Chile: conozca la historia de Sebastián Calfuqueo, artista homosexual y mapuche

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Por Daniel Giacaman Zaror

Ha sufrido en carne propia la discriminación en diversos ámbitos. Razón suficiente para volcar toda esa experiencia personal en el mundo del arte como una forma de visibilizar diferentes tipos de violencia y, a la vez, romper ciertas etiquetas que han sido impuestas por la sociedad.

Se trata de Sebastián Calfuqueo, un artista visual de 25 años de edad, quien participó entre el viernes y el domingo pasado en la sexta edición de la feria FAXXI en el Parque Bicentenario de Vitacura. “Mi trabajo hace cruces de género, razas y clases. Tiene que ver con mi experiencia autobiográfica, con las relaciones que he vivido, como venir de la periferia, de una familia mapuche y ser homosexual. Todas esas condiciones me han generado un discurso personal”, explica de entrada.

En entrevista con La Nación, el joven, nacido en Lo Prado e hijo de feriantes, cuenta que su historia de vida no ha sido fácil. “Tengo una biografía súper marcada por la violencia: desde el colegio con el bullying, desde la misma institución del arte y también desde otros lugares ajenos al espacio público”, detalla.

Incluso, aunque parezca insólito, ha sufrido malos tratos dentro de los mismos grupos que suelen ser víctimas de este tipo de situaciones. “En el colegio, mis compañeros homosexuales me discriminaban por ser mapuche, entonces tenía siempre discriminación en distintos niveles”, lamenta.

A la hora de explicar este hecho, Calfuqueo afirma que “tiene que ver con los sujetos y las normas”. “Los homosexuales en general también tratan de masculinizar mucho sus prácticas y todo lo que no cabe dentro de esta masculinidad tan idealizada, tan respetada y tan valiosa para ellos, lo rechazan… al pobre, al femenino… La discriminación no depende solamente del género, se basa en todo tipo de otras capas de violencia”, profundiza.

GENERANDO QUIEBRES

El trabajo que presentó Calfuqueo en la FAXXI se basó en cerámicas de baja temperatura, hechas con diversas técnicas. Entre sus obras se pueden observar militares alejados de la clásica imagen de virilidad o mujeres con rasgos masculinos, así como líneas de integración entre diferentes tribus urbanas, razas y clases sociales. “Son como quiebres de esas lógicas y lo otro es evidenciar estas violencias de categorizar ciertas cosas”, comenta.

De esta forma, el joven pone especial énfasis en lo estético. “El juguete condiciona de alguna forma al humano desde temprana edad para que se comporte de cierta forma, pero lo que yo presento acá es la destrucción de ese canon tan establecido”, sostiene.

En ese contexto, cuenta que existe una idea prestablecida que “se basa en el Playmobil, donde siempre los protagonistas son blancos, mujeres con labores domésticas u hombres con tareas muy viriles, entonces todo eso se destruye un poco con este trabajo”.

La Nación

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