Las claves para entender la mayor protesta social en la historia de la Guayana Francesa

1.602

El mayor movimiento popular jamás visto en Guayana

[Aún cuando se hable poco en los media, el bloqueo en este territorio histórico ha sido permanente desde hace 3 semanas en lo que es sin duda el mayor movimiento popular jamás visto en la historia de la Guayana francesa. El 13 de abril, el colectivo “Para que la Guaya despeque” ha decidido que algunos bloqueos (no el que afecta al Centro Espacial) se abran a fin de que las divergencias entre quienes apoyan y quienes están en contra del mismo no se agrave. El próximo lunes habrá una reunión para decidir el futuro de la movilización. El presente artículo, escrito el 31 de marzo, ayuda a entender las razones y características de esta movilización.]

Guayana, una colonia francesa

1. Una economía colonial

Desde su colonización en el siglo XVII, la estructura económica colonial de la Guayana francesa no ha cambiado. Se caracteriza todavía hoy por el acaparamiento de las riquezas del territorio y un monopolio comercial. El recurso guayanés más explotado por Francia es el Centro Espacial Guayanés (CSG), construido en estas tierras por su posición geográfica, la ausencia de riesgos sísmicos o volcánicos y la estabilidad política de la colonia. Para el año 2017, el CNES (grupo estatal que explota el CSG) ha anunciado una cartera de pedidos de 5 300 millones de euros, lo que representa nada menos que el 140 % del PIB guayanés. En cuanto al comercio, el monopolio francés lo gestionan los bekés martiniqueses (descendientes de los colonos y grandes terratenientes). Así, el comercio regional con Brasil, Surinam o América Latina en general es inexistente. Todo se importa mediante contenedores directamente salidos de los puertos franceses y todo transita por los grupos de distribución de los bekés.

2. Un subdesarrollo endógeno

Como en todas las colonias, la dominación económica de la metrópolis viene acompañada de un subdesarrollo endógeno. Este subdesarrollo se constata en las estadísticas económicas, demográficas, sanitarias y educativas. Así, en este país de 250 000 habitantes, la población se duplica cada 20 años desde la década de 1950. Este crecimiento demográfico es fruto de una elevada tasa de natalidad, acompañado de una balance migratoria ampliamente positivo. La atracción migratoria tiene que ver, sobre todo, con la condición particular de este país sudamericano que pertenece a la Unión Europea.

Para acompañar el desarrollo demográfico, las inversiones de Francia han de ser masivas, pero no lo son. Así, la tasa de paro supera el 20 %; más del 40 % de la población activa carece de empleo; la tasa de pobreza es superior al 60 % (aplicando los límites de referencia franceses). En cuanto a las estadísticas de educación, la cosa no mejora, ya que más de 2 000 niños y niñas de 6 a 16 años no están escolarizadas por falta de plazas en las escuelas; hoy por hoy haría falta construir 500 aulas de primaria, 10 colegios y 5 institutos para absorber los retrasos estructurales.

Desde el punto de vista sanitario, la situación es catastrófica: la esperanza de vida al nacer tres años menos que en Francia. Un estudio de la Agencia Regional de Salud revela que, debido a problemas estructurales, entre 2005 y 2007 el 58 % de las defunciones en la Guayana francesa se habrían evitado en Francia. El número de camas por habitante es casi dos veces inferior al de Francia, y muchísimas especialidades médicas no se encuentran en el territorio, obligando a los guayaneses a viajar a Francia o a las Antillas para que les atiendan; finalmente, no existe ninguna estructura hospitalaria académica del tipo de los hospitales clínicos universitarios, lo que no permite transmitir conocimientos médicos necesarios y hace que el territorio dependa totalmente de prestaciones externas.

En el plano de la seguridad, la Guayana francesa es el territorio más violento de los territorios administrados por Francia: la tasa de homicidios por habitante es allí la más alta (42 homicidios en 2016). Sin embargo, también es el territorio que alberga la mayor proporción de soldados franceses del mundo, un soldado por 117 habitantes. A los militares hay que añadir los 950 policías y gendarmes repartidos en todo el territorio. Esto hace que Guayana sea el territorio francés más militarizado.

