Cumbre borrascosa, la del Mercosur en Mendoza – Por Guillermo Carmona

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El encuentro de jefes y jefas de estado del bloque regional realizado en Mendoza no fue una cumbre más. Tras la cuestión Venezuela se esconden decisiones disimuladas que amenazan nuestro futuro. La Cumbre de los Pueblos lo puso en evidencia y levantó su voz.

Esta vez, el encuentro tuvo trascendencia periodística. No solo porque se hizo en una provincia de la Argentina –lo que implica que su realización se transforme en noticia local- sino por el tema que fue difundido como central: la situación en la República Bolivariana de Venezuela.

En realidad, las denominadas “cumbres” de presidentes –el nombre oficial es Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes de los Estados Parte y Estados Asociados– abarcan una pluralidad de temas y reuniones en paralelo de distintos órganos que conforman la estructura institucional del Mercosur. Por lo que se esperaba de esta cumbre y por lo que resultó de su realización podemos afirmar que no se trató de una cumbre más. Repasar algunas de las decisiones que se adoptaron y los dichos de ministros y presidentes permitirá confirmar esa conclusión.

El Club de amigos de la derecha suramericana

Macri y Temer están haciendo del Mercosur un club de amigos de la derecha suramericana. El análisis de los pasos que han concretado y las irregulares decisiones que promueven así lo confirman.

La cumbre del Mercosur de Mendoza es la primera en la que han coincidido con su presencia Macri y Temer, y la primera en la que no se encuentra presente Venezuela. Macri y Temer se habían reunido antes pero, hasta ahora, nunca había ocurrido en una cumbre de presidentes de Mercosur.

La última cumbre de presidentes se había concretado en Asunción en diciembre de 2015, tras la jura de Macri como presidente de la Argentina. Estuvo presente Dilma Rousseff –fuertemente asediada por entonces por el impeachment promovido por sus ex socios políticos Eduardo Cunha y Michel Temer, presidentes de las cámaras del Congreso federal-. Venezuela fue representada en esa ocasión por la canciller Delcy Rodríguez. El hostigamiento de Macri a Venezuela y la dura respuesta de Rodríguez fue la noticia destacada de esa cumbre.

Durante el 2016 no se cumplió lo dispuesto por el Tratado de Asunción –tratado fundacional del Mercosur- sobre el compromiso de que al menos una vez al año se debe realizar la cumbre de presidentes de los Estados Parte y Asociados. La cancelaciones de las cumbres presidenciales durante ese año tuvieron que ver con la crisis política brasileña provocada por el escandaloso proceso de destitución de Dilma Rousseff y las crecientes tensiones con Venezuela promovidas por los presidentes de Argentina y Paraguay, primero, a los que a partir del 31 de agosto se sumó el golpista Temer.

Así fue como quedó cancelada la cumbre que debía realizarse en Montevideo. Correspondía el traspaso de la presidencia pro tempore a Venezuela y se daba un hecho poco común, el traspaso de la presidencia pro tempore sin cumbre. Finalmente Uruguay comunicaría que daba por terminada su presidencia pro tempore y Venezuela la asumió de acuerdo al orden alfabético que establece la normativa, a pesar de la negativa a reconocerla de parte de Paraguay, Argentina y Brasil.

A principios de diciembre de 2016, los cancilleres de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay comunicaron a Venezuela “el cese de los derechos inherentes como Estado Parte” con el insólito argumento del supuesto incumplimiento de la incorporación de la normativa de Mercosur a la legislación venezolana. Tras esa imputación el gobierno venezolano aportó pruebas que daban cuenta que el nivel de incorporación de normas que había realizado en sus pocos años como Estado parte habían sido más altas que las cumplidos por el resto de los Estados parte en 25 años de pertenencia al bloque. Fue así como la suspensión a la que se sometía a Venezuela adquiría visos de un verdadero papelón público.

Ante el anuncio de que en diciembre tampoco habría cumbre de presidentes, a mediados de diciembre de 2015 se realizó una reunión de cancilleres en Buenos Aires, en la que se impidió la participación de la canciller venezolana. La negativa al ingreso de la comitiva venezolana y boliviana derivó en un grave incidente protagonizado por una guardia de infantería de la Policía Federal argentina, resultando lesionada la canciller Delcy Rodríguez. Es difícil encontrar en el mundo casos de violaciones del derecho diplomático tan flagrantes, graves y vergonzosas como las ocurridas durante ese episodio.

El gobierno que debía brindar seguridad a las representaciones diplomáticas extranjeras fue el que ordenó la represión contra esas autoridades. El hecho que se tratara de delegaciones de alto nivel de países hermanos de la región hacía mucho más agraviante la situación. Están claros los motivos de por qué el canciller de Venezuela no debía estar presente en la reunión: sin la presencia de Venezuela, Argentina asumía en ese acto, de forma irregular, la presidencia pro tempore, usurpando el cargo que detentaba Venezuela.

