En Puerto Rico, Trump sugiere eliminar la deuda del país y lanza papel higiénico a damnificados por el huracán

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El presidente Donald Trump sugiere eliminar la deuda de Puerto Rico

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió ayer en entrevista con FOX News que la deuda pública de Puerto Rico tendría que ser eliminada.

“Tenemos que trabajar algo. Hay que mirar a toda la estructura de la deuda. Deben mucho dinero a los amigos en Wall Street y tendremos que eliminar eso. Vamos a tener que decirle adiós a eso. No sé si es a Goldman-Sachs, pero a quien sea, se puede despedir de eso (la deuda). Tendremos que hacer algo, porque la deuda de la isla es masiva”, expresó Trump en entrevista con Geraldo Rivera.

Las expresiones de Trump se dieron en un aparte con Rivera durante su visita a Puerto Rico.

Trump estuvo ayer por casi cuatro horas y media para ver de cerca los daños causados por el huracán María, que devastó la isla el pasado 20 de septiembre.

Según estimados, los daños en la isla podrían ascender a sobre $90,000 millones. Mientras, la deuda del país sobrepasa los $70,000 millones.

El Nuevo Día


Donald Trump lanza rollos de papel toalla en iglesia de Guaynabo

Como si se tratara de regalos en una feria y no artículos de primera necesidad, el presidente Donald Trump lanzó al menos cinco rollos de papel toalla hacia un grupo de unas 200 personas en la iglesia evagélica Calvary Chapel ubicada en el sótano de un centro comercial en Guaynabo, como parte de su visita a la isla tras la devastación del huracán María.

Los rollos de papel eran parte de los artículos de primera necesidad que se repartieron entre las personas. También se distribuyeron paquetes de arroz, comida enlatada y pequeñas linternas. Algunos de esos artículos estaban desplegados en mesas, pero además se colocaron otros suministros, como estibas de agua y cajas, en una larga fila que sirvió de barrera entre el presidente y la gente.

La gran mayoría de los que llegaron a la iglesia fue porque los trajeron en guaguas desde los distintos refugios del municipio.

Durante su estancia relámpago de no más de 15 minutos en la iglesia el primer ejecutivo se mostró simpático, sonrió, estrechó algunas manos, intercambió apenas unas muy breves palabras con algunas personas.

Al ver el entusiasmo que se generó mientras las personas le tomaban fotos con sus teléfonos celulares el presidente dijo: «Hay mucho amor en este sitio» y calificó a los presentes como “tremenda gente”.

Según la agencia de noticias AP, Trump también comentó que en términos de los esfuerzos de recuperación “el trabajo que se ha hecho aquí es nada menos que un milagro”.

En ruta a la salida el presidente se detuvo para posar en un selfie con un estudiante que se lo pidió, a cambio de que “lo hiciera rápido”.

Sin embargo, Trump no ofreció un mensaje colectivo ante el grupo. Su esposa Melania Trump estaba con él y también estrechó algunas manos. El gobernador Ricardo Rosselló lo acompañó, así como el alcalde de Guaynabo, Angel Pérez y el representante José “Quiquito” Meléndez.

A nadie pareció molestarle que el presidente lanzara los artículos, mientras ellos levantaban las manos para tratar de recogerlos.

“Fue muy respetuoso saludando a todo el mundo. Entró, dio la cara… sí lanzó cosas y se fue”, dijo Frankie Cabrera un estudiante de 21 años quien solo se enfocó en guardar un recuerdo de la visita y logró que el presidente se detuviera y posara para un selfie.

Antes de la visita Cabrera había señalado que se acababa de enterar de la visita y se movió allí con otros jóvenes que acababan de conocerse en un restaurante de comida rápida frente a la iglesia.

“Nos motivó la curiosidad. Es un presidente de Estados Unidos, va a estar aquí en medio de la emergencia y pensamos, pues, venir a verlo», dijo Cabrera.

Para una mujer que suele visitar los domingos la Calvary Chapel y que sólo se identificó como Candelaria, fue bueno que Trump llegara hasta allí.