3. La problemática de la propiedad del suelo y de los pueblos autóctonos

En Guayana encontramos otras problemáticas específicas de la cuestión colonial, como el problema de la propiedad del suelo o la cuestión de los pueblos autóctonos. Más del 90 % del territorio pertenece al Estado francés, lo que crea enormes dificultades para el desarrollo económico o estructural. Por ejemplo, para construir un instituto de enseñanza hay que tramitar indefectiblemente la retrocesión del terreno del Estado a las colectividades locales. Además, el Centro Espacial, que ocupa una superficie tan grande como la de la isla Reunión, no ha pagado jamás ni un céntimo de impuestos municipales. A su vez, los pueblos autóctonos chocan, por razones constitucionales, con la negativa categórica de Francia a reconocer el derecho a la propiedad colectiva y a devolverles sus territorios, que ocupan desde hace siglos. A esto hay que añadir las inquietantes y masivas oleadas de suicidios entre los jóvenes amerindios. Estas problemáticas ponen de manifiesto la total incompatibilidad de la Guayana francesa como departamento de ultramar.

Análisis de la movilización actual

Aún es pronto para hacer un análisis preciso y totalmente pertinente de la situación de este movimiento, en particular debido a las numerosísimas relaciones de fuerzas que se enfrentan en él. De todos modos, trataremos de explicar el desarrollo del movimiento presentando a sus principales actores.

1. Pacto de futuro

Con motivo de su visita en 2013, el presidente francés, François Hollande, se comprometió a establecer un “pacto de futuro” para Guayana. Este pacto tenía por objeto reducir los atrasos estructurales a lo largo de 10 años, sobre todo mediante una inversión pública de 600 millones de euros. Sin embargo, a raíz de las negociaciones de diciembre de 2016, el presidente de la Colectividad Territorial de Guayana (CTG), Rodolphe Alexandre, se negó a firmarlo. Presionado por la patronal local, el presidente de la CTG solicitó una ampliación financiera de hasta 2 000 millones y la retrocesión de 200 000 hectáreas de tierras.

2. Rodolphe Alexandre, asociado con los socioprofesionales y la patronal Medef

La visita de Ségolène Royale, el 15 de marzo, fue el punto de arranque de la movilización. La ministra fue recibida por una manifestación de “socioprofesionales” (patronos transportistas, entre otros), de la CGPME (pequeñas y medianas empresas) y de la gran patronal Medef. Montaron una barrera de camiones ante la entrada de la Coletividad Territorial de Guayana, así como delante del puerto comercial en que debían llegar unos camiones hormigonera para la construcción de la plataforma de lanzamiento del cohete Ariane 6, en contra de los intereses de los transportistas locales. En una escenificación patética, Royale logró desbloquear la situación llamando a su ex marido y presidente, François Hollande. En dos minutos todo quedó resuelto: el gobierno se comprometió a desembolsar de inmediato 150 millones de euros para equilibrar el presupuesto de la CTG y devolver 200 000 hectáreas de terrenos públicos.

3. El desborde de los “500 hermanos”

Todo podría o debería haber concluido de este modo, a no ser por una china que se metió en el zapato, una china que se denomina “los 500 hermanos contra la delincuencia”. Este colectivo había salido a la palestra una semana antes en respuesta a un homicidio cometido en un barrio de Cayena. Se caracteriza por organizar acciones sorpresivas y sus componentes van vestidos de negro y llevan la cara tapada con pasamontañas. Aunque resulte sumamente difícil, incluso hoy, decir quién compone este colectivo, lo cierto es que sus reivindicaciones son reaccionarias y en parte xenófobas. En efecto, algunas de sus reivindicaciones reclaman más policía, el desalojo de viviendas okupadas y la expulsión de migrantes responsables de actos violentos. Sin embargo, desde que se formó el colectivo, ha puesto en tela de juicio la función del Estado francés, incapaz de restablecer el orden. Se trata por tanto de una retórica nacionalista y reaccionaria.

Así pues, este colectivo se invitó a la fiesta. Al tiempo que bloqueaban el acceso a los consulados de Surinam y Haití para exigir la expulsión inmediata de los ciudadanos de estos países encarcelados en Guayana, penetraron en el edificio de la CTG en plena reunión internacional, a la que asistían los representantes de 25 Estados caribeños, de EE UU y de Francia, entre ellos Ségolène Royal. Reclamaron a la ministra que tenga en cuenta sus reivindicaciones en materia de seguridad y se retiraron. Esa misma tarde, Royale dio por terminada su visita a Guayana y volvió a París. Paralelamente, los agricultores se sumaron a la batalla ocupando la sede de la Dirección de Agricultura y Silvicultura en Cayena. ¿Fue un acto oportunista para aprovechar el efecto sorpresa del desborde de los “500 hermanos”, por solidaridad con las reivindicaciones reaccionarias de estos o a la espera de la firma oficial del Pacto de futuro? La patronal mantuvo los bloqueos.

