En cumbre conjunta, EEUU propone a Centroamérica replicar un programa similar al “Plan Colombia”
Estados Unidos quiere replicar el ‘Plan Colombia’ en Centroamérica
Este jueves, en medio de la Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad de Centroamérica, Estados Unidos y los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) se reunieron para hablar de problemas de inmigración e inseguridad. En el encuentro, el gobierno norteamericano lanzó la propuesta de replicar una estrategia como el “Plan Colombia” en Centroamérica.
En un artículo para The Miami Herald, el secretario de Estado, Rex Tillerson; el de Seguridad Nacional, John Kelly; junto con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el colombiano Luis Alberto Moreno, propusieron un plan similar al aplicado en Colombia en 1999. Para ellos, podría funcionar para disminuir los índices de inseguridad, violencia y narcotráfico en estos países centroamericanos y así reducir también la inmigración ilegal a Estados Unidos.
De acuerdo con los funcionarios, tanto El Salvador, como Guatemala y Honduras, están bajo el asalto de una combinación de pobreza, bandas de crimen organizado y delincuencia transnacional. Según el artículo, esta mezcla ha provocado que en los últimos diez años, casi tres millones de personas de estos tres países, en su mayoría mujeres y niños, hayan emigrado hacia el norte.
Y aunque el gobierno del presidente Donald Trump ha manifestado en varias oportunidades su deseo de disminuir la ayuda económica a Centroamérica, los funcionarios estadounidenses afirmaron que su país sigue comprometido con la región y plantearon una solución similar a la que se implementó en Colombia en los años noventa y a principio de siglo.
“Casi veinte años atrás, la nación sudamericana de Colombia se enfrentó a una crisis similar debido a la violencia alimentada por guerrillas, grupos paramilitares y cárteles de la droga”, recordaron en el artículo del Herald.
De acuerdo con los funcionarios, la implementación del Plan Colombia fue un “éxito” gracias a que durante tres gobiernos colombianos hubo una fuerte voluntad política con el programa, dirigido al fortalecimiento de las instituciones públicas, el desmantelamiento de los carteles, aumentar la seguridad y fomentar la actividad económica.
Para Tillerson, Kelly y Moreno, una estrategia similar al Plan Colombia puede aplicarse en Centroamérica, específicamente en el ‘Triángulo del Norte’. Según explican en el texto, durante los últimos dos años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha apoyado a la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte con el objetivo de ayudar a El Salvador, Guatemala y Honduras a lograr lo que Colombia consiguió: “Recuperar el control del territorio, poner fin al ciclo de violencia, corrupción e impunidad, ganar la confianza de los inversionistas y crear condiciones para un crecimiento económico sostenido e inclusivo”.
Desde que arrancó el programa de cooperación entre Colombia y Estados Unidos en el 2000, la ayuda recibida por Colombia ha sido de US$ 9.94 billones, según cifras de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
No obstante, para calmar las inquietudes de los centroamericanos por el recorte presupuestal para con su región, los funcionarios recordaron que por cada dólar que Estados Unidos invirtió en el Plan, Colombia puso 19.
“Como lo probó el Plan Colombia, el apoyo internacional en esta coyuntura crítica puede ser el factor decisivo para garantizar una transformación”, confiaron en su escrito.
La Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad de Centroamérica, con sede en Miami, Florida, se realiza en momentos en que el gobierno de Trump ha endurecido su retórica sobre los migrantes centroamericanos que llegan a través de la frontera y los que viven en Estados Unidos.
Tanto Tillerson, Kelly y Moreno, junto con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, han participado de esta conferencia que se prolongará hasta este viernes, en la que se trabajarán temas enfocados en la seguridad.
Honduras y El Salvador piden formalmente a EE.UU. que extienda el TPS
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, pidieron este jueves formalmente al Gobierno de Estados Unidos que extienda el Estatus de Protección Temporal (TPS), un permiso migratorio que expira a principios de 2018.
En una rueda de prensa, Hernández anunció que ya ha hecho llegar “verbalmente y por escrito” al Gobierno de Donald Trump su petición para que extienda el Estatus de Protección Temporal (TPS), un permiso que EE.UU. concede de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
“Reconocemos que es una decisión soberana de EE.UU., pero le aseguro que esas personas migrantes aún con un estatus temporal, son de lo mejor que puede tener este país, con empleos y con sus familias”, dijo Hernández, que compareció ante la prensa en el marco de una conferencia sobre Centroamérica que se desarrolla en Miami (EE.UU.).
“Esperamos que cuando llegue el momento, tengamos la oportunidad de una renovación o de una forma para acoger a esos compatriotas. Al final es una decisión de EE.UU. y estaremos acompañando porque, como digo, esa gente se lo merece”, añadió.
El mandatario hondureño explicó que este miércoles se reunió con un grupo de hondureños beneficiados por el TPS y aseguró que viven en medio de una gran incertidumbre.
Por su parte, el vicepresidente salvadoreño, Óscar Ortiz, anunció durante la rueda de prensa que su país también formuló este jueves formalmente la petición sobre el TPS al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien se reunió con los líderes de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica.
