Entrevista a Alejandro Vanoli, expresidente del Banco Central de Argentina: «El gobierno de Macri está al servicio del poder financiero»
Por Tomás Forster – Nodal
Recientemente, se presentó el Centro de Estudios Estratégicos de Integración Financiera (CINFIN). La actividad se realizó en la biblioteca del Congreso argentino y contó con la participación como disertante de Alejandro Vanoli, ex titular del Banco Central durante el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Vanoli compartió el panel junto a Pedro Biscay -director de ese mismo organismo-, el economista brasileño Luciano Wexell Severo y el director de Nodal, Pedro Brieger, que ofició de moderador. Finalizada la presentación, Vanoli dialogó con Nodal.
¿Qué importancia tiene una iniciativa como la del CINFIN en este momento político y económico que viven el país y la región?
La creación del CINFIN cubre un bache enorme. Es fundamental tener un centro de pensamiento nacional, analítico y riguroso, que siga la cuestión financiera. Y, hasta ahora, no existía algo así en la Argentina y tampoco en la región. Es muy importante contar con un espacio que se dedique exclusivamente a pensar los temas financieros locales, regionales y mundiales. En este contexto, en el que el gobierno de Macri está desregulando todas las finanzas, generando un profundo endeudamiento y desmantelando toda las normas de control financiero, es sumamente necesario poder dar este tipo de discusiones y generar no solamente críticas sino también nuevas propuestas.
En su intervención en la charla, se refirió a determinadas cuestiones pendientes, ciertos temas que no se llegaron a desarrollar durante el ciclo de proliferación de los denominados gobiernos progresistas en la región. ¿Cuáles son estos puntos que se deben revisar críticamente?
Brasil particularmente, y en segundo lugar Argentina, tuvieron una gran responsabilidad en no haber avanzado más rápido en la integración financiera. En su momento, el Banco Central de Brasil (más allá de que Dilma Rousseff había acordado con Cristina Fernández de Kirchner hacer un “swap” como tiene Argentina con China) se negó sistemáticamente a avanzar. Creo que, en relación a lo que viene, los proyectos nacionales, populares y progresistas necesitarán combinar el bagaje técnico con una lectura constante de las demandas populares. Por supuesto, es imprescindible aprender de las lecciones del pasado para poder tener más fortaleza al momento de volver a afrontar la restricción externa o al poder financiero que va horadando sistemáticamente, desde lo global, lo regional y también de lo local, a los proyectos políticos populares.
Como expresidente del Banco Central, ¿qué análisis hace de la actual gestión de su sucesor Federico Sturzenegger?
La gestión de Sturzenegger está al servicio del poder financiero. Prácticamente aumentó por cuatro el endeudamiento del Banco Central. El año pasado, desmanteló todos los controles prudenciales de un sólo golpe lo que contribuyó fuertemente a generar un cuadro en el que se duplicó la inflación y emergió una fuerte recesión. Ahora, el Banco Central pretende bajar la inflación subiendo la tasa de interés y controlando la emisión monetaria. Este es un diagnóstico equivocado porque exacerba la especulación financiera. Sucede que el propio gobierno macrista es el que, a través de la devaluación y los tarifazos, genera este nivel tan alto de inflación. Además, este Banco Central dijo que no importaba el nivel de reservas y ahora anuncia una mega emisión de reservas que le permite dar una señal a los especuladores para que ganen a cuenta del aumento del precio del dólar. El gobierno de Macri está al servicio del poder financiero.
¿Es posible superar la barrera de la restricción externa que pesó en las diversas experiencias de los gobiernos nacionales y populares o hay un límite estructural que tiene que ver con la economía primarizada de nuestros países?
Es posible. En su momento fue todo un logro que tanto en el gobierno de Néstor, como en parte del de Cristina, se pudiera alcanzar y mantener el superávit externo. Lo digo en mi libro Patria o dólar, que acabo de publicar: no hay que olvidar todo lo que se logró incluso en una primera etapa con funcionarios en el Banco Central como Prat Gay o Redrado. Este último, durante 6 años, permitió que hubiera un altísimo nivel de fuga de divisas porque no estableció regulaciones cambiarias que después se pusieron tardíamente. A partir de políticas productivas, de sustitución de importaciones, de control sobre lo financiero, se puede y se debe superar el cuello de botella de la restricción interna. Como dijo Cristina, en la entrevista que dio hace poco, lo más importante es generar la conciencia colectiva para que un pueblo pueda impulsar a un gobierno a que tome medidas cada vez más profundas, estructurales. Desde lo técnico, en el libro formulo cosas que se pudieron haber hecho o cosas que habría que hacer. Por ejemplo, habría que hacer una reforma tributaria integral que no se hizo en el kirchnerismo; habría que haber manejado la cuenta capital antes de llegar a que Griesa nos ahorque. Pero, fuera de las cuestiones técnicas, es necesario profundizar esta conciencia colectiva de la que hablaba antes. Como dice García Linera, avanzamos mucho en mejorar las condiciones de vida de los pueblos latinoamericanos pero no logramos evitar que una parte importante de los sectores beneficiados creyeran que volviendo a políticas de derecha iban a poder sostener lo que tenían e, incluso, mejorar su situación.
¿Cree que habrá un viraje en la política económica del gobierno de Macri o seguirá siendo aperturista y desreguladora pese a la situación internacional?
No veo un viraje de fondo: los cambios de ministro son sólo de nombres. Creo que la gira de China no tuvo resultados significativos porque China es un país que establece relaciones en el largo plazo y nosotros desarrollamos previamente una muy buena relación. Incluso, teníamos prácticamente acordado duplicar el “swap”, que hubiera permitido a una gestión del Frente Para la Victoria tener más soltura externa para evitar hacer lo que hizo Macri: sacar todos los controles, devaluar y generar inflación. De hecho, a China le molestó muchísimo la dolarización de los “swanes” que hizo Sturzenegger a comienzo de 2016. Y ahora, como es un año electoral, les agarró el apuro después de haber ninguneado a China. Pero esas cosas se pagan en política exterior. El gobierno de Macri apostaba a las inversiones extranjeras y a las exportaciones. Lo cierto es que el mundo no está bien y las inversiones extranjeras no llegaron. En el 2016 vino la mitad de inversiones que en el 2015, y las exportaciones también cayeron, con lo cual haber afectado el mercado interno como se hizo fue una cosa muy poco inteligente por parte de la actual gestión. Pero bueno, habrá que ver si el gobierno de cara a un futuro difícil, que cualquier observador más o menos neutral lo augura, puede recalcular. Te recuerdo algo que también escribí en el libro: los que instauraron en Argentina el control de cambios, quienes establecieron medidas proteccionistas, de cierre de importaciones, fueron los conservadores de la década del 30.
Como respuesta al crack económico del `29 y al quiebre del modelo agroexportador.
Exactamente. Leyeron el mundo que se venía y lo hicieron por puro instinto de supervivencia del capital. El gobierno de Macri debería ver sin antojeras lo que está pasando pero son gerentes, Ceos, encerrados en una única mirada.
Pero, en los años 30, también se realizó el pacto Roca-Runciman y se recuerda a esa época como la “década infame” en Argentina.
Sí, por supuesto, pero más allá de la entrega que caracterizó esa década, quienes perfilaron la política económica se vieron obligados por las circunstancias a tomar algunas medidas heterodoxas para evitar una crisis aún mayor. Tampoco Keynes era de izquierda o Roosevelt era socialista cuando instrumentó el New Deal. Eran capitalistas que entendieron cual era el modo indicado para salir de la crisis.