Cuba: el canciller Bruno Rodríguez afirma que la isla «no realizará concesiones inherentes a su soberanía» tras los anuncios de Trump

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Bruno Rodríguez ofrece conferencia de prensa: Cuba no realizará concesiones

Cuba mantiene la voluntad de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo con Estados Unidos, y de negociar los asuntos bilaterales pendientes, reiteró hoy en Viena el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.

En conferencia de prensa desde Austria, el titular reafirmó que tal diálogo debe transcurrir sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el absoluto respeto a nuestra soberanía e independencia.

“Cómo se demostró con los avances alcanzados en los dos últimos años, Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las profundas diferencias entre sus gobiernos y promoviendo todo aquello que beneficie a ambas naciones y pueblos”, sostuvo.

El canciller advirtió que “Cuba no realizará concesiones inherentes a su soberanía e independencia, no negociará sus principios ni aceptará condicionamientos, como no lo ha hecho nunca a lo largo de la historia de la Revolución”.

Los cambios que sean necesarios en Cuba los decidirá soberanamente el pueblo cubano, como siempre lo ha hecho. No pediremos a nadie opinión ni permiso, recalcó.

El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, rechazó las nuevas medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos bajo el mando del presidente Donald Trump, quien en días pasados anunció el fortalecimiento del bloqueo contra la isla.

“El presidente Trump nuevamente mal asesorado, que había perdido el voto en los condados de mayor residencia de cubanos, toma decisiones que favorecen intereses mezquinos y a un puñado de políticos”, enfatizó Rodríguez.

El diplomático expresó que innumerables voces dentro y fuera de Estados Unidos expresan su rotundo rechazo a los cambios anunciados por Trump.

El canciller expresó que Obama, reconocía la independencia y soberanía del pueblo cubano, así como también al gobierno cubano como un interlocutor legítimo e igual y la importancia de unas relaciones civilizadas destinadas al beneficio de ambos pueblos, además de reconocer la política fracasada del bloqueo que no había cumplido sus objetivos y que debía ser eliminada.

Rodríguez, señalo que estas medidas de la administración Trump fueron anunciadas en un grotesco espectáculo salido de la guerra fría ante un reducido auditorio compuesto por viejos esbirros y ladrones de la dictadura de batista, mercenarios de la brigada de playa Girón, terrorista politiqueros y vividores.

Al mismo tiempo indicó que el presidente Trump saludó de nombre a algunos de ellos, y se rodeó de otros al momento de la firma, o los tuvo a su lado, entre ellos a un terrorista detenido en california en 1995 con un arsenal de armas para realizar actos violentos, por lo que hizo un llamado al gobierno estadounidense a desmentir si estaba o no rodeado de los terroristas que mencionó.

La comparecencia ante la prensa del Ministro de Exteriores de Cuba se transmitió en directo por medios televisivos y radiales cubanos, y a través de Internet, por streaming desde el canal de Youtube de CubaMinrex y por la página de Facebook de Cubadebate.

Cuba Debate


Documento en la Casa Blanca sobre la política de Trump hacia Cuba

Fact Sheet on Cuba Policy

President Donald J. Trump is changing the policy of the United States toward Cuba to achieve four objectives:

  1. Enhance compliance with United States law—in particular the provisions that govern the embargo of Cuba and the ban on tourism;
  2. Hold the Cuban regime accountable for oppression and human rights abuses ignored under the Obama policy;
  3. Further the national security and foreign policy interests of the United States and those of the Cuban people; and
  4. Lay the groundwork for empowering the Cuban people to develop greater economic and political liberty.

Summary of Key Policy Changes:

  • The new policy channels economic activities away from the Cuban military monopoly, Grupo de Administración Empresarial (GAESA), including most travel-related transactions, while allowing American individuals and entities to develop economic ties to the private, small business sector in Cuba. The new policy makes clear that the primary obstacle to the Cuban people’s prosperity and economic freedom is the Cuban military’s practice of controlling virtually every profitable sector of the economy. President Trump’s policy changes will encourage American commerce with free Cuban businesses and pressure the Cuban government to allow the Cuban people to expand the private sector.
  • The policy enhances travel restrictions to better enforce the statutory ban on United States tourism to Cuba. Among other changes, travel for non-academic educational purposes will be limited to group travel. The self-directed, individual travel permitted by the Obama administration will be prohibited. Cuban-Americans will be able to continue to visit their family in Cuba and send them remittances.
  • The policy reaffirms the United States statutory embargo of Cuba and opposes calls in the United Nations and other international forums for its termination. The policy also mandates regular reporting on Cuba’s progress—if any—toward greater political and economic freedom.
  • The policy clarifies that any further improvements in the United States-Cuba relationship will depend entirely on the Cuban government’s willingness to improve the lives of the Cuban people, including through promoting the rule of law, respecting human rights, and taking concrete steps to foster political and economic freedoms.
  • The policy memorandum directs the Treasury and Commerce Departments to begin the process of issuing new regulations within 30 days. The policy changes will not take effect until those Departments have finalized their new regulations, a process that may take several months. The Treasury Department has issued Q&As that provide additional detail on the impact of the policy changes on American travelers and businesses.

