Tras el acto fallido de Mendoza, la Triple Alianza insiste en expulsar a Venezuela del Mercosur – Por Rubén Armendáriz

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La ofensiva del presidente argentino Mauricio Macri contra Venezuela encontró un límite en la Cumbre del Mercosur en Mendoza, cuya declaración final, que no firmó Evo Morales, no contempla ninguna sanción al país caribeño aunque insta “al gobierno y a la oposición a no llevar a cabo ninguna iniciativa que pueda dividir aún más a la sociedad venezolana”.

Lo cierto es que la triple alianza argentino-brasileño-paraguaya no podía implementar en Mendoza el procedimiento para sancionar a Venezuela y si bien el documento emanado de la cumbre presidencial pareciera “suave”, una comunicación posterior, filtrada por la prensa, dejó en claro que la ofensiva seguía su marcha. Mientras, la organización argentina del evento decidió quitar la bandera de la República Bolivariana de Venezuela del evento, en un gesto que sorprendió a brasileños y uruguayos.

Lo que recogió el diario argentino Cronista es que la cancillería brasileña (en la presidencia pro tempore del bloque) convocará a una reunión de urgencia para que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro o su canciller, Samuel Moncada, concurran a Brasilia a responder las inquietudes del Mercosur, preferentemente antes de que se realice la elección de convencionales constituyentes previstas para el 30 de julio, en aplicación del Protocolo de Ushuaia.

Difícilmente esa reunión pueda darse esta semana en Brasilia. Si se lleva adelante la elección de constituyentes, seguramente Venezuela sea expulsada del Mercosur: esa es la línea que ya marcó Trump y que la triple alianza mercosureña está dispuesta a cumplir, ¿incluso con el apoyo de Uruguay?

Puede ser cierto que Macri no logró la condena explícita del gobiernos de Nicolás Maduro que pretendía y creía asegurada. Tabaré Vázquez, hizo correcciones a la redacción del documento, Michelle Bachelet intercedió y Perú se retiró insatisfecho. Es lo que la prensa argentina le da por llamar “la grieta sudamericana”. Parece que el que reivindicó el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países fue Bolivia, que directamente no firmó el texto final.

Lo cierto es que Macri sufrió el segundo fracaso diplomático en 19 meses de gobierno (el primero fue el fracaso de su excanciller Susana Malcorra de alcanzar la secretaría general de la ONU), tras presionar para lograr la expulsión de Venezuela del Mercosur (ya habían logrado suspenderla) por aplicación de la cláusula “democrática” del Protocolo de Ushuaia. La oposición venezolana quedó más débil: estaba segura de una sanción dura en Mendoza y había preparado sus fanfarrias.

El Mercosur expresó su “profunda preocupación por el agravamiento de la crisis política, social y humanitaria” en Venezuela, a la vez que instaron al “cese de toda violencia y a la liberación de todos los detenidos por razones políticas” en el país caribeño. En forma paralela y casi en el cierre de la cumbre de presidentes, los cuatro países miembros del bloque regional con la adhesión de Chile, Colombia, Guyana y México enviaron una nota a Caracas “instando” a iniciar un proceso de diálogo en “un plazo particularmente breve”.

La acción promovida por Argentina y Brasil fue rechazada por el presidente de Bolivia, Evo Morales -no firmó la declaración sobre Venezuela-, y las delegaciones de Perú y Ecuador, según confirmaron fuentes oficiales. Querían que el texto advirtiera explícitamente que si Nicolás Maduro insistía en convocar a una Constituyente el 30 de julio, el Mercosur consideraría inexistente la vocación de diálogo por parte de Caracas. No lo pusieron en la declaración de la cumbre, sí en la nota que desde la presidencia pro témpore enviaron a Caracas

Los “demócratas”

“Nos estamos ofreciendo para ser facilitadores del diálogo”, sostuvo luego, en conferencia de prensa, el canciller argentino Jorge Faurie. Tanto Faurie como Aloysio Nunes, canciller de Brasil, país que se hizo cargo de la presidencia pro tempore, dejaron en claro que el bloque no dispuso sanciones contra la administración de Maduro e incluso negaron que la nota enviada hoy fuera un ultimátum.

“La consulta no es un ultimátum sino que esperamos que sea real y fructífera la gestión”, explicó Nunes, para remarcar que la aplicación de la cláusula democrática “tiene que ser adoptada por consenso de los estados miembros del Mercosur”.

Tras el “divorcio”entre Macri y Malcorra, Faurie demostró en cada frase ser hombre del Presidente, y desde la tarde del jueves desarrolló una campaña mediática con declaraciones agresivas contra Venezuela dando por sentado que no se trata de una democracia, criticando abiertamente al Presidente Maduro y pidiendo una suspensión definitiva de los venezolanos (la expulsión no existe en las normas del bloque).

Pero el texto final no dice nada de eso y el hecho de exhortar” al Gobierno y a la oposición a no llevar a cabo ninguna iniciativa que pueda dividir aún más a la sociedad venezolana o agravar conflictos institucionales” bien puede aludiar a la elección de constituyentes como al plebiscito informal de la oposición (el 16 de julio) o el anuncio de un Estado paralelo, con designación de jueces pralelos….

Otro matiz uruguayo está en el texto: “Convencidos que la solución a la crisis sólo podrá ser resuelta por los venezolanos, instan al Gobierno y a las fuerzas opositoras de la hermana República Bolivariana de Venezuela al diálogo, que permita una concertación política creíble”.

En la cumbre de los presidentes Evo Morales entregó el documento de la Cumbre de los Pueblos realizada ante la cancelación por el gobierno argentino la Cumbre Social que se realizaba paralelamente a la de presidentes y destacó que “Ni como países de Mercosur ni como organismos de América podemos ser cómplices de una intervención norteamericana en Venezuela”.

Recordó asimismo que “Las intervenciones en Libia, Irak y otros países son para apropiarse de recursos naturales. Detrás de la intervención en Venezuela está el petróleo. Por eso, nuestro Mercosur no puede repetir la amarga historia de la OEA: por razones políticas o ideológicas expulsar o excluir a países”.

(*) Investigador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). www.estrategia.la

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