“Lo más importante para mí es que él pueda identificar las necesidades de este país y pueda actuar de acuerdo a eso y ayude a Puerto Rico a levantarse otra vez”, señaló al tiempo en que dijo tener fe de que así será.

¿Por qué allí?

El pastor Jayson Dennett explicó posterior a la visita que allegados al presidente mostraron interés en que durante su estancia en Puerto Rico Trump pudiese visitar alguna iglesia.

“Yo tengo un amigo que está conectando con el servicio secreto. Él conocía la información que estábamos funcionando con el alcalde (Ángel Pérez) como el centro de ayuda para el huracán y él sugirió a su oficina que ellos podían visitar este centro aquí porque estaban interesado en iglesias y centros de acopio. Ellos hablaron de eso y vinieron acá”, indicó Dennett en español.

La visita se confirmó hace cinco días, dijo el pastor, quien lleva al frente de esta iglesia hace ocho años.

Dennet se deshizo en halagos para Trump, aseguró que habló con él y su equipo en la cocina acerca de su “apoyo al pueblo puertorriqueño” y que “él estaba aquí para ayudar”.

“Dijo que el apoyo va a seguir a la isla con la comida y todo. Fue muy amable. La gente se (puso) un poco loca con su cámaras y todo. Creo que él lo hizo muy bien. Fue un privilegio para nosotros. Fue algo bueno”, afirmó el pastor.

Las cajas de suministros dijo que eran “donaciones del municipio y de empresas privadas”. No fue posible hablar con el alcalde ni con su esposa Liza Fernández que dijo estaba allí en calidad de primera dama para establecer con claridad si se trató de una donación municipal o si fue que designaron la iglesia como centro de acopio para los guaynabeños.

De todos modos, dijo que piensan seguir aceptando donaciones para poder repartirlas y se proponen crear brigadas de trabajo para seguir cortando árboles que estén impidiendo el paso.

Según Dennett, lo que hace su iglesia, el único capítulo de esa congregación que se ha establecido en la isla, es algo que se debería replicar en otras iglesias para ayudar a la gente.

“Yo creo que esto debería ser un modelo de cómo la iglesia debe trabajar junto con la alcaldía para alcanzar a su pueblo. No entiendo por qué no hay más iglesias trabajando junto con las alcaldías y con el gobierno”, dijo.

Primera Hora


Ante Trump, la devastación

El gobernador Ricardo Rosselló informó anoche que las muertes vinculadas al huracán María ascienden a 34, 18 adicionales a las que le había comunicado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando durante su visita a Puerto Rico -aproximadamente siete horas antes- le preguntó directamente por la pérdida de vidas y se mostró “orgulloso” de que no igualaran las ocurridas durante una “catástrofe real” como el huracán Katrina.

El aumento en muertes, dijo el primer ejecutivo, surgió después de que el secretario de Seguridad Pública, Héctor Pesquera, decidió incluir aquellas que le informaban los directivos del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) y la Asociación de Hospitales como directa o indirectamente vinculadas al huracán. Anteriormente solo se habían contabilizado las que ocurrieron a causa de vientos, desprendimiento de terreno o inundaciones durante el paso directo del fenómeno atmosfér sobre Puerto Rico.

Horas antes, el presidente había celebrado que solo había 16 muertes, algo que le atribuyó directamente a su equipo de primera respuesta, tras críticas de que la comida y el agua no estaban llegando a tiempo a la gente. “Cada muerte es un horror, pero si usted mira una verdadera catástrofe como Katrina, y mira a los enormes cientos, cientos y cientos de personas que murieron, y mira lo que pasó aquí y… ¿cuál es su número de muertos? Dieciséis personas, frente a miles “, dijo Trump.

Rosselló indicó a la prensa que la magnitud de los daños causados por María podría ascender a $95,000 millones, algo que le mencionó directamente a Trump cuando juntos sobrevolaron la región norte y la zona montañosa de la Isla a bordo del helicóptero Marine 1. Luego se reunieron en una nave del Army.

