Evo Morales, presidente de Bolivia: “No me arrepiento de haber expulsado al embajador de EEUU”

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Evo Morales, presidente de Bolivia: “No me arrepiento de haber expulsado al embajador de EEUU”

Por Nicolás Trotta.

Viajamos a los 3600 metros de La Paz a la espera de poder conversar con el presidente Evo Morales y acompañarlo en una maratónica jornada de recorrida por distintas ciudades. Los días del primer mandatario de origen indígena son eternos, arrancan a las 4 de la mañana y terminan a la medianoche. Son famosas las anécdotas de funcionarios que caen rendidos ante el cansancio y dormitan sentados en reuniones de gabinete. La cita es en el Palacio Quemado, a las 7, después de una reunión entre el presidente y el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Todos deben adecuarse a su incansable cultura del trabajo. En una extensa conversación, Morales es frontal y no evade ninguna definición.

–¿Qué significa ser de izquierda en el siglo XXI?

–Primero identificar a los enemigos internos y externos. El enemigo interno que hay en cada Estado es la derecha y la derecha es un instrumento del Imperio. Si hablamos del Imperio, hablamos del saqueo de los recursos naturales que hay en todo el mundo, desde la historia de la humanidad. Ser izquierdista en este siglo, en este milenio, es orientar a las nuevas generaciones, que las nuevas generaciones deben estar convencidas que su peor enemigo es el capitalismo. Si no identificamos a los enemigos internos y externos, pues no garantizaremos la esperanza de las futuras generaciones e internamente como gobierno debemos presentar resultados en la gestión pública.

–La integración de toda Bolivia, no solo territorial, sino de todas las naciones que la componen, es un hecho inédito en nuestra América Latina es un proceso que debería ser conocido en todo el continente. 

–Yo digo que hemos unido Bolivia, occidente y oriente, campo y ciudad. En el año 1959, Estados Unidos. planteó hacer desaparecer Bolivia, unos que se vayan a Argentina, otros a Chile, Paraguay, Brasil. Que no haya Bolivia. Quiero decir lo importante de no tener embajador de Estados Unidos. Un exiliado minero expulsado de Bolivia me dijo: “presidente Evo hay que cuidarse de la Embajada.” Le pregunte por qué y me respondió que únicamente no hay golpe de Estado en Estados Unidos porque no hay embajador de Estados Unidos en Estados Unidos.

–La sabiduría popular.

–No me arrepiento de haber expulsado al embajador de los Estados Unidos.

–Quien fue uno de los grandes impulsores del intento del golpe de Estado en 2008. 

– sí es.

–¿Cómo sueña la América Latina del futuro?

–Compartimos con presidentes como Raúl [Castro], Correa, Maduro, con algunos ex presidente también, y quisiéramos que nuestro continente mediante América Latina y el Caribe sea un modelo de continente. El problema de las FARC en Colombia que debe acabarse mediante el diálogo. Debemos ser un continente de paz pero con justicia social, una paz con dignidad e igualdad en derechos. América Latina tiene muchos recursos naturales, están en manos nuestras, por eso sueño que América Latina debe ser un modelo de continente para otros continentes.

–Cuáles son sus temores?

–Las agresiones económicas, políticas y militares de los Estados Unidos. Y para enfrentar eso es muy importante la unidad de los pueblos y la unidad de los movimientos sociales.

–¿Cómo se llegó al presente de transformaciones que transita su país?

