Colombia: las Farc dejan de ser un grupo armado este martes y se preparan para la política institucional
Las Farc ya entregaron a la ONU todas las armas individuales
Este lunes, la Misión de la ONU en Colombia informó en un comunicado que ya tiene almacenadas todas las armas individuales de las Farc que fueron previamente registradas, menos aquellas que, como estaba establecido en la hoja de ruta aprobada el 29 de mayo, servirán “para dar seguridad a los 26 campamentos de las Farc-EP hasta el 1 de agosto de 2017”.
Las armas registradas fueron 7132. La Misión de la ONU recordó que la última fase de la entrega de armas de las Farc, correspondiente al 40 por ciento faltante, comenzó el pasado 20 de junio, y que ese organismo las ha almacenado en los contenedores dispuestos en las zonas veredales y puntos veredales de normalización.
“Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable”, agregó el comunicado de la ONU. El total de caletas se ha estimado en 942.
Este martes, en Mesetas, Meta, se llevará a cabo el acto oficial que cierra el desarme de las Farc, con la participación del secretariado de las Farc y del presidente Juan Manuel Santos. Con este evento, se hará oficial la afirmación que el mismo Presidente ha usado en los últimos días: las Farc dejan de existir como movimiento armado.
En Mesetas está concentrado el Bloque Oriental, históricamente el más numeroso y el de mayor poder militar de las Farc.
Mesetas, el lugar escogido para culminar el desarme de las Farc
La zona veredal de Mesetas en el Meta será el lugar donde se marcará de manera simbólica, el final de las Farc como grupo armado ilegal.
Este martes, con la presencia del presidente Juan Manuel Santos, la de Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, y los embajadores de los países garantes del proceso de paz se concluirá definitivamente el desarme individual.
En ese lugar, se dará cierre a este proceso que formalmente inició en la zona de Tibú en Norte de Santander, con el anuncio de Londoño de haber dejado el primer 30% de las armas. Las otras dos fases de la dejación se anunciaron en la zona verdal de La Elvira, en el Cauca y en Pondores, La Guajira.
Para el director de Centro de Estudios en Seguridad y Paz, Néstor Rosania, estas zonas han sido un símbolo histórico del imaginario marquetaliano de las Farc y es donde estaba toda su fuerza no solo militar, sino política.
“En este momento son un símbolo que habla del pasado pero también del futuro de las Farc como movimiento político, porque ahí va a estar todo su fortín político y todo el caudal electoral que ellos empiezan o esperan empezar a recoger. El voto hacia las Farc como movimiento político no va a ser urbano, va a ser un voto rural”, afirma.
Para él, hacer este acto en Mesetas, o las otras tres zonas escogidas para anunciar las fases del proceso, son un símbolo que ayuda a construir lo que serán como partido político, y donde empezarán, con más fuerza a cambiar el mensaje que han dado por años, es decir, pasar de hablar de la revolución a hablar de construir un Estado.
Ariel Ávila, coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación señala que para el inicio del desarme se escogió la zona veredal de Tibú, principalmente porque es el lugar en donde permanecieron por más de 20 años los hombres de Rodrigo Londoño. Pero también, al ser la zona más atrasada de las 26 que crearon con el Gobierno, quisieron reiterar que seguirían con el proceso pese a los retrasos.
Con el anuncio desde esa zona de “candela”, intentaron además representar de alguna manera el fin de los titulares por los que se conoce: los ataques a la infraestructura, hostigamientos e inclusos ‘planes pistola’ contra uniformados.
La zona de La Elvira en Buenos Aires, Cauca, dice Ávila: “Es la zona de Pablo Catatumbo y agrupa una gran cantidad de guerrilleros. Allá fue donde estuvo el presidente francés Francois Hollande. Es la zona que agrupa la columna Teofilo Forero y ha sido emblemática en términos políticos”.
En Buenos Aires tampoco faltaron los titulares alusivos al conflicto -que se espera-, no se repitan tras este proceso, como la muerte de once militares por un ataque de las Farc en el 2015, bombardeos entre las partes, y hostigamientos.
