Iván Espinel, ministro de Inclusión Económica y Social de Ecuador: «Rafael Correa no va a tener mayor cabida más que en el recuerdo de la gran gestión que tuvo»

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Por Carla Perelló – NODAL

Iván Espinel fundó el Movimiento Fuerza Compromiso Social en 2016 y se preparó para presentarse a las elecciones presidenciales. Fue el candidato más joven de la historia de Ecuador con 33 años y quedó en sexto lugar en la contienda. Entonces, dio su apoyo al actual presidente Lenín Moreno, quien asumió por el partido oficialista Alianza País. Cuando en mayo el mandatario electo anunció el gabinete nacional, el nombre de Espinel resonó de nuevo. Quedó a cargo de ejecutar una de las mayores promesas de campaña del presidente: el Plan Toda Una Vida. “Nosotros somos opositores contra la corrupción, contra la desnutrición, contra la inequidad social, nunca somos opositores contra una política de propuesta social y de anticorrupción”, dice a poco más de cinco meses de estar a cargo del Ministerio de Inclusión Económica y Social en entrevista con Nodal durante su visita a Argentina, donde participó del V Seminario Internacional de Inversión Social de Unicef.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social articula con todo el resto de los ministerios nacionales para ejecutar el Plan Toda Una Vida, que contempla ambiciosos beneficios sociales desde la niñez hasta la ancianidad, y están orientados a personas en situación de vulnerabilidad. “Marca un hito importante en todo lo que ha sido inversión social en Ecuador, que ha sido un amplificador de lo que ha sucedido en América Latina en los últimos años en este aspecto”, sostiene. Una de las “grandes meta”, cuenta, es la erradicación de la desnutrición infantil.

Pero a la realidad ecuatoriana actual la atraviesan muchos otros factores que tendrán incidencia o no sobre estas propuestas. La prisión preventiva del vicepresidente Jorge Glas por las acusaciones de corrupción que lo vinculan con el caso Odebrecht, las denuncias por “traición” desde Suiza por parte del expresidente Rafael Correa para Moreno, a quién le había dado su voto de confianza, y la crisis económica. Y aunque desde la gestión actual se reivindiquen algunas de las políticas del anterior gobierno, se prepara un plebiscito para reformular algunas de las leyes base de lo que se puede llamar el “correismo”. Además, el presidente ha avanzado en decretos de “austeridad” a nivel económico para reducir el déficit fiscal.

“Estamos en un país que estaba un poco saturado de una sola visión, en cuanto sigan manejándose las cosas adecuadamente y de manera transparente, creo que la participación del presidente Rafael Correa no va a tener mayor cabida más que el recuerdo de la gran gestión que se tuvo”, analiza Espinel ante una posible vuelta -si es que en algún momento se ha ido- de Correa al escenario político del país.

Ha venido a Argentina a presentar el Plan Toda Una Vida en el V Seminario Internacional de Inversión Social de Unicef. ¿Por qué resulta tan importante en esta gestión?

El Plan Toda una Vida socializa todo el ciclo de vida desde la concepción hasta el ocaso de todos los ciudadanos, sobre todo de quienes están en extrema vulnerabilidad. Marca un hito importante en todo lo que ha sido inversión social en Ecuador, que ha sido un amplificador de lo que ha sucedido en América Latina en los últimos años en este aspecto. Una eliminación de algunas brechas que teníamos de inequidad, eso demuestra un progreso evidente en cuanto a la política social. Eso es muy importante y creo que se ha avanzado mucho en seguimiento, en estandarizar presupuesto e inversión y, sobre todo, en gasto social. Yo decía (hay que) exigirle a los Estados que esta sea una línea de inversión y que sus programas deben estar acompañados de los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización Mundial de la Salud de la ONU para poder tener un progreso continuo y que esto no se manipule por representantes políticos que estén ostentando el poder en nuestros pueblos. Creo que en la consolidación de las políticas de estado tenemos una gran meta. Y, aunque parezcan cosas aisladas, todo tiene que ver: la reacomodación de los tributos a nivel nacional tiene mucho que ver con la inversión en desarrollo infantil.

