Buscarán identificar a 123 soldados que figuran como NN a 35 años de la guerra de Malvinas

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A tres décadas y media de la guerra del Atlántico Sur, se confirmó que un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja trabajará en la identificación de los 123 soldados argentinos caídos en combate y que fueron enterrados como NN en las islas.

«Saber quiénes son es una de las asignaturas pendientes de la democracia”, aseguraron desde el Centro de Ex Combatientes. Ernesto Alonso, integrante del Cecim La Plata remarcó la necesidad de reconocer la identidad de los cuerpos: «Es fundamental saber quiénes son. Tenemos derecho a saber qué fue lo que pasó y quiénes son. En el Regimiento 7 tenemos 36 muertos, de los cuales identificados hay sólo seis. Saber quiénes son esos soldados es una de las asignaturas pendientes de la democracia», apuntó.

El procedimiento estará financiado por nuestro país y el Reino Unido y costará 1,3 millones de dólares. Según se señaló, insumirá cuatro meses de trabajo y las muestras de ADN obtenidas serán analizadas en un laboratorio de la provincia de Córdoba.

El acuerdo entre ambos países es parte del Plan de proyecto humanitario firmado entre el vicecanciller argentino Pedro Villagra Delgado, su par británico Alan Duncan y el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer.

El plan indica que, durante esos cuatro meses, se desarrollarán las operaciones en el cementerio -ubicado a 80 kilómetros de Puerto Argentino, la capital de las islas-, que el equipo forense trabajará entre dos y tres meses, y se establece que el informe final a los familiares se conocerá «varias semanas después» de finalizadas las tareas en Darwin.

«Este proceso comenzó en 2011 cuando nos presentamos en el juzgado del juez Ercolini», apunta por su parte Hugo Robert, vicepresidente del Cecim La Plata y para quien es fundamental «saber la identidad de esos soldados que quedaron en las islas. Ya hay más de ochenta familias que dieron su ADN para determinar un posible parentesco».

Según trascendió, los argentinos que participarán del trabajo son integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), una ONG que se viene destacando en la identificación de restos víctimas de violaciones a los derechos humanos en todo el mundo y en particular en nuestro país en relación a desaparecidos de la última dictadura cívico-militar.

El procedimiento indica que se exhumarán las tumbas de a una a la vez, se analizarán los restos en el lugar, se tomará una pequeña muestra de tejido esquelético para una prueba de ADN e inmediatamente se inhumarán los restos en sus tumbas correspondientes y en «féretros apropiados».

Hasta el momento, según datos del Cecim La Plata, 84 familias ya dieron su consentimiento y aceptaron realizarse tomas de sangre que están almacenadas en Córdoba. Al mismo tiempo, se enviarán algunas muestras elegidas al azar a laboratorios de genética forense de la Universidad Central de Lancashire en Preston (Reino Unido) y de la Universidad de Santiago de Compostela (España) para realizar una doble comparación cruzada de los resultados.

InfoNews


“Macri quiere borrar las islas del mapa”, ex combatiente

En un acto organizado por el colectivo Mesa de Coincidencias Malvinas (Mecoma), ex combatientes recordaron que el terrorismo de Estado se extendió a las Malvinas y cuestionaron que hoy “se quiere instalar nuevamente la teoría negacionista”.

Patria sí, colonia no; patria sí, colonia no”, gritaban cientos de personas ayer a la tarde, bajo la lluvia, en la Plaza de Mayo, en el marco de un homenaje a los caídos en la Guerra de Malvinas, a 35 años del inicio del conflicto. Las críticas al gobierno nacional estuvieron presentes y ocuparon gran parte del documento que leyeron los organizadores del acto, los ex combatientes agrupados en el colectivo Mesa de Coincidencias Malvinas (Mecoma). “Nunca olvidaremos a nuestros héroes de Malvinas. Macri quiere borrar a las islas de nuestros mapas y entregarlas”, decía una de las pancartas que se dejaban ver entre los asistentes.

La lluvia hizo que muchas pancartas y banderas se arruinaran, otras fueron utilizadas como paraguas. Osvaldo era quien sostenía la solitaria frase, que de fondo mostraba a las islas y algunas caras de soldados. “Vengo para acompañar a los caídos de Malvinas, recordarlos con el corazón y seguir luchando por el país”, dijo y explicó el sentido de su cartel: “Es que está entregando el país. Nos lo dice a cada rato en la cara, por eso tenemos que hacer algo, salir a la calle, porque es la única forma de pararlo”.

La Cámpora, el MST, La Dignidad y Peronismo Militante estaban entre las organizaciones políticas presentes. “Acá tampoco nos traen en bondis”, ironizaba un militante con capucha, mientras mostraba lo empapado que estaba, al igual que la gran mayoría de los presentes en el acto que comenzó pasadas las tres y media de la tarde y terminó cerca de las cinco. El viento soplaba fuerte, pero todos se quedaron ahí.

