Economía: del Twitter a la realidad política – El Telégrafo, Ecuador

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Ironizando consigo mismo –“¡qué ganas de un enlace sabatino!”- Rafael Correa arremetió contra Lenín Moreno. Esta vez la reacción del expresidente no tardó ni 24 horas, desde que el Jefe de Estado, el viernes 28 por la noche, puso en blanco y negro el difícil estado de situación de la economía nacional; situación poco envidiable, según parece, para un gobierno que inicialmente supuso un escenario parecido al de una mesa servida.

Los mensajes políticos de Rafael Correa son visibles y ciertamente muy elocuentes:

1. Yo sé, tú no.- “Qué triste escuchar a un presidente que claramente no entiende lo que habla y repite lo que le dijo la oposición o un malintencionado asesor…”. Empezar así un análisis económico evidencia que, tras las cifras, hay mucho más que saldos contables: es dinamita política pura. Bien se sabe que la cicuta requiere dosis mínimas para causar efectos extendidos, pero a veces, mal aplicada, puede tener efectos indeseables en quien la administra. Correa volvió a descalificar sin miramientos a su sucesor, en un marco político enrarecido por claras dificultades y fricciones al interior del movimiento gobernante; procesos judiciales en contra de ex altos funcionarios por supuestos actos de corrupción que tienen a más de uno mordiéndose las uñas; una opinión pública que está muy atenta a la evolución de los hechos, y la enorme expectativa de gremios y actores que mueven la economía nacional.

2. No hay crisis, hay show.- “Utiliza varias veces (el presidente Moreno), como la oposición, la palabra ‘crisis’, en una economía en crecimiento”. La disquisición sobre si Ecuador está o no en crisis es relativizada por Correa, en su afán de desmontar lo dicho por Moreno y reivindicarse como estratega económico único e incuestionable. El lío está en las necias cifras sobre la mesa. Este argumento de Correa se apalanca en otro de talante propagandístico, cuando caracteriza el tema de la contabilización de la deuda pública como un “show grotesco…”.

Usar el Twitter para decir lo que se dice no es un simple ejercicio de enlace digital; es una modalidad digital de Rafael Correa para trazar línea política desde el exterior, frente a un gobierno al que se mira como opositor y que está orientando sus naves por otros cauces.

El Telégrafo

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