Uruguay: el congreso del Frente Amplio denuncia planes intervencionistas de EEUU en Latinoamérica

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FA: EEUU intenta romper con la unidad de pueblos y de gobiernos

Con la integración de todos los sectores, el planteamiento de una votación directa donde era frecuente alzar la mano para votar y con la formación en números igualitarios de hombres y mujeres, se realizó el Congreso VI, denominado “Rodney Arismendi”.

El objetivo de dicho evento fue generar consensos entre los diferentes sectores del Frente Amplio para armonizar las posibles discrepancias que podrían surgir en torno a los siguientes temas: Uruguay en un mundo globalizado; desarrollo sostenible; estado, mercado y sociedad y, por último, la institucionalidad democrática, poder y gobierno.

La oportunidad no sólo consistió en ser interesante porque intentaba agrupar y crear principios y valores comunes a todos los sectores de dicha fuerza política, sino que también fue novedosa porque demostraba otra forma de hacer consensos. En vez de crear ideas y estrategias en un pequeño círculo de la cúpula de un partido, allí se reunieron diferentes sectores y colectividades para expresar sus ideas y crear, en el debate, un producto mucho más democrático y afín a las propuestas populares. En otras palabras, lo que allí estuvo presente no fue la clásica democracia representativa que suele operar cuando los partidos se relacionan con los ciudadanos, sino que fue una de tipo directo, donde cada idea, pensamiento y opinión tenía nombre y apellido, y cada participante poseía las mismas posibilidades para verter sus deseos en la discusión pública.
El congreso consistió en dos etapas: la primera se produjo en comisiones donde se aprobaron y se negaron determinadas mociones y la segunda fue el plenario, donde las diferentes colectividades, que trabajaron en las distintas reuniones, se concentraron. En esta últimainstancia se pasó a votar, a mano alzada, las propuestas generadas en las comisiones.

Javier Miranda (presidente del Frente Amplio), Ernesto Agazzi (ex senador del MPP), YerúPardiñas (senador por el Partido Socialista), Carlos Mahía (presidente de la Cámara de Representantes), Blanca Elgart (dirigente del Partido Socialista), Sandra Lazo (vicepresidenta del Frente Amplio), Daniel Marsiglia (dirigente del Partido Comunista), Daniela Paysée (senadora) y Gonzalo Reboledo (secretario político del Frente Amplio) fueron moderadores del evento. Sin embargo su función fue mencionar las mociones mientras que los principales protagonistas fueron los militantes, quienes en algunas instancias tomaron el micrófono para explicar la razón de su adhesión o negación a una idea.

Los colectivos que participaron fueron:Comités 19 de Junio, Atahualpa Cardozo al Sur, 28 de Noviembre, Cuaró, General del Pueblo, Carlos Mourglia, 13 de Diciembre, Víctor Deri, Martín Fierro, Puerto del Buceo, Julio Spósito, Carlos Quijano‐Elena Quinteros, 14 de Agosto Resistencia, Fernando Morroni ,Parque Posadas, Ybiray‐Punta Carretas, Amanda González, y los grupos políticos, Casa Grande, POR, Fidel, Alianza MAS, 959,5005, PCU, Espacio 567, cros independientes.

Pero… ¿cuáles fueron los principales puntos que se aprobaron? En los próximos párrafos se intentará contestar esta pregunta.

Uruguay en un mundo globalizado

En términos generales, se propuso que el Frente debe contribuir a la creación de una comunidad internacional justa y solidaria que intente repeler los efectos negativos del Capitalismo y, en algunos casos, superar dicha forma de producción y de consumo: “Los efectos devastadores que ha tenido y tiene sobre la vida de millones de seres humanos la mundialización capitalista, así como el cambio climático originado por las formas de producción y consumo, la lógica de acumulación del capital, en la etapa actual de predominio del capital financiero y desregulación de los mercados; está demostrando la necesidad ineludible de generar las condiciones para la superación de estas formas de producción y consumo, siendo una responsabilidad para la izquierda llevar adelante dicha superación”.

Asimismo, en las mociones aprobadas se expresa que la crisis del capitalismo, que se vive hoy en día, es una de las más profundas de la historia. Se entiende que es originada en y por los países más ricos y que profundiza de manera acelerada las contradicciones del sistema. Se conciben que los males que produce dicha organización económica son los siguientes: afecta de modo irreversible al ambiente, produce matrices energéticas autodestructivas, no asegura la alimentación ni los derechos básicos de la humanidad y genera la exclusión de millones de personas del derecho al trabajo.