Ambas cifras las soltó el gobernador a escasas dos horas de la partida del presidente, una que causó revuelo en el mundo por la imagen de Trump tirándoles papel toalla a un grupo de refugiados como si se tratase de un juego de baloncesto. La prensa internacional desaprobó la visita de cinco horas que hizo a Puerto Rico, dado a que -en sus expresiones públicas- elogió durante 14 minutos la labor de sus militares y de equipo de respuesta, se quejó de que Puerto Rico les hace gastar mucho dinero y minimizó el huracán dado a que no causó cientos de muertes como Katrina en 2005 en Luisiana.

“Odio tener que decirles esto, Puerto Rico, pero nos están descuadrando el presupuesto porque gastamos mucho dinero en Puerto Rico y por eso hemos salvado muchas vidas”, dijo Trump en tono de broma al presentar a su jefe de presupuesto, Mick Mulvaney.

“Él vio el nivel de devastación”

Cuestionado sobre este asunto, Rosselló contestó que se enfocará “en lo sustantivo” y se despreocupará por interpretar los comentarios o gestos que hizo el presidente, más allá de las acciones tomadas para declarar a Puerto Rico zona de desastre y asignar recursos militares, o las que hará próximamente.

“Él vio el nivel de devastación y lo ha reconocido en otros comentarios. Creo que entiende la gravedad de esta situación y está comprometido con trabajar con nosotros a largo plazo… Y por supuesto que yo estaré asegurándome que eso esté pasando”, aseguró a la prensa.

La visita ocurrió a 14 días del azote del huracán categoria 4 que dejó a la Isla sin sistema de energía eléctrica, sin telecomunicaciones, sin agua potable y a gran parte de la población con dificultad para acceder a agua y comida, además de pérdidas a hogares y estructuras municipales.

Las alcaldesas de San Juan y Ponce, Carmen Yulín Cruz y María Meléndez, respectivamente, así como el alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera, participaron de la sesión informativa con Trump en el hangar de la Guardia Nacional en la Base Muñiz. Allí estaban también los alcaldes de Arecibo y Guaynabo, Carlos Molina y Angel Pérez, respectivamente, además de los presidentes legislativos y miembros del gabinete.

Rosselló dijo a la prensa que en privado pudo solicitar medidas específicas para Puerto Rico, como la asignación de fondos para el programa de salud que permitan rehabilitar “un sistema que quedó tullido por la tormenta”. Asimismo, pidió eximir al País de requerimientos de vivienda, así como una exención permanente de los requerimientos de las categorías C-G de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

“Por último, hablé con el presidente sobre garantizar acceso a todos los préstamos y subvenciones de las agencias federales, para que podamos tener acceso a estos financiamientos en la fase de reconstrucción”, informó.

Junta fiscal da paso al frente

Por su parte, la Junta Federal de Control Fiscal escribió al Congreso estadounidense para solicitar un préstamo de emergencia para atender la crisis de la Isla, algo que Rosselló dijo que se conversó con su administración, pero no se hizo como un esfuerzo coordinado.

El ente federal pidió, además, exenciones en los pagos de gastos compartidos, eliminar límites de fondos, aumentar la asistencia financiera y “ofrecer respuestas rápidas a las solicitudes” de ayuda del gobernador Rosselló tras el paso de María.

El gobernador dijo que es muy prematuro para saber las implicaciones que tendrá la emergencia sobre las medidas de recorte establecidas en el plan fiscal del gobierno, pero reconoció que “ahora se imposibilitan algunos de esos requisitos por la situación en que nosotros nos encontramos”.

El Vocero

 


Se realizaron protestas en el Centro de Convenciones contra Donald Trump

Desde el Centro de Convenciones de Puerto Rico en San Juan, un puñado de manifestantes protestaron en contra de la visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump ayer a Puerto Rico, tras el azote del huracán María.

La protesta es encabezada por la portavoz del grupo Madres contra la Guerra, Sonia Santiago Hernández, quien reclamó que las agencias federales flexibilicen la entrega de las ayudas a los damnificados.