Señalemos finalmente que en la confrontación con la realidad sobre el terreno, los portavoces del colectivo de los “500 hermanos” tuvieron que cambiar su discurso y sus acciones. Cuando se montaron los bloqueos, hicieron de mediadores con jóvenes de los barrios populares, que se dedicaban a levantar bloqueos “salvajes”, con el fin de evitar enfrentamientos con las fuerzas del orden. Incluso lograron que una parte de estos jóvenes convergiera en los principales piquetes. Además, en la manifestación del 28 de marzo y las negociaciones del día 30, asumieron las funciones de un servicio de orden, interponiéndose entre los manifestantes y las fuerzas represivas. Son probablemente estas acciones y el hecho de que hasta ahora no nunca han hecho uso de la violencia, lo que explica su gran popularidad.

4. La entrada en lucha de los trabajadores

Aprovechando este clima de desafío, ciertos sectores de trabajadores se apuntaron a la movilización. Así, el 20 de marzo, los empleados de la compañía eléctrica EDF (que están en conflicto con su dirección local), de ENDEL (que reclaman la reapertura de negociaciones salariales) y del Centro Médico-quirúrgico de Kourou (que luchan contra la venta del hospital a manos privadas) decidieron bloquear el lanzamiento del cohete Ariane previsto para el día siguiente. Se levantó una barricada delante del Centro Espacial, la población y algunos diputados se sumaron rápidamente a la acción. Los trabajadores de ENDEL, los únicos competentes para transportar el cohete sobre su plataforma, lograron, con una huelga en que participó el 80 % de la plantilla, que se aplazara y finalmente se suspendiera el lanzamiento. De paso se reabrieron las negociaciones y obtuvieron un aumento salarial. A partir del 21 de marzo, fecha inicialmente prevista para el lanzamiento, la ciudad de Kourou quedó totalmente bloqueada, sin que nadie pudiera entrar ni salir.

5. Disturbios generalizados: ¡Guayana bloqueada!

A partir de los días 21 y 22 de marzo, los “500 hermanos” convergerán sobre Kourou. En la reunión extraordinaria del consejo de administración de la central sindical UTG (Unión de Trabajadores Guayaneses) del 22 de marzo por la tarde se decidió apoyar el movimiento, con una primera jornada de movilización prevista para el 24 de marzo. La UTG de la enseñanza optó por convocar la huelga a partir del 27 de marzo. Sin embargo, durante la noche todo se aceleró: la coordinadora de Kourou, a la que se habían sumado los “500 hermanos” y los socioprofesionales, decidió bloquear el país. El día 23 por la mañana, todas las carreteras principales quedaron totalmente bloqueadas. Asimismo, se levantaron barreras delante de la sede gubernativa y en la carretera que lleva al aeropuerto. Rápidamente, el rectorado anunció el cierre de todos los centros escolares por motivos de seguridad y a partir del día siguiente, los estudiantes y profesores sindicalistas erigieron también una barricada delante del rectorado.

6. El papel de Radio Pèyi como vector de la movilización

Desde que se formaron las barricadas, Radio Pèyi (del grupo RTL) se convirtió en portavoz de la movilización. Interrumpió todos sus programas y difundió noticias sobre el movimiento social durante las 24 horas del día. Sus corresponsales acudieron a todas las barricadass, desde donde relataron en directo la evolución de la situación. Todos los oyentes que quisieron pudieron tomar la palabra en cualquier momento. La emisora invitó a hablar a personalidades políticas, sobre todo independentistas, a veces durante varias horas sin parar. Radio Pèyi se convirtió en “Radio Barricada” y permitió a toda la población participar del movimiento. Además, miles de personas anónimas acudían a las barricadas para pasar el día, la tarde, incluso la noche. A partir del 24 de marzo, las barreras de Suzini y de la Crique Fouillé reunirían cada tarde a unas 4 000 personas cada una.

7. La marcha de los representantes electos

El 24 de marzo, la totalidad de los representantes electos guayaneses se reunieron para marchar juntos, tras la bandera guayanesa, desde el centro de Kourou hasta el acceso al Centro Espacial. En los territorios ultramarinos suelen atribuir a los representantes electos la función de mediadores entre el Estado francés y la población. Esta es, por cierto, la función que asumieron enteramente los parlamentarios (dos diputados y dos senadores) que intentaron, en vano, que se entablaran negociaciones entre el colectivo Pou Lagwiyann Dékolé (Por una Guayana que Despega) y la delegación interministerial. La marcha de los representantes electos con la faja tricolor y llevando la bandera guayanesa a modo de pancarta fue un momento simbólico extremadamente fuerte. En efecto, esta bandera no ondea en la fachada de casi ningún ayuntamiento, como tampoco la de la CTG. Además, no olvidemos que este movimiento nació, muy a su pesar, gracias al presidente regional, quien movilizó sus apoyos políticos para tratar de salir por la puerta grande reclamando que se renegociara un Pacto de Futuro mejorado.