En este apartado se incluye, dentro de los efectos negativos del Capitalismo, la guerra imperialista, entendida como arma de dominación, destrucción y saqueo de los pueblos del tercer mundo, especialmente de África y Oriente Medio. “Solamente en la última década, el imperialismo norteamericano intervino militarmente en una gran cantidad de países, en todos los casos dejando un saldo de destrucción material, millones de desplazados, muerte de civiles, imposición de gobiernos a la fuerza y sobre todo saqueo de los recursos naturales. Los casos más paradigmáticos de esto, son países que fueron y son absolutamente arruinados por la intervención imperialista, encabezada por EEUU”.

Con respecto a América Latina, se declara en el documento que Estados Unidos intenta romper con la unidad de los pueblos y de los gobiernos. Además, se plantean algunos ejemplos de dicha intención como es el caso de Venezuela o el objetivo histórico de derrocar a la revolución cubana.

Desarrollo sostenible

En primer lugar, se especifica que el concepto de desarrollo debe ser pensado desde diferentes dimensiones y no sólo desde el aspecto económico, propuesta que es claramente discordante con una visión histórica que han tenido los gobiernos de derecha en Uruguay. “Nuestra sociedad conoció ciclos de crecimiento importantes que se sucedieron luego por períodos depresivos que nos dieron altos niveles de volatilidad. Los aprendizajes de estas experiencias nos indican que solo el crecimiento económico no conduce a más democracia, más igualdad, mejores servicios, más cultura y mejor bienestar. La idea global de país productivo con equidad y justicia social se centra en ampliar la riqueza, porque sin crecimiento económico no hay cambios, y al mismo tiempo democratizarla en el sentido de su distribución construyendo igualdad desde la base evitando la recreación permanente de desigualdad que luego es muy costoso revertir”.

Por tanto, en la escritura se estipula que el desarrollo nacional debe, necesariamente, aumentar los niveles de bienestar de todos los ciudadanos y producir mayores niveles de independencia y soberanía política, económica, productiva y cultural con respecto a los países centrales del mundo. Lo central es hacer posible una eficaz protección de los vaivenes de los mercados internacionales.

Por último, en el documento se estipula que el desarrollo debe ser sostenible debido a que los recursos naturales son un patrimonio de las generaciones actuales y futuras. “Nuestro modelo de desarrollo debe ser consciente del uso responsable de los recursos naturales, apostando a la creatividad, la ciencia y la tecnología, para no afectar el patrimonio natural del país y su legado”.

Estado, mercado y sociedad

En el informe se expresa que el rol del Estado es fundamental en la construcción del país y en su desarrollo sostenible. “El estado constituye un instrumento de transformación permanente y por ello demanda su sistemática adecuación temporal y social. Procuramos un estado conductor, regulador y proactivo”.

Además, se entiende que es el actor que debe garantizar el acceso de todos los habitantes a los servicios públicos, a los bienes culturales y a las tecnologías de la información y la comunicación, sin discriminación y en condiciones de equidad. “Procurará la inclusión y la integración social y promoverá una distribución equitativa de los bienes y servicios. Esto implica una permanente revisión de sus rutinas, normativas y protocolos de acción, superando los estereotipos culturales que discriminan y retrasan el logro de dichos objetivos”.

Institucionalidad democrática

En primer lugar, se afirma que el ejercicio del gobierno y del poder debe sustentarse en la austeridad, la honestidad, la transparencia en la gestión y el cumplimiento de lo comprometido con la ciudadanía en el programa.
“Es la lucha constante contra el clientelismo, el nepotismo, la corrupción, el corporativismo y toda forma del ejercicio del poder para fines personales o de grupos de privilegio, así como contra toda forma de violencia que se ejerza desde lo institucional, todo lo cual debe ser motivo de control permanente y de medidas de corrección desde una ética de izquierda”.

Asimismo, se propone que exista una mayor articulación de diferentes actores sociales y un mayor dialogo con la ciudadanía. El objetivo es descentralizar el poder político y brindar más espacios a los vecinos y a las organizaciones populares.

República

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