For more information on this policy see the below links to the relevant United States Government Departments: Department of Commerce, Department of State, Department of Treasury, Department of Homeland Security, and the Department of Transportation.

White House


Preguntas frecuentes ante el cambio de política de Trump hacia Cuba


Misión cubana ante la ONU: medidas de Trump destinadas al fracaso

La Misión Permanente de Cuba ante la ONU afirmó que están destinadas al fracaso las medidas anunciadas el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra la isla.

El personal de la delegación diplomática manifestó en un acto de reafirmación revolucionaria, celebrado el sábado en la noche, su apoyo a la declaración del gobierno cubano en rechazo a la decisión del mandatario de revertir la política de acercamiento iniciada por su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.

‘Al pueblo cubano nada ni nadie le hará doblar sus rodillas’, insistió la representante permanente alterna, Ana Silvia Rodríguez.

A nombre de la misión de la isla, la embajadora aseguró que sus integrantes seguirán defendiendo el legado de Fidel Castro, José Martí, Camilo Cienfuegos, Ernesto Guevara y Antonio Maceo.

‘Ellos nos enseñaron que morir por la patria es vivir, y que nuestra soberanía, nuestra dignidad y nuestros principios no se negocian’, subrayó en Nueva York.

Trump firmó el viernes en Miami una directiva dirigida a reforzar el bloqueo económico, comercial y financiero contra el país caribeño, la cual derogó acciones ejecutivas fijadas por Obama para atenuar un cerco vigente por más de 50 años, tras reconocer en diciembre de 2014 el fracaso de la postura hostil hacia la mayor de las Antillas.

El mandatario pronunció además un agresivo discurso, que sectores dentro y fuera de Estados Unidos enmarcaron, junto a sus anuncios, en cuestiones de política interna, sobre todo en su intención de complacer a legisladores anticubanos con influencia en instancias clave del Congreso norteamericano.

Prensa Latina


Declaración de la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos

Jamás sacrificaremos nuestro derecho a construir una nación independiente y socialista18 de junio 2017

La Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos respaldan la Declaración del Gobierno Revolucionario cubano, ante las agresivas palabras del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, referidas a las relaciones entre ese país y Cuba, ratifican la convicción de mantenerse firmes en defensa de esta Revolución genuina, construida con y para los trabajadores, bajo el liderazgo de Fidel y Raúl.

Haber escogido para abordar las relaciones con Cuba un escenario vinculado a la invasión por Playa Girón y tratar a los mercenarios como héroes constituye una ofensa para todos aquellos que salidos de las filas más humildes de nuestra nación, muchos de ellos trabajadores, defendieron su patria socialista hasta hacerles morder el polvo de la derrota.

Como expresa el texto emitido por el Gobierno cubano las palabras de Trump constituyen un retroceso en las relaciones entre los dos países, por la amenaza de aplicar rigurosamente las leyes del bloqueo, condicionando su levantamiento, así como cualquier mejoría en las relaciones bilaterales, a que nuestro país realice cambios inherentes a su ordenamiento constitucional.

Pero esa vuelta atrás no nos intimida. Desde nuestra trinchera en la producción y los servicios, los trabajadores cubanos, con su inteligencia, ingenio y creatividad continuaremos derribando las barreras impuestas por el bloqueo, como ha sucedido durante casi 60 años en que no han podido doblegarnos con ese cerco criminal.

Como siempre seguiremos encontrando salidas a las limitaciones, nos mantendremos fieles al Partido Comunista de Cuba, guía de la obra que construimos, que se fortalece con la actualización del modelo económico cubano que tiene en los trabajadores sus protagonistas fundamentales.

En estas circunstancias nos corresponde potenciar al máximo las reservas productivas y el uso racional de todos los recursos materiales y financieros, lo que incluye disciplina laboral y tecnológica.