Así las cosas, la cumbre de Mendoza fue el escenario en el que dos presidentes se traspasaron entre sí el mando de la presidencia pro tempore del Mercosur con el antecedente de presidencias mal habidas. Alicia Castro, con genial agudeza, lo ha sintetizado en Twitter diciendo: “Cumbre patética: Argentina usurpó la presidencia de Mercosur a Venezuela, y se la entrega a Temer, quien le usurpó la presidencia de Brasil a Dilma Rousseff”.

Macri y Temer completan su club de amigos con el presidente de Paraguay, Horacio Cartes. Los tres mandatarios se encuentran unidos por su adscripción sin atenuantes al neoliberalismo, sus vínculos con resonantes casos de corrupción, la permeabilidad a las indicaciones de Estados Unidos y su visión compartida de un Mercosur abierto al libre comercio.

Quienes otrora reclamaban un Mercosur menos político y más económico-comercial parece que han cambiado de repente. Con inusitada dureza arremeten contra Venezuela en la misma línea y con iguales argumentos que el presidente estadounidense Donald Trump. Parece no ser casual. El club de la derecha regional tiene poderosos simpatizantes extrarregionales.

La de los Pueblos, una cumbre inesperada

Los que no estuvieron invitados a la cumbre oficial fueron los representantes de las organizaciones representativas de los distintos sectores sociales de los países del Mercosur. El presidente Macri, anfitrión y presidente pro tempore canceló la Cumbre Social que, en forma simultánea a la cumbre de presidentes, se realizaba desde hacía más de una década. Los representantes de los movimientos sociales de los países del Mercosur aportaban en ese ámbito, cumbre tras cumbre, a la construcción de una agenda de integración que involucrara no solo a los gobiernos, considerando a los pueblos como actores protagónicos del proceso de integración.

Ante la negativa oficial, los movimientos sociales se autoconvocaron en Mendoza, para lo cual contaron con la hospitalidad de las organizaciones sociales, políticas y sindicales de la provincia que organizaron la recepción. El encuentro, realizado en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, contó con la presencia de delegaciones de Uruguay, Paraguay, Venezuela, Brasil, Chile, Bolivia y Argentina.

La autoconvocatoria fue considerada por los participantes como un rotundo éxito. Estuvieron las organizaciones de todos los países previstos, el debate fue intenso y clarificador, las conclusiones se lograron con altos grados de consenso y la repercusión pública fue mucho más alta que la esperada. Rechazo a la injerencia en Venezuela; libertad para Milagro Sala, Nélida Rojas y demás presos políticos de la Tupac Amaru en Argentina; libertad a los presos políticos de Curuguaity en Paraguay; rechazo a las políticas migratorias restrictivas de los presidentes derechistas de la región; advertencia sobre las nefastas consecuencias de los acuerdos de libre comercio para los trabajadores y sectores de la producción de la región; pleno respeto del derecho de consulta a los pueblos originarios y del acceso a tierra, agua y condiciones dignas de vida; apuesta por una economía integrada con agregación de valor, fueron algunas de las conclusiones más celebradas por las y los participantes.

Quedó claro en la Cumbre de los Pueblos que los fantasmas del neoliberalismo pueden ser conjurados en la medida en que hay movilización y organización popular. Y que el proceso de integración de los pueblos seguirá en marcha más allá de lo que impulsen y decidan los presidentes en las cumbres oficiales. Por eso ya se comenzó a proyectar la próxima cumbre de los pueblos para cuando el Mercosur decida volver a reunir a sus presidentes sin las representaciones de las mayorías populares.

La expulsión de Venezuela que no fue

En los días previos a la cumbre de presidentes trascendió la intención de los gobiernos derechistas del Mercosur de expulsar a Venezuela apelando a la Cláusula Democrática del Protocolo de Ushuaia. Tal decisión carecía totalmente de sustento normativo ya que el Protocolo de Ushuaia no contempla la expulsión sino la suspensión de los Estados parte cuando se produce ruptura del orden constitucional. La expectativa de la concreción de una medida de esa naturaleza fue creciendo con el fogoneo mediático de la prensa hegemónica, a tal punto que quedan disimulados tras la cuestión Venezuela otros delicadisimos temas que se encontraban en el centro de la agenda.

Resultado de imagen para mercosur mendoza banderasLas negativas de Uruguay y Bolivia parecen haber sido determinantes para que Mercosur no avanzara en un sentido contrario a lo que establece el Protocolo de Ushuaia y, además, para evitar que se agravara la situación de suspensión que ya había sido aplicada irregularmente a Venezuela por la cuestión de la internalización de las normas de Mercosur.
Si bien el fracaso de la expulsión constituye una ruidosa derrota de los presidentes del club de amigos de la derecha regional la “Declaración Sobre la Situación en la República Bolivariana de Venezuela” resulta claramente injerencista, en tanto y en cuanto contiene expresiones que de manera evidente buscan condicionar decisiones soberanas que corresponden al gobierno de Venezuela. La lectura realizada por los medios del establishment fue que la declaración establece una suerte de ultimátum para el gobierno venezolano y que la expulsión podría proceder si se concreta la elección de constituyentes que ha convocado el gobierno de Nicolás Maduro.