“Por memoria, verdad, justicia y soberanía”, dijo uno de los ex combatientes que abrió el acto. “Así como el 24 de marzo de 1976 dieron el golpe artero –continuó–, el 2 de abril de 1982 utilizaron el sentimiento inclaudicable de nuestro pueblo con la causa Malvinas. Malvinas está en el ADN de nuestra identidad.” El Himno se cantó a capella, “como nuestros soldados en Malvinas”, con los dientes apretados; la última estrofa se cantó a los gritos, pura emoción.

Después del Himno, desde el palco se escuchó el clásico “el que no salta es un inglés, el que no salta es un inglés”. Hasta los que cargaban las banderas más pesadas saltaban y saltaban. A continuación, Paloma Núñez, vestida con calzas negras, zapatillas negras, remera negra y campera de cuero negra, cantó la Marcha de Malvinas. “Las Malvinas, Argentinas, en dominio ya inmortal”, cantó y a muchos se les cayó una lágrima.

Mercedes asiste a estos actos cada vez que puede, pero contó que el último sábado oyó algo que la movió, por eso estaba bajo la lluvia –que no paró nunca– con su paraguas rosa y su pañuelo blanco al cuello. “Escuché a uno de los muchachos (ex combatientes) decir algo que no sabía de los ingleses. Que allá a muchos capturados los violaron… Eso me terminó de desarmar, sentí mucha bronca.”

Desde el palco dejaron en claro que “la dictadura cívico-militar-eclesiástica llevó adelante un plan económico que devastó el aparato productivo y persiguió trabajadores: desapareció y torturó seres humanos, se apropió de todo de lo que se podía apropiar, hasta la vida”. Expresaron que en Malvinas “estuvo el aparato represivo”: “Los estaqueamientos, enterramientos, inmersión en agua helada, picanas con teléfonos de campaña, golpizas, simulacros de fusilamiento y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes. Todos fueron cometidos por los cuadros de las Fuerzas Armadas, hechos que continúan impunes”. Contra la teoría negacionista y de los dos demonios que varios funcionarios del macrismo han expresado en diversas ocasiones, la declaración leída ayer apuntaba: “A 41 años de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, y a 35 años de la Guerra de Malvinas, en tiempos donde se quiere instalar nuevamente la teoría negacionista, afirmamos que la única guerra que hubo durante el período que va del 76 al 83 fue la guerra de Malvinas”. Escarapelas, pines y parches, todo celeste y blanco, en gorras, bufandas, camperas, mochilas y pantalones; hasta el vendedor de algodones de azúcar estaba a tono, todo celeste y blanco.

En la declaración también apuntaron contra Mauricio Macri y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en particular, por el decreto 148/2017, que “modifica la integración de la Comisión Nacional de ex combatientes, incorporando a la misma a los cuadros de las Fuerzas Armadas”. “El Gobierno militariza nuevamente el sector de ex conscriptos y obligan a convivir a víctimas con victimarios”, dijo uno de los oradores, y los silbidos por un momento taparon el ruido de la lluvia y de los pocos autos que circulaban la zona.

“El cambio de política es evidente”, opinó Carlos Amato, del Centro de ex soldados combatientes (Cecim) de La Plata, organismo que integra el Mecoma, en alusión a la orientación impuesta por el macrismo. “En los acuerdos firmados entre la canciller Susana Malcorra y el gobierno británico se busca hacer más fácil la vida de los isleños, cuando para nosotros la política debe ser claramente lo contrario, como se venía llevando a cabo anteriormente. Actualmente se les facilitan cuestiones de vuelos, comerciales; no se les ponen restricciones para la explotación de hidrocarburos, algo que a nosotros no nos beneficia en nada. Esa relación carnal a la que volvemos, como con Estados Unidos, no es nada positivo. Sobre la cuestión de Malvinas antes recibíamos un gran apoyo de la mayoría de los países del mundo, con resoluciones favorables; algo que vemos hoy muy abandonado”. Carlos estaba de remera blanca, mojado pero entero, en su camiseta decía “123 NN”, por los 123 cuerpos no identificados que están en las islas. El pelotón del que él formaba parte enterró 30 cuerpos. Su deseo es que se queden en las islas, porque es territorio argentino, y dice que también son personas que desapareció la dictadura, que todo fue parte del terrorismo de Estado.

“‘¿Saben cuántos zurditos maté yo? Ustedes no son nada’, nos decía un cuadro de las Fuerzas Armadas cuando nos entrenaba, después en Malvinas el mismo cagón nos decía: ‘Yo tengo familia, mujer, hijos, no quiero pelear’. De esos hijos de puta hubo un montón. Ninguno juzgado”, contó un ex combatiente, de remera blanca e islas azules. “Volveremos, a Malvinas…”, cantaban cientos, ya enteramente mojados, con calor y bronca, “de la mano, de América latina”.

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