Colombia: el tercer ciclo de negociaciones entre el gobierno y el ELN comenzará la semana próxima
El jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, informó que la próxima semana se iniciará un nuevo ciclo de conversaciones con el Eln, y que estará dedicado a sellar un acuerdo de cese bilateral del fuego, como gesto humanitario de respuesta a la visita del Papa Francisco a Colombia.
“El tercer ciclo de negociaciones con el ELN se extenderá hasta la víspera de la llegada del Papa a Colombia: comienzos de Septiembre”, expresó el exministro conservador, no sin antes puntualizar que esta ronda de diálogos tiene un objetivo claro: pactar el cese bilateral del fuego y las hostilidades.
Además, Restrepo señalo las condiciones que se deben dar para poder avanzar hacia la consumación del primer acuerdo de la mesa de diálogos de Quito: “El cese al fuego es imposible si simultáneamente no se cesan hostilidades contra la sociedad civil. Este es un binomio indisoluble”.
En otro trino, el jefe negociador del ejecutivo puntualizó: “Ejemplos de hostilidades: secuestro en todas sus expresiones, enrolamiento de menores, minas antipersonales, atentados contra oleoducto”.
Las negociaciones entre el Gobierno y el Eln se instalaron en su fase formal el 7 de febrero de este año. Desde entonces se han surtido dos ciclos de negociaciones que han sentado las bases logísticas para el funcionamiento de la mesa.
En concreto, se pactó la puesta en marcha de dos subcomisiones: una dedicada a crear la metodología de participación de la sociedad en el proceso; y una segunda, para explorar medidas humanitarias de desescalamiento del conflicto.
Esta última ha estado dedicada de lleno a buscar un acuerdo del cese bilateral para entregarse al Papa Francisco a su llegada a Colombia, como un gesto de agradecimiento por el respaldo que el pontífice le ha dado al proceso de paz en Colombia.
Además, porque en el caso de las negociaciones con el Eln, la iglesia católica, y en especial la comunidad jesuita, ha tenido una activa participación en gestión de espacios de diálogos y operaciones humanitarias. Participación que se explica por la fuerte ascendencia que han tenido diversas personalidades religiosas en la historia de la segunda guerrilla del país, y la última que se mantiene en armas en el continente.
