El gobierno de Uruguay propone a Venezuela que más países intermedien en su situación interna

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El gobierno uruguayo le propuso al gobierno venezolano que expanda el grupo de países que están haciendo esfuerzos de intermediación para lograr entendimientos entre la administración de Nicolás Maduro y la oposición de ese país.

«Uruguay propuso ampliar ese grupo de países en dos más. El gobierno venezolano iba a hacer la consulta y nos iba a contestar para ver si se ampliaba o no», dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa a El Observador.

Uruguay forma parte junto a El Salvador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, y República Dominicana de un grupo de cinco países que fueron invitados por el gobierno chavista para promover una salida pacífica a la crisis venezolana. En su momento, el Ejecutivo decidió «olvidar» las acusaciones del presidente venezolano Nicolás Maduro al canciller uruguayo para sumarse a ese grupo de trabajo.

«Uruguay no le va a negar la mano tendida a ningún país en problemas», oficializó Nin Novoa en la interpelación del pasado 10 de mayo cuando detalló que el presidente había aceptado la invitación de Venezuela.

Sin embargo, a juicio del gobierno uruguayo, la intermediación tal como está planteada no cumplirá con sus objetivos si no se incorporan a otros actores que tengan legitimidad a los ojos de la oposición política venezolana.

Nin Novoa dijo que en el esquema actual será muy difícil acercar a la oposición a la mesa. «La oposición no se va a sentar a dialogar. Es así de sencillo. Con más interlocutores tendremos más posibilidades de facilitar el diálogo», resumió el ministro.

La iniciativa de la cancillería apareció luego de que se frustrara la declaración que promovió un grupo de países -entre los que está Uruguay- en el ámbito de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La cumbre de cancilleres que culminó la semana pasada en Cancún no logró el consenso necesario para sacar una declaración que, entre otras cosas, le solicitaba al gobierno de Maduro que reconsiderara la convocatoria de una Asamblea General Constituyente.

«Había países que habían comprometido su voto para tener los necesarios 24. Tuvimos 20, entonces no hubo declaración», dijo el canciller. La cumbre exhibió un nuevo escándalo protagonizado por la excanciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien arremetió contra el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y dijo que su país desconocería cualquier decisión adoptada por el organismo.

Venezuela inició el procedimiento para abandonar la organización hemisférica, pero Maduro dijo reconsideraría su situación en caso que Almagro renunciara a la secretaría general del organismo. El excanciller uruguayo contestó que solo renunciará a su cargo si hay «libertad» en Venezuela. «Ofrezco mi cargo a cambio de la libertad», declaró.

Nin Novoa reconoce que los caminos de salida en Venezuela todavía aparecen esquivos y por eso espera que el gobierno venezolano acepte la propuesta de ampliar el grupo intermediador.

Sigue la violencia

Más allá de las idas y vueltas diplomáticas, en Venezuela continúa la violencia en las calles. que dejó 75 muertos en los últimos tres meses.

Miles de opositores protestaron el fin de semana contra el presidente Nicolás Maduro por la muerte de dos jóvenes a manos de militares. Las manifestaciones se dieron en el marco de más acusaciones sobre la brutalidad de los sucesos dentro de las prisiones venezolanas y la denuncia de allegados a Leopoldo López de que el líder opositor está siendo torturado por las fuerzas gubernamentales.

Maduro, en tanto, anunció que hay «detenidos» por un supuesto plan de intervención de Estados Unidos, durante un acto que encabezó en el estado Carabobo (centro-norte) junto con el alto mando de la Fuerza Armada, que le ratificó su «lealtad».

Condiciones infrahumanas

El Washington Post publicó este fin de semana un recuento de denuncias y acusaciones por parte de detenidos y organizaciones de Derechos Humanos a propósito de cómo se trata a los presos hoy en Venezuela, donde la cantidad de detenidos en tres semanas (más de tres mil en solo diez días) supera a la cantidad total de arrestos hechos en el intenso año de 2014, donde las protestas estuvieron por todo el país.

La organización Human Rights Watch publicó un reporte que incluye un caso sucedido en el mes de mayo en la ciudad de Valencia, donde 40 personas fueron arrestadas en las cercanías de una fábrica de comida que había sido saqueada el día anterior. Los detenidos fueron llevados ante un tribunal militar y durante la audiencia fueron golpeados por los guardias «con cilindros de aluminio y bates de baseball».

«Al menos 15 han dicho que fueron forzados a comer pasta con excremento humano, los oficiales colocaban polvo de gas lacrimógeno en sus narices para que los presos fueran forzados a abrir su boca y comer», dice el reporte de Human Rights Watch.

Los detenidos reportaron que la situación en las prisiones es deplorable, con presos durmiendo en pisos sucios y teniendo que defecar en bolsas de plástico. Una presa intentó escaparase por una ventana durante su audiencia penal y aseguró que si volvía a la prisión se suicidaría, según un asistente a la audiencia.

El Observador

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