Haití: tras 13 años, los cascos azules argentinos se retirarán el 15 de octubre

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El próximo 15 de octubre no quedará un sólo miembro de ningún país de la emblemática Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) uno de los pocos sitios donde la Argentina desplegó sus buenas dotes en misiones de paz.

Ocurre que en la última década la actividad internacional del país en este tipo de contribuciones multilaterales se redujo, y quedó concentrada, por una parte, en la asistencia internacional a la población haitiana, y por la otra en la ya histórica misión de casi 300 cascos azules nacionales en Chipre.

Pese a estar concentrados en esos dos sitios específicos, los militares argentinos tuvieron una destacada y respetada actuación, que ahora se transformará por completo, y derivará en una fuerza policial también controlada por la ONU.

Para esa nueva misión para el apoyo a la justicia en Haití (MINUSJUTH), el Gobierno enviará a efectivos de Gendarmería.

Las señales que está dando es que se manejará ese número a la «carta», según el pedido que le hagan desde Puerto Príncipe y Nueva York. Y en las últimas semanas se baraja el nombramiento del diplomático Pedro Von Eyken como nuevo embajador en la isla.

Por otra parte, los militares seguirán concentrados en Chipre, y también ahora hay un compromiso con el proceso de paz en Colombia pero con el envío de observadores militares, ya que no son estrictamente cascos azules armados.

El plan argentino es el de participar con 15 policías civiles (gendarmes del Ministerio de Seguridad) y la disposición a incrementar la fuerza si fuera posible y necesario, informó ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador Martín García Moritán, cuando hizo su discurso sobre la presencia argentina en Haití.

«La Argentina destaca los avances realizados hacia el cierre de la MINUSTAH y el establecimiento de la MINUSJUTH, en particular en los aspectos relativos a la futura implementación de su importante mandato de asistencia a la consolidación de las instituciones del estado de derecho, el fortalecimiento de la Policía Nacional Haitiana y la promoción y protección de los derechos humanos en ese país».

Según explicó a este diario el director de cooperación regional e internacional del ministerio de Seguridad, Gastón Schulmeister, la MINUJUSTH integrará un contingente de hasta siete unidades de policía constituidas (980 agentes armados) y otros 295 (no armados).

Pero recordó que «desde el año 2007, la Argentina contribuye con agentes policiales, y que con la MINUSTAH llegaron ha a ser 120.

La MINUSTAH fue creada precisamente por el Consejo de Seguridad de la ONU en 2004, tras la intervención militar que reemplazó al presidente Jean-Bertrand Aristide por Boniface Alexandre. Este último fue quien solicitó la MINUSTAH. Una resolución en abril pasado renovó su mandato por sólo por seis meses pero en los hechos esta estaba terminada para este año.

Pero todo eso ya es pasado. En abril partió el último contingente de Cascos Azules, el número 25, que estaba compuesto por 65 efectivos, de los cuales 5 son del Ejército, 5 de la Armada y 55 de la Fuerza Aérea.

Y el 1 de septiembre el prestigioso Hospital Militar Reubicable de la Fuerza Aérea Argentina (HMR) que funcionó en la pauperizada isla -que «comparte» la mitad del territorio con República Dominicana- ya había dejado de funcionar.

Los argentinos en la MINUSTAH terminan con enorme prestigio en una misión que también fue blanco de fuertes críticas. ONU ha reconocido que agentes de la misión -como los de otras en otras partes del mundo- cometieron abuso sexual y explotación de mujeres y menores de edad. También se los acusa de descuidos de salud enormes, tal los casos de transmisión de cólera a la población local que se le achacan a las fuerzas de Nepal.

Por el contrario, los argentinos acreditan la conformación del Hospital Reubicable, que desde 2005 a 2017 realizó más de 200.000 atenciones médicas, intervenciones quirúrgicas, y fue central en la vida de la población durante el terremoto de 2010 y el huracán Matthew, que hicieron aún más estragos en uno de los países más pobres del planeta.

Clarín

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