Hacemos nuestro el rechazo expresado en la Declaración del Gobierno Revolucionario a la manipulación con fines políticos y el doble rasero en el tratamiento del tema de los derechos humanos. Nos indignamos al escuchar a Trump hablar de derechos humanos para los cubanos, cuando a partir del triunfo de enero de 1959 la Revolución garantizó el derecho al trabajo y a igual remuneración de mujeres y hombres, a la seguridad social, a la salud y la educación universales y gratuitas, a una vida digna y a la tranquilidad ciudadana. ¿Acaso Trump pretende impedir, con la restricción de las visitas de sus conciudadanos a Cuba, que ellos puedan comprobar el disfrute aquí de esos derechos que en su propio país son irrespetados?

Tenemos una historia de intransigencia revolucionaria, de resistencia y rebeldía, guiada por las enseñanzas de José Martí, quien conoció al monstruo porque vivió en sus entrañas y ante las pretensiones del gigante ratificó que su honda era la de David, esa que hemos esgrimido durante décadas y contra la cual han fracasado las aspiraciones de retornarnos al pasado neocolonial.

Nuestra rica tradición de lucha nos aporta motivaciones que inspiran a defender las conquistas alcanzadas y seguir adelante. Lo hemos demostrado con nuestra indeclinable posición de principios ante la agresividad de sucesivas administraciones estadounidenses.

Cada colectivo laboral será un bastión contra las pretensiones imperiales. Una vez más el gobierno de los Estados Unidos se equivoca con Cuba y sus trabajadores, los que no renunciaremos a nuestra independencia ni a nuestra sólida unidad.

Jamás sacrificaremos nuestro derecho a construir una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

Granma


Declaración del gobierno de Cuba tras las medidas de Trump que recrudecen el bloqueo

Declaración del Gobierno Revolucionario

La Habana, 16 de junio de 2017

El 16 de junio de 2017, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en un discurso cargado de una retórica hostil, que rememoró los tiempos de la confrontación abierta con nuestro país, pronunciado en un teatro de Miami, anunció la política de su gobierno hacia Cuba que revierte avances alcanzados en los dos últimos años, después que el 17 de diciembre de 2014 los presidentes Raúl Castro Ruz y Barack Obama dieran a conocer la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas e iniciar un proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales.

En lo que constituye un retroceso en las relaciones entre los dos países, Trump pronunció un discurso y firmó en el propio acto una directiva de política denominada “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba” disponiendo la eliminación de los intercambios educacionales “pueblo a pueblo” a título individual y una mayor fiscalización de los viajeros estadounidenses a Cuba, así como la prohibición de las transacciones económicas, comerciales y financieras de compañías norteamericanas con empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los servicios de inteligencia y seguridad, todo ello con el pretendido objetivo de privarnos de ingresos. El mandatario estadounidense justificó esta política con supuestas preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y la necesidad de aplicar rigurosamente las leyes del bloqueo, condicionando su levantamiento, así como cualquier mejoría en las relaciones bilaterales, a que nuestro país realice cambios inherentes a su ordenamiento constitucional.

Trump derogó asimismo la Directiva Presidencial de Política “Normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba”, emitida por el presidente Obama el 14 de octubre de 2016, la cual aunque no ocultaba el carácter injerencista de la política estadounidense, ni el objetivo de hacer avanzar sus intereses en la consecución de cambios en el orden económico, político y social de nuestro país, había reconocido la independencia, la soberanía y la autodeterminación de Cuba y al gobierno cubano como un interlocutor legítimo e igual, así como los beneficios que reportaría a ambos países y pueblos una relación de convivencia civilizada dentro de las grandes diferencias que existen entre los dos gobiernos. También admitía que el bloqueo era una política obsoleta y que debía ser eliminado.

Nuevamente el Gobierno de los Estados Unidos recurre a métodos coercitivos del pasado, al adoptar medidas de recrudecimiento del bloqueo, en vigor desde febrero de 1962, que no solo provoca daños y privaciones al pueblo cubano y constituye un innegable obstáculo al desarrollo de nuestra economía, sino que afecta también la soberanía y los intereses de otros países, concitando el rechazo internacional.

Las medidas anunciadas imponen trabas adicionales a las muy restringidas oportunidades que el sector empresarial estadounidense tenía para comerciar e invertir en Cuba.

A su vez, restringen aún más el derecho de los ciudadanos estadounidenses de visitar nuestro país, ya limitado por la obligación de usar licencias discriminatorias, en momentos en que el Congreso de los Estados Unidos, como reflejo del sentir de amplios sectores de esa sociedad, reclama no solo que se ponga fin a la prohibición de viajar, sino también que se eliminen las restricciones al comercio con Cuba.

