Ingenieros costarricenses finalizan la construcción del primer satélite centroamericano

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El primer satélite elaborado en Costa Rica viajará la tarde de este lunes a Japón, donde será sometido a pruebas que determinarán su resistencia al espacio.

El aparato está enmarcado en el Proyecto Irazú, una iniciativa de la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), que no solo representa la primera incursión de nuestro país en misiones espaciales, sino también la del istmo.

Durante los seis meses que estará en órbita, el dispositivo recolectará información sobre emisiones de carbono de los árboles, con el fin de estudiar los efectos del cambio climático en nuestro país.

Lo hará con árboles de melina en Los Chiles de Alajuela, entre los cuales se ubicó una estación remota del ITCR. Ahí, por medio de sensores colocados en estos ejemplares, medirá la fijación de carbono y el crecimiento de estos, lo que le permitirá calcular las emisiones.

Una estación meteorológica situada en ese mismo sitio, reportará las variables climáticas de la zona y apoyará la labor de los sensores para proveer más información al satélite.

Los datos obtenidos de ese proceso irán a una estación ubicada en el campus central del ITCR, en Cartago, donde serán descargados los archivos para interpretación de los especialistas.

Exitoso ensamblaje

El satélite partirá la tarde de este lunes al Instituto Tecnológico de Kyushu, en Japón, luego de haber sido ensamblado en un cuarto controlado y esterilizado gracias al apoyo de la empresa MOOG Medical, fabricante de partes médicas y ubicada en la Zona Franca Coyol (ZFC), en Alajuela.

En ese recinto, que es incluso más limpio que un quirófano, dos profesores y dos estudiantes del ITCR se encargaron de armar el aparato durante tres semanas.

Debía tratarse de un cuarto que garantizara un ensamblaje esterilizado, pues las partículas de polvo o cualquier agente externo pueden hacerlo explotar al ser liberado al espacio, comentó Luis Diego Monge, gerente del proyecto de ACAE.

«Por ejemplo, cuando caminamos, nuestra piel libera 500.0000 partículas de polvo, y un cuarto de esta categoría no puede tener más de 100.000 partículas de polvo en un metro cúbico de aire», explicó el especialista.

El primer satélite hecho en Costa Rica que navegará en el espacio es un cubo de aluminio, con una dimensiones de 10cm x 10cm x 10cm y un kilogramo de peso.

Está diseñado bajo el concepto de los picosatélites CubeSat, los cuales son dispositivos muy pequeños, livianos y de bajo costo.

Este llevará a bordo una computadora, un sistema de comunicación y otro de potencia. Asimismo, contará con paneles solares y una computadora secundaria.

Trayecto futuro

Cuando llegue a Japón, el satélite pasará por pruebas de vibración y térmicas, entre otras, que emulan el ambiente espacial. Esto para verificar que sobrevivirá a esas condiciones.

Aunque los ensayos por los que pasará el dispositivo no se harán en suelo tico, sí serán dos costarricenses los encargados de llevar a cabo este proceso. Se trata de Marco Hernández y Juan José Rojas, profesionales del ITCR, quienes actualmente realizan estudios de posgrado en el Instituto Tecnológico de Kyushu.

Una vez superadas las pruebas, dicha institución educativa, socia de ACAE y el ITCR en el Proyecto Irazú, entregará el satélite a la Agencia Espacial Japonesa, encargada de la logística del lanzamiento.

Entre marzo y abril, el satélite saldrá en un cohete hacia el laboratorio Kibo, el módulo japonés de la Estación Espacial Internacional (EEI), desde donde será puesto en órbita, probablemente, en junio, afirmó Monge.

«El satélite no solo marca la presencia de Costa Rica en el espacio, lo cual es un hito en sí mismo, sino que, además, logró reunir a diversos sectores en una visión de desarrollo: a la sociedad civil, la academia y la empresa privada» aseguró Monge.

Esfuerzo conjunto

Para hacer realidad la fabricación de este dispositivo espacial, ACAE e ITCR emprendieron una campaña de recaudación de fondos por medio de la plataforma virtual Kickstarter, la cual tuvo el reto de conseguir $75.000 para completar los $500.000 necesarios para ponerlo en órbita.

La iniciativa, en la que participaron alrededor de 800 donantes entre ciudadanos y empresas, logró reunir $80.000.Según Marco Gómez, director de proyectos del Laboratorio de Sistemas Espaciales del ITCR, y quien participó en el ensamblaje del satélite, más allá del logro desde el punto de vista científico, el Proyecto Irazú supone una revelación intelectual para Costa Rica.

«Descubrimos talentos en el campo espacial que no sabíamos que existían. Por ejemplo, en la parte técnica nos colaboró Radioclub Costa Rica, los radioaficionados, que nos ayudaron en el diseño de las estaciones de radiocomunicación», contó el experto.

Asimismo, Gómez destacó el aporte de los estudiantes de Metalmecánica del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), encargados de construir la carcasa o armazón del satélite.

«En el INA se hizo la estructura del satélite, que debía tener una precisión milimétrica, porque cuando despegue el cohete en el que se va a lanzar, debe calzar a la perfección», concluyó Monge.

El dispositivo, ensamblado y totalmente listo para partir a Japón, se presentó este lunes en las instalaciones de MOOG Medical.

La Nación


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