8. La entrada en liza de la UTG y la huelga general

El 25 de marzo, en la reunión del Consejo Nacional de la UTG, 37 sindicatos presentes votaron por convocar la huelga general ilimitada a partir del día 27. La movilización emprende así una nueva etapa, pese a que los bloqueos económicos no iban a ser necesariamente mayores que los que ya existían (prácticamente toda la economía estaba paralizada desde el 24 de marzo). La correlación de fuerzas interna en el movimiento cambió de signo y las reivindicaciones sociales pasaron a un primer plano en detrimento de las demandas de seguridad. No obstante, la central sindical histórica de Guayana sufre una crisis interna desde hacía varios años y hoy por hoy es difícil saber qué posibilidades reales tiene de bloquear la economía.

9. La constitución de Pou Lagwiyann Dékolé y la agregación de reivindicaciones populares

A partir del 22 y 23 de marzo, el reto era unir todos los descontentos en una plataforma reivindicativa común. El 23 comenzó una intensa labor de negociación con una primera reunión de coordinación. De este modo se juntaron 19 colectivos, la central sindical y organizaciones profesionales en el comité Pou Lagwiyann Dékolé. Acordaron siete temas reivindicativos: educación, salud, inseguridad, propiedad de la tierra, energía, economía y pueblos autóctonos. En cuatro días se elaboró un primer cuaderno de reivindicaciones, previa consulta a todas las partes implicadas. Paralelamente surgieron numerosas reivindicaciones populares y se formaron otros colectivos, que se sumaron al comité. El 28 de marzo ya eran 39 los colectivos, sindicatos y organizaciones profesionales las que formaban el Pou Lagwiyann Dékolé. El descontento popular es tal que resulta difícil cerrar el cuaderno de agravios antes de la llegada de los ministros, el 29 de marzo.

10. La delegación interministerial y la negativa a negociar

La reacción del Estado francés estuvo en consonancia con la experiencia colonial de Francia. El 25 de marzo llegó a Guayana una delegación interministerial compuesta de altos cargos (prefecto, general…) que habían ejercido en el territorio. En una reunión celebrada la noche del 24 al 25, Pou Lagwiyann Dékolé formuló una posición común: no habrá ningún encuentro con esta delegación al margen del comité, y además, dado que la delegación no incluye a ningún ministro, el comité no se reunirá con ella. Esta posición radical logró sobrevivir a la intensa labor de sabotaje que desarrolló la delegación interministerial.

Nadie, salvo un sindicato agrario, se reunirá oficialmente con la delegación. Los ministros, a su vez, lanzarán una campaña de desinformación y desprecio hacia el movimiento, y en un primer momento descartaron toda negociación en Guayana y exigieron el desmantelamiento de las barricadas. Los medios de comunicación franceses califican el movimiento de violento para desolidarizar a la población. Sin embargo, desde el comienzo de la movilización reina una calma increíble en su entorno; únicamente cabe reseñar el ataque con gases lacrimógenos contra los representantes electos junto a la barricada del CSG, al comienzo de la movilización, y deplorar la quema de varios contenedores de basura en la primera noche del bloqueo.

11. La marcha del 28 de marzo y la unidad de un país

La gran marcha organizada el 28 de marzo sirvió para probar el grado de apoyo del movimiento. La movilización popular fue excepcional, según reconoció la prefectura, que la calificó de “las manifestaciones más grandes que se han realizado jamás en el territorio”. Más de 20 000 personas se congregaron en Cayena y 5 000 en Saint-Laurent-du-Maroni; el aspecto más destacado de esta movilización fue la presencia de todas las comunidades culturales de Guayana, que se manifestaron codo a codo por primera vez. Detrás de los amerindios que marchaban en cabeza, cientos de banderas guayanesas acompañadas de otras brasileñas, haitianas, dominicanas…

Un presentador de Radio Péyi afirmó con razón que ese 28 de marzo “ha nacido una nación”. Esta movilización acabó de un solo golpe con todos los terribles prejuicios que tenía cada uno con respecto a los demás. Incluso los “500 hermanos” han tenido que moderar su discurso, anunciando ahora que “todos somos guayaneses: brasileños, haitianos, surinameses, guyaneses…” /1. La otra característica distintiva de esta movilización es la increíble determinación que la animaba. No hubo un instante sin que sonaran consignas como “Nou gon ke sa” (ya no podemos más), “Lagwiyann lévé” (Guayana levántate) y delante de la prefectura hubo discursos durante horas.

