Derecho a decidir – La Razón, Bolivia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Como todos los años desde 1990, hoy es el día en que hombres y mujeres de centenas de organizaciones de la sociedad civil en casi 30 países de Iberoamérica se movilizan en demanda de la despenalización del aborto. En algunos de estos países la despenalización es ya una realidad, pero en otros todavía no, y en todos ellos hay mucho que discutir al respecto.
En efecto, la Campaña 28 de Septiembre es una iniciativa del movimiento de mujeres latinoamericanas y caribeñas que luchan por la despenalización del aborto, en el marco de la democracia, los derechos humanos y la justicia social. Su propósito es educar a la población sobre las consecuencias del aborto inseguro y sensibilizar a quienes toman decisiones políticas en cuanto a su impacto social, especialmente en las mujeres de escasos recursos.
La visión que inspira esta campaña es, dicen quienes la organizan, construir “una sociedad democrática, donde las mujeres deciden sobre sus cuerpos y proyectos de vida, donde estas decisiones son respetadas y donde los Estados generan las condiciones para garantizar el ejercicio de estos derechos”. Agregan que, en este contexto, “el aborto legal y seguro es un derecho reproductivo constitutivo de los DDHH que se ejerce en un contexto de laicidad del Estado, justicia social e igualdad de género”.
Para comprender la importancia de lo que está en juego, la campaña recuerda que cada año solo en Latinoamérica se practican más de 4 millones de abortos inseguros, precisamente porque o su práctica está prohibida o porque las mujeres no pueden pagarse un procedimiento en condiciones óptimas. En Bolivia, reveló días atrás la Ministra de Salud en una entrevista con La Razón, los abortos mal practicados son la tercera causa de mortalidad materna.
Así, mientras organizaciones conservadoras, por lo general asociadas con las iglesias Católica y protestantes, difunden mensajes engañosos haciendo creer que la despenalización del aborto lo convertirá en un método de control de la natalidad, sigue reproduciéndose la tragedia que representa para cualquier mujer el tomar tan drástica decisión, a lo que se suma el rechazo de individuos que pretenden constituirse en jueces de la moral ajena.
Lo cierto, en todo caso, es que en aquellos países donde se ha despenalizado la interrupción voluntaria del embarazo no solo se ha reducido drásticamente el número de mujeres que mueren por la mala práctica médica, sino, sobre todo, ha disminuido la cantidad de mujeres que acuden a este extremo procedimiento, pues la despenalización no es completa si no se acompaña de información y educación oportunas y suficientes.
Hoy es, pues, un día en el que hombres y mujeres debemos reflexionar y manifestarnos, no necesariamente a favor del aborto, pero sí en contra de las normas, legales y morales, que condenan a las mujeres a practicarlo en condiciones inseguras, poniendo sus vidas en riesgo.