Mercados fronterizos de Dominicana y Haití motorizan la economía de más de 200 mil habitantes

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Los mercados fronterizos que se realizan entre República Dominicana y Haití se han convertido en el motor económico para más de 211,160 habitantes y miles de familias en todo el país, contrarrestando la falta de inversión pública en las provincias de Dajabón, Elías Piña, Jimaní y Pedernales.

Así lo afirma una de las conclusiones desprendidas del análisis de coyuntura que realizó el Centro Bonó, el cual tuvo como tema: “Mercado Fronterizo, Importancia de las Relaciones Comerciales entre RD y Haití”.

Agrega que el buen funcionamiento de estos mercados dependerá de la puesta en marcha, de manera urgente, de un espacio de diálogo binacional que rompa con la “veda creada en el intercambio comercial”.

Precisa que ese espacio de diálogo debe contemplar, además, la incorporación de los agentes comerciales y del transporte local que operan en la frontera, y la búsqueda de soluciones conjuntas a las diferentes problemáticas que afectan el buen funcionamiento “de unos mercados que son de vital importancia para todo el país”.

Asimismo, señala que el mercado de Haití, y en especial los mercados fronterizos, representan un importante destino para los productores dominicanos y los habitantes de la frontera.

“Las relaciones de intercambio comercial en los mercados binacionales y fronterizos con Haití son un factor que de manera significativa permite la reducción del nivel de desempleo en los municipios y provincias fronterizas dominicanas y en las comunas fronterizas haitianas”, resalta.

De acuerdo a Sócrates Méndez, coordinador de los comerciantes de la provincia Independencia, “las relaciones comerciales binacionales son las que están dando sentido al mercado laboral local”.

Indica que el clima de inestabilidad y la desregulación de los principales puertos comerciales terrestres de República Dominicana en sus relaciones con Haití, se producen por no tener establecidas unas medidas tendentes a asegurar su buen funcionamiento.

“La falta de reglas claras, espacios de diálogo entre los gobiernos de ambos países, un estamento regulador en el orden jurídico, fiscal, en el sistema de transporte, en las relaciones de compraventa y en la logística de los mercados, son factores que se traducen en elementos que distorsionan la funcionalidad y desarrollo de los mismos”, pondera el análisis.

“Estas provincias, que están sufriendo una falta de protección por parte del Gobierno de República Dominicana, ven salvada su situación gracias a los mercados fronterizos binacionales y en general a través del comercio con Haití que se ha convertido en un instrumento que contribuye a reactivar la producción”, concluye.

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