12. La llegada de los ministros y los intentos de dividir al movimiento

Concluida la manifestación, el primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, anunció el envío de los ministros de Ultramar y del Interior a Guayana para el día siguiente, el 29 de marzo. La increíble movilización popular obligó al gobierno a actuar con celeridad para tratar de salvar la situación. El envío de los ministros vino acompañado de promesas de inversión de hasta 4 000 millones de euros en menos de diez años. Al comenzar las negociaciones, el 30 de marzo, las presiones del comité fueron intensas. Así, gracias a la movilización de la población delante de la prefectura, Pou Lagwiyann Dékolé logró que los medios de comunicación pudieran asistir a la primera media hora de conversaciones. Poco después, la ministra de Ultramar, que se mostró particularmente despectiva hacia los guayaneses desde que arrancó el movimiento, salió al balcón de la prefectura para pedir disculpas públicamente a la población congregada delante del edificio.

Las próximas 48 horas serán decisivas para el movimiento. Los socioprofesionales y la patronal, que muy a su pesar se hallan participando en un movimiento que los ha desbordado totalmente, tratarán de retirarselo antes posible. De hecho, ya han anunciado que si se cumplían sus demandas desmantelarían las barricadas.

El 31 de marzo, el colectivo ha logrado colocar fuera del tablero de juego a los representantes políticos electos. Así, a raíz de un encuentro entre Pou Lagwiyann Dékolé y los representantes electos, se ha decidido que estos últimos no firmarán ningún pacto con el Estado que no lo haya firmado el colectivo. Además, se ha hecho constar que participarán en las negociaciones como expertos y no como negociadores. Finalmente, el colectivo acaba de anunciar que cualquier acuerdo con el gobierno deberá ser aprobado por la población antes de firmarlo. El movimiento pasa por tanto a una segunda fase, caracterizada por la autoorganización y una desconfianza real con respecto a los representantes electos.

Perspectivas del movimiento

Para un militante revolucionario, la principal preocupación debe ser la de mantener en vida el movimiento más allá de la salida de los ministros. En efecto, si el movimiento sobrevive a la visita de estos, entonces se plantearán otras cuestiones. Puesto que el Estado francés se halla actualmente en un periodo electoral, el fracaso de las negociaciones implicaría que habrá de ser el próximo gobierno el que tenga que resolver la cuestión guayanesa. Ahora bien, esta ausencia de interlocutor abrirá “el abanico de posibilidades” y colocará la cuestión del estatuto de Guayana en el centro de la problemática.

Con esta perspectiva habrá que desarrollar tres aspectos:

• Reforzar la autoorganización de las barricadas y de los piquetes de huelga. En efecto, es preciso que las barreras dejen de depender de los camiones de los transportistas que bloquean la circulación. Hay que crear comités de organización de las barreras en todas partes y pensar en soluciones alternativas (bloqueo de la circulación con vehículos, por ejemplo).

• Organizar un control democrático de la huelga. Las negociaciones deben estar sujetas al control popular. Es preciso organizar asambleas generales en torno a cada piquete, que decidan sobre la reconducción del movimiento. Para facilitar esta tarea, cada empresa en lucha podría asumir una barrera para organizar esta vida democrática. Radio Pèyi podría servir de coordinadora gracias a sus medios técnicos, con el fin de que todas las decisiones que se adopten puedan converger.

• Poner de manifiesto la realidad de la lucha de clases y neutralizar a la patronal. Es prácticamente imposible para los empresarios continuar con esta movilización y debemos prepararnos ya para su retirada. En este aspecto también podemos pensar en acciones como, por ejemplo, el bloqueo de las empresas que traten de abandonar la movilización. Este intento de retirada de la patronal también debe ser la ocasión para poner de manifiesto la realidad de la lucha de clases y del choque entre sus respectivos intereses.

En suma, hemos de reflexionar sobre los medios que vamos a utilizar para imponer la reivindicación estatutaria como elemento indispensable de este movimiento. ¿Hay que insistir en las reivindicaciones incompatibles con el estatuto de Departamento de Ultramar (DOM), como la cuestión de la propiedad de la tierra y la de los pueblos autóctonos, o priorizar los problemas más políticos de gobernanza de las instituciones o de democracia local? Esto es objeto de debate entre los militantes revolucionarios implicados en el movimiento.

Viento Sur

Más notas sobre el tema