¿Se puede generar una articulación con América Latina en ese sentido?

Para eso son estos encuentros y justamente estuvimos con el Secretario Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de Argentina, Gabriel Enrique Castelli, porque queremos suscribir un convenio marco de cooperación continua, que incluya capacitaciones y sirva para evidenciar las experiencias que se han tenido en el modelo argentino comparado con el modelo ecuatoriano. Esto sirve por la experiencia política que se tiene, una relación directa y una visión fundamental para eliminar las brechas de inequidad y aumentar el índice de desarrollo humano de acuerdo a la inversión es un objetivo fundamental. Esto es independientemente de la vertiente política ideológica, sabemos que ese es el camino más adecuado, aunque probablemente no tengamos resultados tangibles en el corto plazo, sí los tendremos en el largo plazo, que es donde radica verdaderamente la política pública.

Dentro de su actividad en el Ministerio, ¿hay programas específicos pensados para las niñas, adolescentes, mujeres y colectivo LGBTI que en general suelen estar en mayores condiciones de vulnerabilidad social?

Esto ya viene del gobierno anterior, donde hay más inclusión y equidad de grupos LGBTI, donde existe protección, oportunidades de inserción laboral, de emprendimientos, donde se evita la violencia de género. Hace poco se presentó en la Asamblea Nacional del Ecuador una ley nacional contra la violencia de género. Nosotros tenemos centro de atención especial donde atendemos a personas que han estado sometidas a alguna situación de violencia de género dándole protección, acompañamiento profesional, psicológico. Esto es importante: establecemos una política social plana, donde se establecen estos ámbitos de gestión de la protección de género, y de las iguales oportunidades para todos.

LOS CAMBIOS EN ECUADOR: AUSTERIDAD ECONÓMICA, PRISIÓN PREVENTIVA PARA EL VICEPRESIDENTE GLAS Y LAS RESPUESTAS DE CORREA

Mencionó la reacomodación de tributos y recientemente el presidente Moreno ha anunciado diversas medidas a nivel económico y de ajustes a nivel estatal, ¿es posible cumplir con las metas que usted propone con ese recorte?

Sí, porque hemos tenido gobiernos con antecedentes de responsabilidad social. Es decir, constitucionalmente yo no puedo tocar los presupuestos de Salud (4 por ciento del PBI), de Educación (cerca del 6 por ciento del PBI) ni tampoco Bienestar Social, eso ya está asegurado independientemente de que exista un recorte en el presupuesto general del Estado. Aún con nuestros programas el Ministerio de Inclusión Económica y Social tiene un aumento de presupuesto por las prestaciones, por el aumento de las pensiones, por el bono de desarrollo humano variable, de acuerdo a cargas familiares, y por el aumento de cobertura. En el plan de anual de inversiones está establecido eso.

¿Entonces de qué manera afectarían estos cambios?

Los cambios tributarios que se dieron bajo el marco de un consejo consultivo, productivo y tributario, son una especie de conexión directa con el sector privado, sobre todo con el sector comercial privado. Es importante porque se tiene un espacio donde se puede negociar tributo y, por ejemplo, exonerar el anticipo del impuesto a la renta bajo ciertas ganancias de utilidad, esto quiere decir que también de la contra parte tiene que haber corresponsabilidad. Quiere decir que yo estoy generando para obtener estos beneficios, y ahí ha intercalado muy bien esa relación, porque eso es lo que necesita la sociedad: una dualidad en cuanto al sector privado, la inversión y también al Estado que de las facilidades para realizarlo.

Eso quiere decir que darán mayor lugar a la participación de la responsabilidad social empresaria en aquellos lugares donde el Estado no esté…

Sí, es darle más cabida, pero con responsabilidad social y también dirigiendo estos márgenes o verificando de parte del control del Estado. No estamos hablando de un estado absolutista que controla absolutamente todos los mecanismos de producción, pero sí darle libertad al comercio a la empresa privada, bajo márgenes de protección social, de protección laboral que deben existir. Al final, uno de diez empleos nueve son creados por la empresa privada y uno por el Estado, eso quiere decir que el camino debe ser por incentivos de para el aumento de producción e inversión de la empresa privada.

