Chile: a un año de la muerte de la activista Macarena Valdés, la Fiscalía decide reabrir la investigación

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Un año sin “la Negra”: El esperanzador giro en la investigación por la muerte de la activista Macarena Valdés

Por Francisco Parra

Ante las 30 personas que llegaron a la Fiscalía Regional de Los Ríos, Rubén Collío dio la buena noticia, la primera en todo un año de búsqueda de justicia.

“Nosotros tenemos la confianza como mapuche de que podemos hacer cosas importantes y con esa convicción salimos hoy en la mañana, con la convicción de que íbamos a cambiar el curso de esto, porque en Tranguil hubo un asesinato que no va a quedar impune”, cuenta Rubén.

Hace exactos 365 días, lo que era el sueño de la familia Collío Valdés cambió para siempre. Llevaban tres años desde que dejaron la ajetreada realidad capitalina por una nueva vida en Tranguil, una pequeña localidad en la comuna de Panguipulli, Región de Los Ríos. Ese fatídico 22 de agosto de 2016, el segundo hijo de la familia, de apenas 11 años, encontró a su madre Macarena Valdés Muñoz colgada de una viga.

Lo que Carabineros, el Servicio Médico Legal y la Fiscalía declararon inmediatamente como un suicidio, para Rubén Collío y la comunidad Newen de Tranguil, era un asesinato: a “la Negra” la habían matado.

Después de un año de denuncias, tocatas, funas y recolectas, por primera vez la justicia se abrió a lo que pedía la familia a gritos: La exhumación del cuerpo y una segunda autopsia que confirme que la historia tras la muerte de Macarena Valdés está lejos de terminar. Porque suicidio o no, la “Negra” pasó a enrostrar la larga lista de activistas muertas en medio de un conflicto medioambiental.

El peritaje clave

La autopsia de Macarena Valdés, firmada el doctor Enrique Rocco del Servicio Médico Legal de Valdivia, es clara en sus conclusiones: “Asfixia por ahorcamiento”, dice como la causa de muerte.

Este informe llevó a que la Fiscalía local de Panguipulli intentara, en dos ocasiones, decretar el cierre de la investigación por la muerte de Macarena Valdés. No se necesitaban más pruebas: se había suicidado.

El problema es que el informe de autopsia estaba incompleto y no se podía descartar la intervención de terceros. Así lo denunció el médico forense Luis Ravanal en noviembre pasado, en un reportaje de Radio Villa Francia.

Rubén Collío, junto a la Coordinadora por Justicia para Macarena Valdés, organizaron tocatas y rifas en Temuco, Valdivia, Panguipulli, Santiago, Chiloé y Concepción para recaudar fondos y optar por un perito privado para que analizara la autopsia del SML, ante la inacción de la fiscalía local de Panguipulli. Y lo lograron.

El metaperitaje -informe que analiza la autopsia- firmado por el propio Luis Ravanal terminó siendo la prueba clave que determinó la reapertura del caso y la futura exhumación del cuerpo. “Es indiscutible y es tremendamente contundente. No hay forma de decir cabe duda, está clarito que hay una mala práctica del Servicio Médico Legal de Valdivia”, asegura Rubén.

El propio forense Luis Ravanal explica el detalle: “No hay signos de lesión vital en la zona del ahorcamiento, es decir, la piel, los tejidos que fueron comprimidos por la soga con la cual se suspendió el cuerpo, no presentan infiltración sanguínea, que es lo que ocurre cuando alguien, estando vivo, es colgado”.

Además, la autopsia tampoco da cuenta de hemorragias en la zona del cuello. Esto, según Ravanal, genera “dudas razonables” sobre si el ahorcamiento fue cuando Macarena estaba viva o ya fallecida. “Por eso la necesidad de una segunda autopsia”, afirma el doctor que tiene experiencia en casos como estos: Hace unos años, logró demostrar que la autopsia de José Tohá fue falseada por la dictadura militar y que no se trató de un suicidio, sino de un homicidio.

Ahora, Ravanal no duda en criticar a la Fiscalía por la demora en aceptar la exhumación del cuerpo. Un año después, la degradación de las muestras puede llegar a ser clave o no. No se sabrá hasta ver el cadáver. “Es lamentable que no se agoten los recursos por parte de los organismos públicos y que tenga que recurrirse a peritos particulares. No se debería llegar a estos extremos, se deben mejorar la calidad de las investigaciones”, comenta el forense.

Rubén se emociona con el largo camino recorrido hasta ahora. Lo de ayer fue un paso clave, reconoce, pero no es suficiente. Ahora, espera que se investigue a fondo la verdad sobre la muerte Macarena. “Yo tengo la certeza de que ella no se iba a quitar la vida. Además de eso, hoy tenemos una certeza técnica”, afirma.

“Nos van a tapar en centrales”

Rubén Collío y Macarena Valdés se convirtieron, sin quererlo, en líderes de la resistencia local ante el proyecto de una central hidroeléctrica que buscaba instalarse en Tranguil, de propiedad de la empresa austríaca RP Global.

Las dudas en torno a la muerte de Macarena se acrecentaron por el contexto. Dos días antes de ser encontrada sin vida, dos personas fueron a la casa de Mónica Pailamilla, quien arrendaba el terreno a la pareja y sus cuatro hijos, y le hablaron de gente que “quería hacerles daño”.

Y un día después, mientras Rubén reclamaba el cuerpo en el SML de Valdivia, funcionarios de la empresa Saesa llegaron a la casa de la familia a instalar un tendido eléctrico que pasaba por fuera de la propiedad, como parte de la construcción de la mini central. Estaban escoltados por Fuerzas Especiales de Carabineros.

Pese a la oposición local, la mini central fue construida y hoy se encuentra operativa. Pasó sin dilema alguno los trámites ambientales, pues la Ley 19.300 limita en 3 MW las centrales que deben pasar por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). La de RP Global tiene, convenientemente, 2.9 MW.

En conversación con El Desconcierto, el gerente comercial de RP Global Chile, Christian Lisenmeyer, aseguró que se trata de un “proyecto de energías renovables de muy bajo impacto que se ajusta totalmente a lo que requiere la ley y es muy amigable con el medio ambiente”.

Pese a esto, el director de Finanzas de la empresa, Jorge Rodríguez, reconoció al medio especializado Hydro Word que Tranguil es una pieza clave en futuros proyectos en Chile y que pretenden tener “una capacidad de 150 MW en los próximos tres o cuatro años”.

“Es como si yo llegara y te dijera que quiero instalar un carrito de sopaipillas y me instalo en tu patio. Si total, no tienes auto, así que puedo ocupar la entrada. Te aviso, con eso es suficiente”, cuenta Rubén Collío para retratar la situación con la hidroeléctrica en Tranguil.

“Nos van a tapar con centrales, aunque sean mini centrales, nos van a tapar y llenar el territorio. Es una estrategia y lo hacen sin consultarnos”, agrega. Pese a que Chile ratificó el convenio 169 de la OIT, que obliga a la realización de una consulta indígena para proyectos que intervienen territorio ancestral, no se aplicó en este caso, como tampoco se hace en la mayoría de las iniciativas que buscan ocupar territorio de comunidades indígenas.

El Desconcierto

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