Juan Manuel Santos, presidente colombiano: «La mejor inversión que he hecho es la paz»

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Por Ernesto Taborda Herrera

El presidente Juan Manuel Santos concedió en Cartagena una entrevista a este medio en la que destacó la importancia de la dejación de armas por parte de las Farc en el marco del proceso de paz, de cuyos acuerdos dijo “no se pueden modificar ni en este ni en otro gobierno.

Los acuerdos son la palabra empeñada del Estado, el presidente de la República tiene esa facultad a nombre del Estado y le corresponde al Estado cumplirlos”.

“No gobierno para las encuestas”

En la última encuesta de YanHaas Poll el 81% de los encuestados (708 en total) desaprobó la forma como Santos está conduciendo el gobierno; y en la última medición del Centro Nacional de Consultoría para CM&, 69% de 1030 encuestados, dijo tener una imagen negativa del mandatario. Santos responde: “Nunca he gobernado para los aplausos o para las encuestas; el capital político es para gastarlo o para invertirlo, creo que la mejor inversión que he hecho está en la paz, que nos va permitir avanzar en los otros frentes en donde hemos tenido grandes resultados; ahí están los indicadores sociales”.

El mandatario se refirió a que su gobierno ha logrado “5 millones 200 mil de personas que salieron de la pobreza, la pobreza extrema reducida a la mitad; 3 millones 700 mil nuevos empleos la mayoría formales, educación gratuita para todos; 1 millón 200 mil niños con atención integral; la revolución de la infraestructura, la salud ahora es un derecho para los colombianos, viviendas gratis, en fin los resultados están ahí, no en las encuestas”.

¿Qué importancia tiene que las Farc hayan entregado parte de su arsenal?

JMS: «Este es un hecho histórico y que los colombianos hemos esperado por décadas. Es el fin de la guerrilla más antigua de nuestro continente que ahora hace su paso a la legalidad y a la política en democracia. Es la garantía de que no volveremos atrás. El conflicto con las Farc quedó en el pasado.

Pero permítame hacer claridad. Todos los miembros de las Farc entregaron sus armas una a una. En ningún proceso de paz anterior se había tenido una proporción tan alta de armas por miembro de la organización. Le recuerdo que en el caso de los paramilitares hubo dos veces más desmovilizados que armas entregadas, con el M-19, tres».

¿Alguna vez pasó por su mente que este día nunca llegaría?

JMS: «Pensar que lo que parecía imposible se hace posible, se hace realidad, es la única manera de mantener el rumbo y perseverar para lograr los objetivos. A pesar de las dificultades, siempre tuve confianza en el acuerdo alcanzado y por lo tanto en su éxito».

¿Qué hará el Gobierno para que este proceso sea irreversible?

JMS: «La paz ya es irreversible. La dejación de armas, lo avanzado en la implementación así lo garantiza. El gobierno va a cumplir con todo lo que le corresponde. En particular con lo que tiene que ver con las inversiones para las comunidades, en las zonas más afectadas por el conflicto. Eso hace realidad las oportunidades que trae la paz. Eso la hace irreversible. Por ejemplo, ya iniciamos el programa de sustitución de cultivos con más de 80 mil familias que van a tener por fin una alternativa legal, real y sostenible. El 15 de julio se inician en 16 zonas los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial que van a permitir que las comunidades, con las autoridades locales y el gobierno nacional prioricen las obras de infraestructura más urgentes para ellas».

¿Qué viene para el proceso ahora que ya las Farc están en las zonas veredales como civiles?

JMS: «La construcción de la paz es un esfuerzo de largo plazo que requiere que los colombianos, unidos, trabajemos para aprovechar todas las oportunidades que trae el fin del conflicto. De eso se trata la implementación del acuerdo y el posconflicto.

En el caso de las zonas veredales, van a mantenerse hasta el 1 de agosto y a partir de esa fecha se convierten en Centros Comunitarios de Capacitación y Reincorporación para los miembros de las Farc y las comunidades. Pero desde hoy, se inicia la preparación para la reincorporación de los excombatientes a la legalidad».

¿Todos los miembros de las Farc conocen y están comprometidos con los puntos del acuerdo?

JMS: «Eso confiamos y esperamos todos los colombianos. Pero si no cumplen con lo pactado perderán todos los beneficios y serán perseguidos y juzgados por la ley ordinaria.

Las jurisdicciones especiales han sido criticadas no solo por la oposición sino por muchos miembros de las comunidades en donde estas tendrán jurisdicción. ¿Cómo explicar qué son y para qué servirán?

JMS: «Las circunscripciones especiales son una buena noticia para las comunidades. Se crearon para darle una voz en la Cámara de Representantes precisamente a las comunidades que más han sufrido por cuenta del conflicto, con mayor número de víctimas y mayor pobreza. Se trata, además, de zonas que coinciden con los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial de los que le hablaba antes.

Tendrán por fin la posibilidad de elegir representantes de forma transitoria que defiendan sus intereses. Se trata de permitir que surjan nuevos liderazgos sociales y políticos en esas zonas. Por eso los partidos políticos –y tampoco las Farc—podrán presentar candidatos en esas circunscripciones, solo las organizaciones de víctimas y campesinas».

¿Hay certeza sobre la cantidad de armas entregadas, y sobre que si ese si sea el número de armas que poseen? Por ejemplo, la oposición habla de que hay misiles tierra aire y más de 10 de dotación personal y los 10 mil fusiles. ¿Esas armas existen y fueron tenidas en cuenta?

JMS: «La Misión de Verificación y Seguimiento de la ONU ha certificado las 7132 armas de los miembros de las y que fueron todas entregadas el martes pasado. Esas son las cifras reales. Faltan por recuperar las armas que están en las caletas, proceso que ya inició las Naciones Unidas y que seguirá hasta el 1 de septiembre.

Aquellos que hablan de operaciones de compra de armas olvidan convenientemente hacer la contabilidad completa. Nuestras Fuerzas a diario, durante todos estos años han incautado o destruido miles y miles de armas, munición, explosivos. A eso hay que agregar los miles de desmovilizados individuales que entregaron sus armas en el pasado.

Lo importante, lo histórico, lo que nos debe llenar de optimismo y esperanza, es que se trata de una decisión política, en cumplimiento del acuerdo de paz, de dejar para siempre las armas»

El Universal

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