Antes de llegar a este puesto usted fue candidato a la presidencia por su propio espacio Fuerza Compromiso Social, ¿qué significa estar participando de esta gestión a pesar de haberse presentado como opositor?

A veces se mal entiende este concepto de decir que hay una oposición porque uno presenta una propuesta. Nosotros somos opositores contra la corrupción, contra la desnutrición, contra la inequidad social, nunca somos opositores contra una política de propuesta social y de bienestar. Me refiero a que nosotros planificamos y propusimos una ley bisturí contra la corrupción y yo mismo dije: si fuera por mí le corto las manos a los corruptos. Si hiciéramos así, veríamos cuántos sin manos quedan en el Ecuador. Nosotros manifestamos en la campaña la necesidad de tener ciertos rangos de negociación de tributo, que es lo que está haciendo ahora el presidente. Entonces, quien se oponía a ese tipo de cosas se oponía al país porque son grandes contribuciones al progreso independientemente de la bandera ideológica. Nosotros ratificamos las cosas que había hecho el presidente Rafael Correa, pero también criticamos lo malo. Las preventas petroleras en condiciones que probablemente no eran rentables para el país y el sobreendeudamiento. Esa es la visión que manifestamos a Lenín y cuando llegó la segunda vuelta quedaron dos propuestas: la de él y la de Guillermo Lasso y todos los candidatos se fueron con la propuesta de Lasso, nosotros nos apegamos más a la de Lenin Moreno porque era sincera, transparente y que sopesaba el bienestar social más que lo dogmático e ideológico. En ese aspecto lo apoyamos y lo seguimos apoyando. Es circunstancial que haya considerado nuestro nombre para una cartera, pero mañana yo voy a dejar de ser ministro de estado y vamos a seguir apoyando siempre y cuando se combata la corrupción como hasta ahora, siempre y cuando se dé oportunidades y se comience a zanjar esta brecha social para comenzar a dar criterios de igualdad para todos los ciudadanos.

En 2019 habrá elecciones distritales y, según publicaron diversos medios locales, candidatos de su fuerza se preparan para la contienda, ¿qué lectura debe hacerse de esto? ¿tiene aspiraciones a algún cargo electoral?

Nosotros como movimiento político responsable debemos prepararnos para la participación electoral. Parte de la lógica de un movimiento político es participar en elecciones y así lo tenemos que hacer. Sin embargo, y no he planificado participar de estas elecciones regionales, estamos con un proyecto político, vamos a lanzar candidaturas, en algunos espacios solos, en otros, con alianzas probablemente con el movimiento de gobierno o movimientos afines a nuestro pensamiento. Y, en base a eso, estamos procurando planes en beneficio de las provincias, en este caso que repercuta a nivel nacional.

En este momento es inevitable eludir la situación del vicepresidente Jorge Glas. Usted planteó que debía dar un paso al costado y despertó rispideces con Alianza País, ¿cuál es su lectura sobre lo que sucede a nivel político e institucional?

El presidente Lenín Moreno expresó lo que siente la población, un combate irrestricto contra la corrupción porque no es sólo el hecho de la transacción del dinero ilegal o la coima, sino que es dinero que se resta para nuestros chicos, que resta oportunidades de reinserción laboral para nuestros jóvenes, de acceso universitario. Si tenemos ese panorama obviamente que nos vamos a sentir indignados. Yo ratifico lo que dije: el vicepresidente por decencia, por grandeza, debía dar un paso al costado por el Ecuador. No por señalarlo o juzgarlo, sino para que la institucionalidad de la vicepresidencia de la república no se vea empañada. Definitivamente no se acogió esto. Incluso el movimiento de gobierno pidió mi separación de la cartera de estado. Pero dos meses después el presidente de la Asamblea Nacional, José Serrano, manifestó lo mismo que yo había dicho, que por institucionalidad y patriotismo debía dar un paso al costado. En todo caso, se cumplieron los procesos legales y será la justicia la que determine grados de responsabilidad o no del vicepresidente Glas. Saludamos esa independencia con que se ha manejado el caso y también la transparencia con la que se ha manejado el presidente Lenín Moreno, sin emitir un criterio a favor o en contra, dejó que la justicia actúe.