–Ha sido una larga reflexión. Recuerdo perfectamente, con motivo de los 500 años de resistencia indígena popular, me refiero a la invasión europea de 1492 a 1992, ahí los líderes indígenas decidimos pasar de la resistencia, del estado colonial, del modelo neoliberal, de la dominación imperial, pues, a tomar el poder. Siento que en algunos países, especialmente en Bolivia, hemos cumplido con ese mandato de profundas reflexiones a 500 años de la invasión. Dijimos que nosotros mismos debemos gobernarnos. Recordarán el pasado aquí, gobernaban algunos de habla inglesa, inclusive en el Palacio Quemado, en el gabinete, participaba el Fondo Monetario Internacional, en el Palacio estaba la CIA. En el Banco Central de Bolivia estaba la oficina del FMI. Eramos prácticamente dominados y sometidos a las instancias internacionales, y por eso viene el gobernarnos nosotros mismos. Para eso también nos planteamos que con el poder sindical, con el poder social, no podíamos aprobar leyes y decretos, entonces teníamos que saltar de la lucha sindical, de una lucha social a una lucha electoral, con principios, con valores, con ideología, con programas hechos por los bolivianos, inspirados por los movimientos sociales.

–¿Cuáles fueron los ejes de ese programa electoral?

–Decidimos tres cosas: en lo político, la refundación de Bolivia, en lo económico la nacionalización, y en lo social la redistribución de la riqueza, ese es el modelo económico del país. Y nuestra experiencia demuestra qué tan importante ha sido acompañar a la liberación política mediante una liberación económica, la liberación política con la refundación de Bolivia. Dejar el Estado colonial, de un Estado colonial pasar a un Estado plurinacional donde todos tengamos derechos, también obligaciones y deberes, pues somos seres humanos. Somos tan diversos, no solamente diversidad geográfica, económica, fisionómica, eso se respeta y esa etapa ha sido difícil, el tema de la nacionalización y la parte económica ha sido más sencilla. Además de eso quiero confesarle que, como por primera vez un dirigente sindical y del movimiento indígena llega a la presidencia, me dije “si yo dirijo mal Bolivia nunca más el pueblo boliviano va a confiar en otro dirigente sindical y de origen indígena”.

–Acceder a la presidencia implicaba la toma formal del poder, pero no necesariamente el ejercicio. La influencia de los EE.UU. históricamente ha sido muy fuerte al igual que la del establishment tradicional de la Bolivia de la Medialuna. Uno de los primeros pasos de su gobierno fue la nacionalización de los recursos hidrocarburíferos. ¿Cómo fue ese proceso?

–En 2006 nacionalizamos los hidrocarburos, ahí no había que consultarle al pueblo, fue una decisión política. Luego de la nacionalización recuerdo que las empresas dijeron que no iban a invertir en Bolivia. [Néstor] Kirchner me dijo: “Evo llámeme por teléfono, yo voy a invertir en Bolivia mediante nuestra empresa”. Después de la nacionalización, tuve apoyos de Kirchner, Hugo Chávez vino a visitarme para fortalecer y garantizar esta nacionalización, ha sido tan importante, esas políticas han sido bien recibidas por el pueblo boliviano.

–¿Cuáles cree que han sido quizás las equivocaciones que ha tenido su gobierno en 11 años de transformaciones?

–Tal vez errores un poco pasajeros, no estructurales. Intenté levantar la subvención al combustible y hemos retrocedido. Después buscamos otra forma de eliminar la subvención, porque una subvención exagerada implica inestabilidad económica. Errores estructurales nunca hubo y por eso cuando uno nunca claudica en sus principios, después lo acompañan, puede haber alguna demanda no atendida, algunos problemas, problemas de carácter regional o municipal, lo importante es no claudicar, como Presidente y como gobierno.

–¿Cuáles son los principales desafíos de Bolivia para la próxima década?

–Tenemos el Plan del Bicentenario, en el año 1825 se fundó Bolivia, al 2025 son 200 años. Tenemos un plan que es muy ambicioso, mejor que la agenda de Naciones Unidas de 2030. Queremos tener cero de extrema pobreza, servicios básicos al 100%, en energía y electrificación ya estamos sobre el 90%, lo más atrasado es el tema de alcantarillado. El agua ya no es un problema como antes, telecomunicaciones hemos avanzado bastante gracias al satélite de telecomunicaciones Tupac Katari y en infraestructura estamos en plena construcción para unir oriente y occidente. Es un gran plan, un plan de liberación y el sueño que tengo es que Bolivia pueda convertirse en un modelo.

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