Entrevista a Constanza Moreira, senadora del Frente Amplio uruguayo y ex precandidata presidencial: “Es una vergüenza aplicarle la cláusula democrática a Venezuela cuando jamás estuvo en cuestión aplicársela a Brasil”
Por Luca Guillen.
Constanza Moreira es senadora y referente de Casa Grande, una facción del oficialista Frente Amplio, que atraviesa intensos debates tras la decisión del gobierno de apoyar la suspensión de Venezuela del Mercosur. En esta entrevista, Moreira le explica a Nodal la posición de su espacio, que emitió una declaración de repudio ante la decisión del Ejecutivo.
– ¿Cuál fue la posición de Uruguay respecto al tema Venezuela?
-Las presiones para separar a Venezuela del Mercosur fueron grandes, desde la asunción del gobierno de Temer, y también Paraguay hizo mucha presión, de alguna manera en represalia por lo que había sido la suspensión de Paraguay cuando el golpe parlamentario contra Fernando Lugo.
Las presiones fueron muy grandes. Desde el principio Uruguay se fue resistiendo, pero finalmente se tomó la decisión de que mientras Venezuela no ratificara toda la normativa indicada para la condición de socio pleno del Mercosur iba a estar separada administrativamente. Esta decisión ya tiene un tiempo.
Para algunos de nosotros Uruguay se tenía que resistir a esta decisión del Mercosur, pero esta decisión se aplicó y, obviamente, Venezuela no tenía condiciones de internalizar esa normativa, hasta por el hecho de que la normativa tenía que ser internalizada a través del Parlamento, y dada la situación del conflicto de poderes en Venezuela eso era imposible, ya se sabía que era imposible. Este fue el primer paso.
Luego vino la aplicación de la cláusula democrática, algo que ni la Unasur ni la OEA están en condiciones de hacer por la resistencia de otros países. Quiere decir que el Mercosur decidió dar una lección ejemplarizante a Venezuela ante la imposibilidad de que otros organismos más importantes pudieran hacerlo. Eso tenía bajo costo porque ya había empezado a hacerlo, y ahí yo creo que Uruguay termina su periodo de resistencia y decide acompañar de la misma manera que la vez pasada.
En vez de imponer su poder de veto, lo que hace es abstenerse. Cuando a Venezuela se le exige la internalización de la normativa, en este caso, yo creo que acompaña en un contexto de mucha inseguridad relativa, respecto a su condición de país pequeño en este marco.
Pero para muchos de nosotros nos tendríamos que haber resistido. Es una vergüenza aplicarle la cláusula democrática a Venezuela cuando jamás estuvo en cuestión aplicarle la cláusula democrática a Brasil, donde fue un escándalo todo lo que pasó con la destitución de Dilma y la asunción de Temer, sospechado de varios escándalos de corrupción. Me parece que lo de Brasil podría haber ameritado aplicarle la cláusula democrática y sin embargo no se lo hizo.
– ¿Hubo debate interno en el Frente Amplio al respecto?
-Dentro del Frente esto fue súper discutido, pero nosotros no tuvimos arte ni parte, en la decisión de la cancillería. Es importante decir que el equipo de la cancillería encuentra muchas resistencias en los grupos más de izquierda del Frente Amplio. No solamente por esto, sino por el Tratado de Libre Comercio con Chile, las decisiones que se han ido tomando en el Mercosur para que cada país pueda ir negociando por separado, porque esta posibilidad de negociar por separado supone enflaquecer más un Mercosur ya debilitado.
Nuestra impresión es que nadie tiene mucho interés en que el Mercosur prospere y, en realidad, los países hoy están gobernados por presidentes muy antipáticos a la idea de un Mercosur robusto, de una región más integrada, todos están haciendo sus juegos bilaterales con Estados Unidos, con este Estados Unidos tan temible en manos de Trump.
Obviamente Macri resolvió retomar las relaciones carnales con Estados Unidos, Temer lo mismo, Paraguay ni hablar. Uruguay es el que viene manteniendo el recato con respecto a estas cosas, pero en esta situación de debilidad, el Uruguay cede, y muchos grupos del Frente Amplio, no todos, y los dos grandes grupos el Frente Aníbal Serení que comanda el actual ministro de Economía Danilo Astori, y el MPP que comanda el ex presidente Mujica no dieron un voto de rechazo a la decisión de Uruguay de acompañar la aplicación de la cláusula democrática contra Venezuela, pero muchos otros grupos entre los cuales incluyo el grupo al que pertenezco (Casa Grande), si expresamos nuestro repudio a la medida.
Hoy el Frente Amplio lo está discutiendo, pero no creo que salga del Frente una condena a esta medida del gobierno, hasta por el hecho de que el gobierno no está pasando su mejor momento, hemos perdido la mayoría parlamentaria, tenemos una situación económica difícil, y el Frente Amplio no va a elegir este momento para enfrentarse al gobierno.
– ¿Cómo analizas el contexto de integración latinoamericano en la actualidad?
-Este viento y proyecto de la gran Patria que se ha visto saboteado desde el comienzo de las luchas por la independencia, creo que ya pasó su momento, tuvo un gran momento protagonizado por Chávez, Kirchner y Lula, tuvo una gran instancia en Mar del Plata con el rechazo al ALCA.
Es mucho lo que se hizo en la década larga del progresismo latinoamericano por la integración, el surgimiento de la Celac, el Banco del Sur, la creación de la Unasur, pero todo esto tuvo liderazgos presidenciales y diplomacias presidenciales muy importantes que hoy juegan en contra. Va quedando Evo Morales por allí, pero Bolivia está preocupada por otras cosas, y no tiene condiciones de liderar el proyecto de integración latinoamericana.
Pienso que quizá toda esa supranacionalidad nos pueda servir para algo, pero en este momento América Latina pasa una situación económica muy difícil, por las caídas de los precios de los commodities, y este viento de cola que ha cesado y empujó el barco a lo largo de estos años. Creo que políticamente también es un momento muy difícil, primero por el cambio en la política estadounidense, Trump es un enemigo de América Latina. La presidencia de Trump vuelve a colocar a América Latina en una posición muy desventajosa respecto a EEUU y, finalmente, el triunfo o envalentonamiento de las derechas en América Latina es lo que pone en entredicho porque ya se sabe que las derechas no creen en la integración, creen en hacer negocios de igual a igual con los grandes, lo que es un disparate, nadie hace de igual a igual con los grandes.
Pero esta idea de que en política exterior no hay ideología sino intereses es muy propia del pensamiento de la derecha. Estamos pasando un mal momento, los países que todavía quedamos con gobiernos de izquierda tendríamos que dar el ejemplo en ese sentido. Yo creo que Uruguay está muy debilitado en el plano internacional, y acá hay una discusión muy grande de lo que pasó con Venezuela. Mas allá de esto, yo creo que es una vergüenza tener que escuchar de Temer hablar sobre democracia, francamente.
En el Frente Amplio hay una gran división de los que opinan favorablemente de la Asamblea Constituyente y los que la critican. El Frente amplio está muy dividido sobre lo que pasa en Venezuela.