¿Pero a nivel nacional no ha generado un impacto ya esta situación?

Sí, a nivel nacional y regional. Para ningún estado democrático es bueno que el vicepresidente esté inmiscuido en este tipo de cosas, pero en todo caso se ha manejado extraordinariamente bien, con transparencia. No se ha lesionado el Poder Ejecutivo como tal porque sigue funcionando con sus programas de gobierno, nos apena mucho la situación y esperamos que esto se resuelva lo más pronto posible por el bienestar del país.

Correa ha manifestado abiertamente que tiene una visión crítica ante el proceso judicial que enfrenta Glas y respecto a diversas políticas del gobierno actual, ¿cuál es su postura ante esta situación?

Es una pena. Nosotros tenemos mucha consideración por lo que hizo el expresidente Rafael Correa en cuanto a inversión social. Estas pugnas políticas desconcentran la visión de lo que se quiere. El presidente Lenín ha sido muy ecuánime, no se ha sometido a esta exposición en redes sociales. Sin embargo, le ha dicho a todos los ecuatorianos que analicen la situación del país. Él reconoció muchísimas cosas que han pasado dentro de estos diez años de Correa, pero ha dicho que hay cosas que cambiar. Creo que es un pensamiento de visión más de Estado que política, por eso propone la consulta popular. Allí hay temas de gran interés nacional y se desapega un poco el interés político individual.

Usted ha planteado que rescatan algunas características del gobierno de Correa, sin embargo, en esta consulta popular que menciona se puede vislumbrar un paso hacia una reforma política, que incluso Lenín ha manifestado…

Las modificaciones que se proponen en la consulta popular son para recuperar el espíritu de la Constitución de Monte Cristi, donde se hace referencia a los derechos fundamentales, a la estructura fundamental que se debe tener como Estado. También entran las propuestas que tuvimos como movimiento político en la primera vuelta electoral, como ser el tema de la muerte civil y administrativa en cuanto a corrupción, la imprescriptibilidad para los casos de violación para la protección a nuestros niños. Es muy importante para la nación, nota un grado de discusión y debate a nivel nacional. También se tratará la reelección indefinida. Queremos que al final del día sean los ciudadanos los que decidan sobre los gobernantes, que no sea un cúmulo de burócratas quienes puedan decidir y quienes puedan estar sesgados por un interés particular.

¿Qué opina de un posible retorno –si es que se fue- de Correa al escenario político nacional?

Hay que ver los escenarios. Ecuador está pasando por una etapa de transición. En el momento de la elección del presidente Correa se necesitaba esa tranquilidad democrática. Veníamos de muchos cambios de gobierno, muchas veces de duración de meses. El presidente Correa vino y tuvo una estabilidad democrática teniendo una actitud fuerte y necesaria. Ahora se llegó a una estabilidad política, ya pasamos un nivel de transición y debe sentarse a las mesas de diálogo también con las empresas privadas, con los organismos multilaterales de crédito, con las diferentes democracias de la región y del mundo. Creo que ese rol lo desempeña muy bien el presidente Lenín Moreno. Estamos en un país que estaba un poco saturado de una sola visión y creo que en cuanto sigan manejándose las cosas adecuadamente y de manera transparente, la participación del presidente Rafael Correa no va a tener mayor cabida más que en el recuerdo de la gran gestión que se tuvo. Eso va a depender mucho de lo que se haga de ahora en más.

LA INTEGRACIÓN DE LA REGIÓN Y EL MUNDO

Habla de la consolidación de las relaciones con países de la región, ¿qué lectura hace de la integración entre los países de América Latina y el Caribe?