La zona de Pondores, en Fonseca, La Guajira, es también zona de uno de los líderes del grupo, “La zona de Iván Márquez, la zona veredal más avanzada, allá está la tropa del Bloque Caribe”, dice Ávila.
Pero finalmente será en Mesetas donde se anuncie por las tres partes, el gobierno, la Misión de la ONU y las Farc, que el 100 % de las armas está en los contenedores y que se procederá a su destrucción para convertirlas en tres monumentos.
“Mesetas es la zona veredal más emblemática del Bloque Oriental de las Farc, allá se agrupa unidades de los frentes 51, 53, 55. Durante mucho tiempo fue la casa donde operó Romaña y compañía. Pero sobre todo, en los últimos tiempos debido a los incumplimientos del gobierno de esa zona han desertado 17 guerrilleros”, dice Ávila.
Además, ha sido por esa región en donde fue incinerado un vehículo perteneciente a la Organización Civil de Desminado Humanitario Ayuda Popular Noruega (APN), y donde históricamente ha habido conflicto.
La apuesta entonces es decir que se logró, tras más de 50 años de conflicto armado con las Farc y pese a las dificultades, sacar las armas del medio para empezar a plantear propuestas de parte y parte desde el escenario político, y Mesetas es un lugar estratégico para ello.
Así pues, el municipio que también fue parte de la zona de distención que se otorgó al grupo guerrillero en el gobierno de Andrés Pastrana pasará a tener un lugar protagónico en la historia del proceso de paz que se logró firmar con las Farc.
MISIÓN DE LA ONU EN COLOMBIA
De conformidad con la Hoja de Ruta aprobada el 29 de mayo de este año, el 20 de junio se inició la tercera fase de la dejación de las armas individuales de los combatientes de las FARC-EP, las cuales la Misión de la ONU en Colombia ha estado almacenando en sus contenedores de armas en las 26 Zonas y Puntos Veredales de Normalización.
Al día de hoy, la Misión tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las FARC-EP registradas: 7132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las FARC-EP hasta el 1 de agosto de 2017.
Para esa fecha, la Misión habrá almacenado todo el armamento existente en los campamentos y extraído sus contenedores de las Zonas y Puntos Veredales de Normalización, los cuales pasarán a ser Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación.
Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable.
Llegó la hora de la política legal para las Farc – Por Marisol Gómez Giraldo.
Terminado el desarme de las Farc, que tendrá su cierre público este martes 27 en una de sus zonas de influencia histórica, Mesetas, en el Meta, el más grande desafío para esta organización que durante medio siglo enfrentó a punta de fusiles al Estado colombiano será darle vida a su partido político, precisamente, bajo las reglas de la institucionalidad que combatió.
Al mismo tiempo, por supuesto, la irrupción de las Farc en la política les plantea al Estado y a sus instituciones el reto de demostrar que en la Colombia del siglo XXI todos pueden defender sus ideas en la legalidad, y sin temor a ser asesinados.
La superación de estos dos desafíos, en medio de la polarizada precampaña para las presidenciales del 2018, hará la diferencia entre el viejo y el nuevo país, entre el país de la guerra y el país de la paz, que tanto los excombatientes como la clase política dicen querer y defender.
En lo que les corresponde a las Farc, el hoy todavía jefe guerrillero Pablo Catatumbo dice que respaldarán “al candidato presidencial que apoye y ponga en marcha los acuerdos de paz, independientemente de quien sea”.
Por primera vez, y ya convertidas en movimiento político –planean definir su plataforma y sus estatutos en agosto–, las Farc podrán llamar a sus bases a votar por el candidato que decidan respaldar, como lo hace hoy cualquier partido.
En las elecciones para el Congreso, en marzo, las Farc sí participarán con sus propios candidatos. En esos comicios obtendrán al menos cinco curules en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes. Esos cupos son los que les garantiza el Acuerdo Final de Paz.
Si en esa contienda electoral obtienen más de las 10 curules, eso será ganancia extra para el nuevo partido de izquierda que tendrá Colombia. Es la gabela que da la paz negociada y que, a pesar de los detractores, tiene sustento ya en una reforma constitucional aprobada en el Congreso, sobre las garantías para la incursión de las Farc en la política.