Los anuncios del presidente Trump contradicen el apoyo mayoritario de la opinión pública estadounidense, incluyendo el de la emigración cubana en ese país, al levantamiento total del bloqueo y a las relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos.

En su lugar, el Presidente estadounidense, otra vez mal asesorado, toma decisiones que favorecen los intereses políticos de una minoría extremista de origen cubano del estado de Florida, que por motivaciones mezquinas no desiste de su pretensión de castigar a Cuba y a su pueblo, por ejercer el derecho legítimo y soberano de ser libre y haber tomado las riendas de su propio destino.

Posteriormente haremos un análisis más profundo del alcance y las implicaciones de este anuncio.

El Gobierno de Cuba denuncia las nuevas medidas de endurecimiento del bloqueo, que están destinadas a fracasar como se ha demostrado repetidamente en el pasado, y que no lograrán su propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, cuya resistencia a las agresiones de cualquier tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi seis décadas.

El Gobierno de Cuba rechaza la manipulación con fines políticos y el doble rasero en el tratamiento del tema de los derechos humanos. El pueblo cubano disfruta de derechos y libertades fundamentales, y exhibe logros de los que se siente orgulloso y que son una quimera para muchos países del mundo, incluyendo a los propios Estados Unidos, como el derecho a la salud, la educación, la seguridad social, el salario igual por trabajo igual, los derechos de los niños, y el derecho a la alimentación, la paz y al desarrollo. Con sus modestos recursos, Cuba ha contribuido también a la mejoría de los derechos humanos en muchos lugares del mundo, a pesar de las limitaciones que le impone su condición de país bloqueado.

Los Estados Unidos no están en condiciones de darnos lecciones. Tenemos serias preocupaciones por el respeto y las garantías de los derechos humanos en ese país, donde hay numerosos casos de asesinatos, brutalidad y abusos policiales, en particular contra la población afroamericana; se viola el derecho a la vida como resultado de las muertes por armas de fuego; se explota el trabajo infantil y existen graves manifestaciones de discriminación racial; se amenaza con imponer más restricciones a los servicios de salud, que dejarían a 23 millones de personas sin seguro médico; existe la desigualdad salarial entre hombres y mujeres; se margina a emigrantes y refugiados, en particular los procedentes de países islámicos; se pretende levantar muros que denigran a vecinos; y se abandonan los compromisos internacionales para preservar el medio ambiente y enfrentar el cambio climático.

Asimismo, son motivo de preocupación las violaciones de los derechos humanos cometidas por los Estados Unidos en otros países, como las detenciones arbitrarias de decenas de presos en el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo en Cuba, donde incluso se ha torturado; las ejecuciones extrajudiciales y las muertes de civiles causadas por bombas y el empleo de drones; y las guerras desatadas contra diversos países como Irak, sustentadas en mentiras sobre la posesión de armas de exterminio masivo, con consecuencias nefastas para la paz, la seguridad y la estabilidad de la región del Medio Oriente.

Recordamos que Cuba es Estado Parte de 44 instrumentos internacionales sobre los derechos humanos, mientras que los Estados Unidos lo es solo de 18, por lo que tenemos mucho que mostrar, opinar, y defender.

Al confirmar la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas, Cuba y los Estados Unidos ratificaron la intención de desarrollar vínculos respetuosos y de cooperación entre ambos pueblos y gobiernos, basados en los principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. En su Declaración, emitida el 1 de julio de 2015, el Gobierno Revolucionario de Cuba reafirmó que “estas relaciones deberán cimentarse en el respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía; el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia de ninguna forma; y la igualdad soberana y la reciprocidad, que constituyen principios irrenunciables del Derecho Internacional”, tal como refrendó la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en su II Cumbre, en La Habana. Cuba no ha renunciado a estos principios ni renunciará jamás.

El Gobierno de Cuba reitera su voluntad de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el Gobierno de los Estados Unidos. En los dos últimos años se ha demostrado que los dos países, como ha expresado reiteradamente el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambas naciones y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, ni acepte condicionamientos de ninguna índole.

Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba, ya sea la que pretenda lograrlo a través de presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso.

Los cambios que sean necesarios en Cuba, como los realizados desde 1959 y los que estamos acometiendo ahora como parte del proceso de actualización de nuestro modelo económico y social, los seguirá decidiendo soberanamente el pueblo cubano.

Como hemos hecho desde el triunfo del 1ro. de enero de 1959, asumiremos cualquier riesgo y continuaremos firmes y seguros en la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

 

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