Creo que América Latina ha tenido una madurez. Desde hace 15 o 20 años hemos tenido una gran inversión en el sector social, gobiernos que pregonaban la equidad social, la eliminación de brechas y se tuvo un crecimiento importante. Después cambiaron los gobiernos por otras visiones. Sin embargo, se ha mantenido en gran parte esa misma visión, ya la gente tomó como propio aquellos avances que han tenido y no permiten fácilmente que eso se cambie a manos de gobiernos que son una combinación de neoliberales y capitalistas, que impulsan mesas de diálogo. En eso es importante las relaciones multilaterales con diferentes tipos de democracias, y se lo ha hecho de manera adecuada. Creo que no hay que pregonar el tener una sola visión, en las visiones distintas se construye un buen futuro, como se ha hecho en distintos países de Latinoamérica, pero sin intromisión soberana en los estados que tienen sus problemas y que tienen que resolverlos dentro de sus democracias.

Como es el caso de Brasil o Venezuela…

Sí, por supuesto, hay problemas que nos preocupan a los ciudadanos latinoamericanos, pero creemos que la injerencia probablemente es la peor receta para solucionar algún tipo de problemas en democracias que deben conciliar y conversar entre sí para llegar a un acuerdo.

Y en cuanto a lo que es la relación con los organismos multilaterales de crédito, Ecuador ha firmado un acuerdo con la Unión Europea, ¿qué otras posibilidades existen?

La idea del gobierno ecuatoriano es siempre abrirse a mercados. Obviamente con condiciones soberanas para el país, de protección para la producción ecuatoriana, pero también estimular la inversión de capitales. Esto quiere decir capitales que puedan reproducirse en el Ecuador, que puedan incentivar a la inserción laboral pero que también pueda ganar el empresario. El acuerdo con la UE hace grandes avances, ojalá hubiera sido mucho antes. Ecuador tiene condiciones un poco particulares: tiene el dólar como moneda, una depreciación del dólar, disminución de los precios del petróleo y afectación interna nacional. Por lo tanto, nuestros productos se encarecen un poco, hay que tener medidas restrictivas, como son las tasas arancelarias que se pusieron para estimular la compra de productos nacionales. Entonces, en base a ese aspecto, hay apertura. Nuestro ministro de Comercio Exterior hizo una gira internacional precisamente para buscar la apertura, recursos, nuestras embajadas están siempre pregonando la articulación comercial con nuestros distintos pares y países y esto es muy importante porque bajo estos mecanismos nosotros podemos superar ciertas brechas. Esto está establecido en las medidas del plan económico: se disminuye el impuesto a la renta o se da un periodo de gracia a las empresas para quienes quieren invertir capitales en el Ecuador. Esto es un gran incentivo para capitales internacionales, pero también hay corresponsabilidad, hay cierto monto que se debe dejar en el país, que se tiene que reinvertir y también en el hecho de las fuentes laborales, de trabajo que se puedan crear.

¿Cómo lo ha tratado la Argentina en esta visita?

La Argentina vive una polarización política desde hace poco y ha tenido un cambio de gobierno, que creo que para la población ha sido un poco más traumático de lo que se pensaba que podía ser. Me refiero a las políticas sociales del presidente actual. Pero, hemos visto que hay oportunidades del diálogo con las autoridades, de diálogo a nivel bilateral y eso es muy importante. Pero, hemos visto que hay oportunidades de diálogo con las autoridades, de diálogo a nivel bilateral y eso es muy importante. Estamos dejando de lado un poco la política ideológica radical. Hay una política de consenso ante los grandes problemas nacionales. Nosotros tenemos mucho respeto por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y también por su esposo Néstor Kirchner, incluso secretario de la Unasur, y creemos que en Argentina surge esa madurez política que debe surgir en los estados y, en ese consenso, el Ecuador está presto a toda la colaboración que se pueda dar por el bienestar de todos los ciudadanos argentinos, ecuatorianos y de toda la región.


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