Hasta ahora, las Farc no han definido si quienes ocuparán esas curules serán miembros de esa organización o terceros que compartan el proyecto sobre el cual van a fundar su partido y que, según Pablo Catatumbo, recogerá la esencia de los acuerdos de paz.
Pero el senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Iván Duque, cree que los jefes de las Farc involucrados en delitos graves no deben ir “de manera inmediata al Congreso”, sino después de acudir a la justicia para responder por sus crímenes.
Por lo demás, el senador considera que el Estado “debe darles todas las garantías de seguridad” a los exguerrilleros y vigilar que no mantengan vínculos con organizaciones criminales ni bienes ocultos.
“Si eso se cumple –agrega– y ellos participan en los debates legislativos, la confrontación se dará en el terreno de las ideas”.
Para Pablo Catatumbo, el aporte político inicial de las Farc al país es “finalizar una guerra y participar abiertamente en la construcción de la nueva Colombia en paz”.
Aunque él es cauteloso sobre el tipo de estructura que tendrá el partido de las Farc, se sabe que piensan en mantener una dirección colectiva –de naturaleza leninista– que tomará las decisiones por consenso.
Seguridad y trabajo
A las puertas de transformarse en un partido, los jefes de las Farc coinciden en que una de sus mayores preocupaciones es la seguridad de los excombatientes.
“Yo tengo escoltas, pero está claro que el Estado no puede ponerles escoltas a todos los guerrilleros”, afirma Pablo Catatumbo. Además de la preocupación por la vida de los exguerrilleros –cuando al menos ya cuatro han sido asesinados–, las Farc tienen incertidumbre sobre los sitios en los cuales vivirán y sobre los proyectos para incorporarse a la vida productiva, porque “todo está muy atrasado”. Todavía no hay resultados del censo que hizo la Universidad Nacional sobre las expectativas de los guerrilleros que están concentrados en 26 puntos del país. Tampoco del censo educativo.
Un sondeo inicial del Consejo Nacional de Reincorporación en 13 de las zonas indica que entre los guerrilleros “predominan las aspiraciones relacionadas con tareas agropecuarias y colectivas”. Además, el deseo de hacerlas en los territorios donde hoy están agrupados.
En este punto, la mayor dificultad tiene que ver con la asignación de tierras, que no está resuelta.
Lo que está claro para funcionarios del Consejo de Reincorporación es que hace falta un intenso trabajo previo de capacitación a los excombatientes.
“Nadie se convierte en emprendedor de la noche a la mañana. Las Farc deben dejarse ayudar”, dice un funcionario consultado por EL TIEMPO.
Y señala, a manera de ejemplo, que de mil proyectos económicos emprendidos por excombatientes del M-19, solo sobreviven dos. Y de los que comenzaron los exparamilitares, varios de ellos colectivos, solo se mantiene el 13 por ciento.
Hoy, que estamos a horas de que las Farc dejen de ser guerrilla después de 53 años, conviene recordar que su aterrizaje en la política y en la vida productiva será un proceso gradual y nada fácil. Y que cada quien, incluida la oposición, debe poner su parte.
(*) Editora de El Tiempo. Periodista, Magister en Ciencia Política. Observadora de los procesos de paz de Colombia.
La paz, el principal reto del semestre para el Congreso
El Gobierno Nacional se prepara para, mediante el diálogo con las bancadas de los partidos políticos en el Congreso, sellar la implementación normativa del acuerdo con las Farc en el semestre legislativo que comenzará el próximo 20 de julio. Y la tarea no parece sencilla.
Aunque gran parte de los primeros seis meses de trámite de los proyectos de ley y de reforma constitucional transitoria que desarrollan lo acordado con las Farc, en el Congreso se trabajó a máxima velocidad, las últimas semanas han sido de varios tropiezos para la implementación de la paz.
Sin ir más lejos, en la última semana de trabajo legislativo, el Gobierno se vio en dificultades para la aprobación, en segundo de cuatro debates, del proyecto que crea las 16 circunscripciones especiales de paz.