“Trump ha mandado a Puerto Rico a un general de tres estrellas con nombre de Buchanan para dirigir una ocupación militar en la isla. Nosotros no necesitamos eso, sino que se flexibilicen las ayudas para que la gente reciba el agua, los alimentos y los tratamientos médicos”, expresó Santiago Hernández.

La activista sostuvo que las agencias federales en Puerto Rico “han demostrado ineptitud y burocratización” en la entrega de las ayudas.

“Le dicen a la gente que entren a la Internet. ¿Cómo es posible que le pidan eso en un país que está devastado? No necesitamos una ocupación militar”, cuestionó Santiago Hernández.

Otro manifestante de la comunidad LGBTT, Kery John Santiago, rechazó la política antitransgénero que Trump impuso en la milicia estadounidense. John Santiago cargaba un letrero que leía: “Trump you are racist, homophobic, misoginist, xenophocbic and classist being”.

El cartel también leía: “Trump, aquí no eres bienvenido”.

“No estamos en mendicidad. Somos ciudadanos americanos de primera clase”, reclamó el portavoz de la comunidad LGBTT.

También varios jóvenes, vestidos de negro y con mascarillas en la boca denunciaron que las leyes de cabotaje han impedido que otros países puedan llegar con ayuda a Puerto Rico.

“Aunque seamos cuatro gatos la situación amerita nuestra presencia. Yo vengo desde Añasco y me parece insólito que la nación de Estadlos Unidos, que tiene tanto dinero y amenaza a Korea del Norte con una guerra nuclear, su presidente diga que es muy complicado traer ayuda a Puerto Rico porque está en medio del océano. Si no son capaces de hacerlo, que permitan que otros países lo hagan”, dijo Bryan Class.

“Ya es hora de que las ayudas salgan del Centro de Convenciones. Muchos municipios a pesar de que están en bancarrota, conocen las necesidades de sus pueblos y los alcaldes, como Carmen Yulín (Cruz) han tenido que hacer un papelón para que el gobierno federal se mueva”, indicó el joven añasqueño.

Otros manifestantes cargaron rótulos en reclamo de la descolonización y exigieron que se elimine la deuda pública de Puerto Rico.

“La gente primero que la deuda”, decía uno de los mensajes.

También, los manifestantes gritaron “fuera la milicia”, cuando pasaban cerca helicópteros y aviones militares, que salieron desde el aeropuerto de Isla Grande.

El Nuevo Día


Diáspora puertorriqueña salió a protestar durante visita de Trump a Puerto Rico 

La diáspora puertorriqueña salió a protestar a las calles frente a la Torre Trump ante lo que calificaron como la débil respuesta del gobierno federal tras la devastación dejada en la isla por el paso de los huracanes Irma y María.

«Estamos en esta situación porque él es un racista, porque él no es un líder y porque nosotros somos una colonia», señaló uno de los participantes.

Los boricuas se expresaron con rabia acerca de los comentarios que hiciera el mandatario comparando el saldo mortal de las tormentas en Puerto Rico con lo que llamó la verdadera tragedia ocurrida años atrás cuando el huracán Katrina tomó por sorpresa al sureste del país.

«Es inhumano de él decir semejante barbaridad, porque vidas son vidas y todos son importantes, sean de donde sean», expresó otro participante.

Oficiales electos del área de Nueva York condenaron los comentarios del presidente y refrendaron la petición de más asistencia humanitaria para Puerto Rico.

Por su parte, la presidenta del Concejo, Melissa Mark-Viverito, señaló: «Ha sido una desgracia. De verdad que desenmascara quién es este presidente, una persona a quien no le interesa traerles el apoyo a Puerto Rico que parece que no nos merecemos. Él nos tiene que dar los recursos necesarios para bregar con esta crisis humanitaria».

Entre las otras demandas de los puertorriqueños que se presentaron ante la torre Trump está la eliminación de la junta de control fiscal, así se eliminaría la deuda externa de Puerto Rico. También se pidió que se retome el tema de la posible independencia de la isla.

ny1noticias

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