En la misa de Pascua, el Papa pide construir «puentes de diálogo» ante las «tensiones políticas y sociales» en América Latina

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El papa Francisco pidió este domingo «soluciones pacíficas» para superar tensiones «políticas y sociales» en América Latina, al tiempo que durante su tradicional mensaje pascual lamentó la «guerra que no cesa de sembrar horror y muerte» en Siria, pidió «trabajo para los jóvenes» y se solidarizó con las víctimas de violencia doméstica.

«Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia», auguró el Pontífice durante la bendición «Urbi et Orbi» desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

«Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del Estado de derecho», pidió para la región Jorge Bergoglio en su quinta Pascua como Papa.

A comienzos de mes, el Pontífice se había referido en la misma línea al deplorar el uso de la violencia para resolver los conflictos abiertos en Paraguay, donde manifestantes habían tomado e incendiado el Congreso, y en Venezuela, donde el Vaticano actúa como «facilitador del diálogo» ante la crisis que divide a oficialismo y oposición.

«Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte», agregó Bergoglio, de cara a la Plaza colmada por miles de fieles y un operativo de seguridad que movilizó 5.000 efectivos en la capital italiana

«Fue ayer el último innoble ataque a refugiados en fuga que ha provocado numerosos muertos y heridos», agregó en referencia a un bombardeo contra un convoy de autobuses que trasladaba a miles de evacuados en el oeste de Alepo, según denunciaron diversos organismos, con decenas de víctimas.

Tras un breve recorrido en Papamóvil por la Plaza San Pedro antes de iniciar su mensaje, Francisco pidió también por la llegada de «la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen».

El Pontífice también se refirió a «cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias».

Jorge Bergoglio mencionó además su preocupación por «los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados», y por «quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa».

En medio de grandes medidas de seguridad en toda Roma, el Pontífice recordó a «quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos», a los que calificó como «emigrantes forzosos», les ayuda a que encuentren en todas partes.

«Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas», pidió en ese marco durante la celebración que marca el fin de la Semana Santa, para la que se reunieron en Roma cerca de un millón de peregrinos de todo el mundo, según los primeros cálculos del gobierno local.

«Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor», agregó tras haber celebrado la Misa de Resurrección, que este año coincide con el cumpleaños 90 del Papa emérito Benedicto XVI.

«Que el Buen Pastor ayude a Ucrania, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias», estimó también en el mensaje transmitido en simultáneo por más de 160 cadenas de todo el mundo, informó el Vaticano.

«Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes», agregó.

Antes, durante la misa de este domingo, había criticado la «cultura del descarte» del mundo, y lamentado la proliferación de «violencia, enfermedades, trata y tantas tragedias», entre otras preocupaciones de su Magisterio.

Télam


Texto y audio completo del Mensaje Pascual del Papa Francisco y bendición Urbi et Orbi

 

Queridos hermanos y hermanas,¡Feliz Pascua!

Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).

La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.

Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: «Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya» (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).

En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión —las heridas de su amor misericordioso— nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.

El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.

Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.

El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.

Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.

Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.

Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.

Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.

Que el Buen Pastor ayude a ucraniana, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.

Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

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