La idea de estos nuevos escaños en la Cámara, acordados por el Gobierno y las Farc, en La Habana, es que sean para los sitios en los cuales el conflicto ha sido más intenso, y que solo se puedan presentar a estos organizaciones sociales y de víctimas. No los partidos.
Luego de un intenso debate, apenas se logró la aprobación del informe con el que termina la ponencia –el primer paso para la aprobación de un proyecto– y se tuvo que hacer un acuerdo para que los artículos sean debatidos y aprobados en el siguiente semestre legislativo, el cual comenzará el próximo 20 de julio.
Clima
Este hecho fue el medidor del clima con el que remataron la sesiones ordinarias y hace prever que en los siguiente seis meses el Ejecutivo tendrá que emplearse a fondo para terminar con la tarea de implementar el acuerdo de paz.
Para ello, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, quien tendrá la labor de encabezar a nombre del Gobierno el trámite de las normas para la paz, afirmó que la principal estrategia será el diálogo con las bancadas de los partidos políticos.
Dentro de la agenda están temas tan cruciales para el cumplimiento de lo acordado como la prohibición de crear, financiar o impulsar cualquier tipo de organización armada, el cual está a la espera de dos debates en la Cámara.
Igualmente está la reglamentación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que es la justicia a la que tendrán que acudir guerrilleros, militares y civiles que hayan tenido algún vínculo con el conflicto.
Esta norma también es vital para definir las reglas de la JEP y cómo funcionarán las instancias judiciales que conocerán los delitos de los excombatientes, muchos de ellos atroces.
Igualmente hay un proyecto de ley de tierras que, según el ministro Rivera, será radicado en el próximo semestre y que espera regular la propiedad y otros aspectos fundamentales del agro en Colombia.
Para la aprobación de estos y otros proyectos que sigan implementando el acuerdo, el apoyo de los partidos políticos es vital y mantener ese respaldo será uno de los principales retos para el ministro Rivera.
La reinserción
En ese sentido también hay que decir que las Farc tienen puesta su atención en la exitosa implementación normativa de los acuerdos, ya que de ella depende, en buena medida, que sigan avanzando el desarme y la reinserción.
Temas como la justicia para los excombatientes son vistos con mucha expectativa por los líderes de las Farc ya que se trata de la forma como serán juzgados en los tribunales de paz.
La manera como quede la reglamentación de la JEP será clave para que la reincorporación de los miembros de esa organización siga avanzando exitosamente, como hasta el momento.
Organismos como la ONU, por ejemplo, también están expectantes de cómo avance la implementación de la paz en el Congreso, especialmente en momentos en que se comenzarán a definir los detalles de una segunda misión de esa organización para verificar que lo pactado se cumpla.
Rivera ha dicho que el Gobierno escuchará las “inquietudes” y “observaciones” de los partidos, los cuales han sido un soporte valioso para el Ejecutivo. Por ello, la conclusión exitosa de la implementación sería una de muy buena noticia para los colombianos, al finalizar este año.
Proyectos que faltan por tramitar
1. Lo electoral
Los partidos están a la expectativa de la reforma política, la cual busca modificar algunas reglas para las elecciones. En este proyecto, las listas cerradas al Congreso serían el tema más polémico.
2. Justicia de paz
El Gobierno espera radicar de nuevo las reglas de la justicia para la paz. En esta norma estarán los detalles de cómo funcionará la jurisdicción a la que se acogerán algunos excombatientes.
3. Curules
Tres debates le faltan a la creación de las 16 circunscripciones de paz. Esta norma inquieta a algunos congresistas, que han pedido blindar estos escaños de la influencia de los violentos.
4. No a armados
En el Congreso faltan 2 debates a la prohibición de crear, impulsar o financiar grupos armados de cualquier tipo. Esta iniciativa refuerza el monopolio de armas para el Estado.
5. Dos instancias
Un proyecto que no tiene que ver con la paz, pero que es clave es el que crea la doble instancia para el juzgamiento de altos servidores del Estado, entre ellos congresistas.