“Necesitamos tiempo, pero necesitamos actuar rápido. Eso requiere decir que en el campo de los ‘tepesianos’ (beneficiarios del TPS), es clave construir una estrategia conjunta que permita una estrategia compartida para evitar que impacte negativamente en el Triángulo Norte”, consideró.
Los líderes de Honduras y El Salvador comparecieron ante la prensa acompañados por el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, así como por el canciller de México, Luis Videgaray, y por su homólogo estadounidense, Rex Tillerson.
Al ser preguntado por el TPS, Tillerson aseguró que el Departamento de Estado ofrecerá “aportes”, pero explicó que la decisión final es del Departamento de Seguridad Nacional, encabezado por el exgeneral John Kelly.
La decisión que EE.UU. tome sobre el TPS impactará a 57,000 inmigrantes de Honduras y a otros 263,000 nacionales de El Salvador, que ven expirar su permiso temporal migratorio en enero y marzo de 2018, respectivamente.
Los hondureños, junto a otros 5,000 inmigrantes de Nicaragua, pudieron beneficiarse de esta protección temporal en 1999 después del devastador huracán Mitch, mientras que los salvadoreños fueron incluidos en este programa en 2001 después de una serie de terremotos que sacudieron a su país.
En los últimos años, los inmigrantes de El Salvador y Honduras han visto renovaciones consecutivas del TPS por un periodo de 18 meses, aunque ahora existe el temor de que el Gobierno de Donald Trump cambie la política de renovaciones que había mantenido hasta ahora Estados Unidos.
El pasado 22 de mayo, el Departamento de Seguridad Nacional ya anunció una extensión del TPS por seis meses, en vez de por 18 meses, para los 58,000 haitianos que viven en Estados Unidos.
TILLERSON ABRE LA CUMBRE CON ESPERANZA DE RESOLVER PROBLEMAS DE CENTROAMÉRICA
El secretario de Estado de EUA, Rex Tillerson, inauguró ayer la cumbre económica y de seguridad sobre Centroamérica que se celebra en Miami con una declaración a favor del sector privado y de las contribuciones que puede hacer para «resolver» los problemas de los países centroamericanos.
«Estados Unidos está comprometido a crear un clima positivo para la inversión privada y el crecimiento económico», dijo Tillerson, acompañado en el escenario de representantes de los Gobiernos de los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador).
El jefe de la diplomacia estadounidense consideró que el sector privado es clave para aliviar «la presión» migratoria que proviene de Centroamérica y se dirige a Estados Unidos, así como para resolver los problemas de corrupción y seguridad que enfrenta la región.
Por su parte, el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, John Kelly, cree que EUA debe abandonar su posición de «dominancia» sobre Latinoamérica para tratar a la región como un «igual» y permitir que otros países, como Colombia y México, asuman el liderazgo en el desarrollo de Centroamérica.
«Un punto esencial es que debemos ser aliados al mismo nivel, no una fuerza dominante, que lo sabe todo y les dice a los otros lo que tienen que hacer. Hemos de ser aliados iguales para resolver los problemas trabajando juntos», dijo Kelly, que conoce bien la región por su experiencia como jefe del Comando Sur, entre 2012 y 2016.
Consideró, además, que la experiencia muestra que la intervención de EUA no siempre ha dado los mejores frutos y que, por ello, ahora su país debe dar un paso atrás en favor del respeto a la soberanía de las naciones latinoamericanas.
«Tienen sus democracias, sus presidentes, sus legisladores, sus cortes, su Policía. Estados Unidos es cercano a la cultura pero en cierto modo es diferente. No creo que haya funcionado nunca muy bien cuando EUA le ha dicho a alguien lo que tiene que hacer», argumentó Kelly.
«Creo -continuó- que es mejor que, como estamos diciendo todo el tiempo, seamos socios igualitarios que están preparados para ayudar al otro tanto como puedan».
De esa forma, el titular de Seguridad Nacional indicó que EUA quiere mostrar un compromiso «positivo» con Centroamérica y ayudar a la región económicamente, tratando de servir como intermediario para que empresas inviertan en la región y mejoren así las condiciones económicas de la población. «Si nosotros podemos traer la inversión económica, eso en particular, sería un punto de inflexión en toda la región», explicó.
«Quizá lo más importante es que la gente que vive en estos países tenga un mejor futuro allí y no tenga que caer en peligrosas y costosas redes para atravesar México y llegar a EUA», resaltó.
Mientras EUA se perfila como agente económico para Centroamérica, Kelly expresó su deseo de que otros países del continente americano asuman el liderazgo en el plano de seguridad. «Francamente, preferiría que los poderes regionales se ayudarán los unos a los otros antes de que Estados Unidos venga y trate de decirles qué hacer», dijo.
En la cumbre participan, entre otros, los presidentes Jimmy Morales, de Guatemala, y Juan Orlando Hernández, de Honduras, así como el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz.
El foro se centró ayer en la idea de «prosperidad» y la búsqueda de inversiones para mejorar las condiciones económicas de la región, mientras que hoy el foco estará puesto en la seguridad y en el combate al narcotráfico, así como en el fortalecimiento de la seguridad fronteriza.