Análisis sobre los efectos de los desastres por el cambio climático en América Latina

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Pobre infraestructura en Latinoamérica multiplica efectos de los desastres por el cambio climático – Por María Akbulyakova

El presidende de Estados Unidos, Donald Trump, ha descartado la realidad del cambio climático, como “un invento de China”. Pero eso no ha impedido que personas en todo el mundo estén sufriendo cada vez más por el aumento de las temperaturas y el nivel del mar.

En América Latina, el fenómeno de El Niño ha provocado en los últimos meses inundaciones en Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia, llevando a cientos de muertes, miles de millones en daños a viviendas e infraestructura y millones de hectáreas de agricultura perdidas.

Sin embargo, los gobiernos de la región no han tomado todavía una decisión a firme de implementar una agenda de políticas para prevenir los efectos del cambio climático, concentrándose sólo en medidas para combatir sus efectos negativos.

Alerta del Banco Mundial

A principios de mes, el Banco Mundial advirtió que el derretimiento de glaciares y otros eventos relacionados con el cambio climático ponen presión a la infraestructura de los países de América Latina.

“El asunto de prevención de riesgos de desastres todavía no es la prioridad para muchos gobiernos de América Latina. Hay un largo camino por delante”, dijo a Reuters Mauro Nalesso, principal especialista de agua del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Yo siempre espero que un desastre levante la alarma entre los gobiernos latinoamericanos”, agregó.

La institución llamó a invertir más en infraestructura, ya que la región gasta en ella solo 2,8% de su PIB, comparado con entre 4% y 8% de otras regiones. “Está siendo cada vez más visible la necesidad de hacer la infraestructura más resistente”, dijo la co-autora del reporte, Marianne Fay.

Mientras tanto, precisamente la pobre infraestructura multiplica los daños de las catástrofes naturales que afectaron a la región en los últimos meses. “El fuerte crecimiento de la población en ciudades y la planificación territorial inadecuada contribuye a los riesgos de inundación”, aseguró Niels Holm-Nielsen del Banco Mundial.

“Hay condiciones en el territorio que deben ser analizadas previamente a una ocupación humana y eso no se hace. No hay planificación. Y eso se repite en América del Sur”, concordó Fernando Neyra, exdirector de Ordenamiento Territorial del Ministerio del Ambiente de Perú.

PPK en acción

El Niño golpeó a Perú más que a ningún otro país de la región este año. Según las últimas estimaciones de BBVA, causó daños por

US$ 4.016 millones, o 1,9% del PIB, borrando más de 8.750 kilómetros de carreteras, 260.000 viviendas, más de 800 puentes y 77.000 hectáreas de cultivos y provocando 106 muertos.

Respondiendo a la urgencia, el presidente Pedro Pablo Kuczynski, prometió la semana pasada al congreso un proyecto de ley “para la reconstrucción con cambios”. “No más pistas que se caen, no más construcciones precarias en quebradas peligrosas”, remarcó, refiriéndose al cambio climático. “Vamos ayudar a que se pueda vivir con seguridad en una era de cambio climático y calentamiento global, no es fácil generar seguridad climática”.

El presidente peruano ha sido una de las pocas autoridades latinoamericanas en enfocarse en el aumento de la temperatura global. A mediados del año pasado, antes del desastre, PPK prometió crear un Sistema Nacional de Cambio Climático. En febrero, instaló un grupo de trabajo para optimizar el uso de agua y evitar la contaminación del mar. Sin embargo, los primeros resultados están todavía por venir.

Con la misma piedra

Y mientras que algunos de los gobiernos están asumiendo el desafío, las autoridades de Colombia siguien tropezando con la misma piedra.

Cuando el país todavía estaba lamentando los aluviones que dejaron al menos 323 muertos y 4.000 familias damnificadas en Mocoa, a comienzos de marzo, la tragedia se repitió la semana pasada en Manizales, cobrando otras 16 vidas. Sin embargo, no es la primera vez que el país enfrenta una catástrofe de similar envergadura. En Manizales, pasó exactamente lo mismo hace siete años.

Es más, la fiscalía inició una investigación en contra de las autoridades locales de Mocoa, ya que hubo varias advertencias que “alertaban que este tipo de acontecimientos podrían pasar”. “Mocoa tiene un problema gravísimo, puede haber una catástrofe cualquier día de estos, cualquier noche de estas”, fueron las palabras de Orlando Guerra, representante de la región, ante el congreso, en 2015.

Sin embargo, sus advertencias quedaron sin respuesta. Y según un estudio de la Universidad Nacional, hay otros 385 municipios que están en riesgo de inundaciones y avalanchas similares por mala planificación.

Argentina, Ecuador y Uruguay

En las últimas semanas, las inundaciones provocaron 1.700 desplazados y 27 muertos en Uruguay y más de 127.000 afectados en Ecuador. En ese país, además, la zona de Manabí, que hace solo un año sufrió un terremoto de 7,8 grados, perdió 7.000 hectáreas de cultivos.

A su vez, más de 20.000 personas han sido afectadas en Argentina por “inundaciones históricas”. Estas ya han golpeado a más de un millón de hectáreas de cosechas de soya, uno de los principales productos de exportación del país, y no se sabe todavía la cifra final, ya que al momento de las inundaciones gran parte de la cosecha estaba todavía sin recoger. Pero se estima que las pérdidas en el sector podrían llegar a US$ 5.000 millones.

Las autoridades ya anunciaron masivas inversiones para recuperar los daños. La semana pasada, visitando las áreas afectadas, el presidente Mauricio Macri señaló que “estamos haciendo obras por 5.000 millones de pesos (US$ 325 millones)” para que la lluvia “no nos vuelva a sorprender”. Sin embargo, no está claro si las autoridades tomaron el peso a la razón que causó las inundaciones y lo van a considerar en sus proyectos.

El caso de Chile

En nuestro país, el fenómeno de El Niño no ha causado daños tan catastróficos como en los vecinos. Sin embargo, el cambio climático tiene efectos evidentes sobre la economía. El viernes de la semana pasada 27 comunas de la Región Metropolitana sufrieron corte de agua por las fuertes lluvias en la zona precordillerana, lo que obligó a suspender las actividades en las empresas que no contaban con estanques de reserva.

Según el gerente corporativo de Aguas Andinas, Eugenio Rodríguez, la razón es “un cambio climático que ha llegado para quedarse”.

A principios de mes, las autoridades de la Región Metropolitana presentaron el Plan Invierno, que busca preparar a la ciudad para hacer frente a los aluviones y cortes de agua, desarrollando un fondo para asegurar el suministro y proteger los glaciares en la profundidad de Andes.

Diario Financiero

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