Por otra parte, la Declaración contiene un párrafo que resulta desde todo punto de vista repudiable en razón del doble standard que lo inspira: los firmantes “hacen un urgente llamado al cese de toda violencia y a la liberación de todos los detenidos por razones políticas, instando al restablecimiento del orden institucional, la vigencia del Estado de derecho y la separación de poderes, en el marco del pleno respeto de las garantías constitucionales y los derechos humanos”.

Resulta realmente sorprendente que los presidentes firmantes hayan aceptado suscribir una Declaración que afirma la existencia en Venezuela de una situación de ruptura del orden constitucional cuando un presidente firmante se encuentra gravemente cuestionado en su legitimidad por haber sido su presidencia producto de un golpe parlamentario.

Del mismo modo estamos ante un caso de evidente doble standard en relación a la referencia a la existencia de “detenidos por razones políticas” en momentos en que el gobierno argentino se encuentra emplazado por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU a que cese la detención de Milagro Sala y otros integrantes de la organización Tupac Amaru. De hecho, los presidentes suscribieron esa Declaración en una de las provincias en las que existen denuncias por la persecución y detención por razones políticas de Nélida Rojas y otros militantes de esa organización social, impulsada por el gobernador Alfredo Cornejo y sectores del poder judicial provincial.

Evo Morales dio una prueba de cabal dignidad al denunciar en su discurso esas y otras inequidades promovidas por sus colegas y al negarse a firmar la Declaración contra Venezuela. Sin lugar a dudas, fue una voz coincidente con la de los movimientos sociales que el día anterior habían clamado por una integración para los pueblos con pleno respeto de la autodeterminación de los pueblos y de sus gobiernos legítimamente elegidos.

Detrás del velo, el avance de la negociación de los acuerdos de libre comercio

Lo que la opinión pública no supo ni sabrá, debido a la escasa atención mediática otorgada, es que en la Cumbre de Mendoza los presidentes del club de la derecha han consolidado la decisión de acelerar la firma de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y de avanzar en la convergencia con la Alianza del Pacífico.

La agenda oficial contempló la realización del “Seminario Mercosur – Alianza del Pacífico: Mesa de Diálogo alto nivel público- privado: ‘El nuevo contexto general y la convergencia entre Mercosur y la Alianza del Pacífico’” realizado durante todo el día miércoles 19 de julio. La importancia asignada a ese evento en la agenda resulta crucial para comprender y anticipar hacia dónde se dirige el Mercosur bajo la impronta de estos presidentes neoliberales.

El gobernador anfitrión, Alfredo Cornejo, festejó la realización de ese seminario y ofreció a Mendoza como puente entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico. Todo parece indicar que el gobernador ni siquiera se enteró que los presidentes firmaron una Declaración sobre el Proyecto Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, remarcando que constituye una iniciativa de interés regional para el Mercosur, debido a su articulación y potencial desarrollo con la Hidrovía Paraná – Paraguay.Resultado de imagen para mercosur alianza del pacficio

El proyecto unirá el puerto de Santos, Brasil (el océano Atlántico) con el puerto de Ilo, Perú, (en el océano Pacífico) pasando por Bolivia. De tal manera, Mendoza pierde, en materia de infraestructura y logística de transporte ferroviario, la centralidad a la que aspiraba con el proyecto del Túnel de Baja Altura y Ferrocarril Bioceánico Aconcagua. Esta enorme pérdida ha sido concretada con la festiva desidia del gobernador Cornejo y de la ya habitual actitud despreocupada por los temas de interés nacional del presidente Macri.

Es necesario tener muy presente que los países de la Alianza del Pacífico son los portadores de las banderas del libre comercio en la región. Habrá que prestar una especial atención al avance de tales acuerdos de convergencia que pueden significar una gravísima amenaza para la producción y el trabajo de millones de suramericanos de los países del Mercosur.

En la misma línea, ministros y presidentes dieron cuenta de los avances de la negociación del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. El canciller argentino Jorge Faurie se refirió al tema al momento de presentar el Informe de la Presidencia Pro Tempore saliente. Expresó que “entre todos hemos dado pasos importantes en materia de relacionamiento externo del , simultáneamente en sus agendas intra regional, hemisférica y extra regional. La participación del en el comercio mundial debe aumentar significativamente, por eso es que le hemos dado prioridad a la negociación de acuerdos comerciales”.

Y para que no queden dudas afirmó: “Avanzamos con decisión en las negociaciones con miras a cerrar, en diciembre del corriente año, el acuerdo Mercosur-UE. Se han registrado avances significativos, tanto en los ejes político, de cooperación y económico. Tal cual lo adelantó este diario, la amenaza del acuerdo con la Unión Europea tiene fecha cierta. Las afirmaciones de Macri y Temer fueron en el mismo sentido.

La cumbre de presidentes realizada en Mendoza ha sido determinante para reformatear al Mercosur como algo distinto de lo que venía siendo. Ha sido una cumbre que cierne sobre los pueblos de la región un panorama tenebroso. Y la cosa no termina allí. Se vienen en corto tiempo otras dramáticas cumbres borrascosas.

Ya es momento de reaccionar y levantar la voz. En diciembre será tarde.

(*) Diputado Nacional por Mendoza (FPV-PJ), vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados de la Argentina.

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