Mortalidad en adolescentes víctimas de violencia sexual (Bolivia) – Por Marcel Ávila Reese
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
La muerte materna en mujeres entre 15 y 19 años provocada por embarazos en Bolivia continúa siendo un problema al cual se le debe dar mucha más atención a nivel social.
Aunque no hay aún cifras exactas ni completas a nivel de país, en el sentido de estar actualizadas, que expresen con certeza el número real de embarazos en menores de edad y la razón de mortalidad asociada a esta causa. Se presume que hay muchos más casos de los señalados por las fuentes conocidas a nivel internacional y nacional.
El Fondo de la Naciones Unidas para la Población (UNFPA en inglés) es una de las fuentes más consultadas por otras, como la BBC digital, para divulgar datos porcentuales y cifras al respecto. Si bien el Instituto Nacional de Estadística (INE) del Estado Plurinacional de Bolivia, publicó hace más de dos meses que la mortalidad materna el 2011 era de 160 por cada 1.000 nacidos vivos, esta cifra es aún elevada; sin embargo, la reducción con relación al periodo 2000 fue de 187 por cada 1.000 nacidos vivos, o sea, un 53,47% menos comparativamente, de acuerdo con el INE.
Esta misma institución, que se ocupa de realizar estudios permanentes sobre estadística poblacional, reconoce que para el año 2015 no se ha realizado ninguna investigación al respecto. A pesar de estos datos, que aún colocan a Bolivia entre los países con un elevado índice de mortalidad por embarazos, la preeminencia que se observa tiene como principal causa a las violaciones y violencia sexual contra de menores de edad, sobre todo, y a jóvenes que no llegan ni siquiera a los 20 años, según el Observatorio de Mortalidad Materna (OMM).
Otra causa es la violencia física por golpes, que afecta a mujeres jóvenes de mayor edad.
De acuerdo con Marco Paz, investigador del OMM, este precisó «algunos departamentos han tenido evolución diferente, otros han mejorado bastante, La Paz es uno de los que no mejora, Cochabamba ha incrementado, Potosí es uno de los más elevados aunque ha disminuido su mortalidad materna, Tarija lo ha hecho bastante bien en los últimos diez años».
Las cifras expresan una tendencia que puede disminuir o aumentar, pero la realidad continúa siendo muy dolorosa para miles de familias bolivianas que enfrentan el mal mayor, la muerte de adolescentes embarazadas víctimas de violaciones o de violencia física.
La educación ciudadana en contra este flagelo, podría aminorar en algo estos hechos a pesar de ello se requiere una gran política estatal y sectorial de prevención, nacidas de las entrañas mismas de las familias, la seguridad ciudadana y acompañada por dictámenes claros, precisos y oportunos a nivel judicial.
(*) Jefe de redacción del Diario Nuevo Sur.