ejecutó los más grandes presupuestos, cobró alta influencia y tuvo a su cargo la dirección de sectores estratégicos como infraestructura, vivienda y agua, gracias a lo cual ganó prestigio como gran ejecutor.
Pero Vargas nunca fue un convencido del proceso de paz con las Farc. Si bien acompañó al Presidente a algunos actos realizados con ocasión del acuerdo, no hay antecedentes de una defensa suya del acuerdo.
Sus reservas con el proceso con las Farc, que es el gran legado histórico de Santos, fue lo que finalmente lo sacó de la órbita del mandatario y lo deja sin su apoyo en la búsqueda del poder para 2018.
Aunque Vargas alega que aún tiene una buena relación con el Presidente (el marteslo llamó por teléfono para explicarle su postura) y se queja de que muchos han querido “erosionarla”, lo cierto es que Santos seguramente no estará a su lado en la lucha por el poder en 2018.
La salida de CR de la coalición la mella, pero muchos proyectos en el Congreso serán aprobados sin sus votos.
Lo que está por verse es quién llena el espacio en el corazón de Santos, sobre todo de cara a la contienda electoral de 2018.