La tirabesitos – El Nacional, Venezuela
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
La vida te da sorpresa y una de ellas, quizás la más llamativa, es el silencio que nuestra canciller Delcy ha mantenido con respecto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus discursos muy provocadores por su carácter extremista y, en especial, contra América Latina, y quienes emigran hacia esas tierras norteñas.
Trump no se va por las ramas ni cae en florituras a la hora de expresar sus ideas de derecha que, como ya sabían sus seguidores, estaban dirigidas abiertamente a esa América profunda que, para asombro de muchos, ha resultado más profunda que todo lo que se había imaginado.
La tierra de los soñadores, de los audaces y de los emprendedores ahora resulta una quimera porque una parte de los estadounidenses ve a los extraños como una amenaza para su propia conformidad de vida y para su seguridad interna. Eso es lo que piensa Donald Trump y pobre de quien dude que sus millones de seguidores admitan lo contrario y que lo abandonen en el camino. De manera que el futuro solo admite una larga lucha para sus opositores.
Desde luego, lo fundamental sería que ese cuasi imperio que Fidel Castro imaginó desde La Habana en esos días en que la vida ya no le daba aliento ni siquiera para intentar por sí mismo aventuras superiores a las mediocres inventadas hace décadas atrás, se convirtiera en la gran muralla para contener lo que está pasando y lo que va a pasar en los próximos años. La muerte de Fidel no es otra cosa que las líneas finales de un testamento firmado por un derrotado y un bocón.
En la playa de ese naufragio queda Venezuela, en total derrumbe y deterioro, provocado por un proyecto militarista y gansteril, adobado con dinero del narcotráfico y exigencias del frenético terrorismo islámico. Que haya sido y siga siendo un proyecto militar nos indica a las claras que está negada desde ya, por la parte oficialista, cualquier concesión de carácter democrático. Están enredados no sólo en sus propias trampas sino en la red de traiciones que han venido armando a su alrededor. Hoy se miran con temor entre ellos y, además, hay un grupo que está cansado de tantas locuras, gritos y ataques de histerismo de la cúpula oficialista que, como está a la vista, ha perdido el rumbo.
Venezuela en este momento es presa fácil de los bandidos que se han enriquecidos con los contratos que han firmado con el país y que han dejando a medio hacer. Nada de eso va a ser recuperado y menos si cada día perdemos fuerza y presencia en al ámbito latinoamericano que, desde hace meses, nos mira con desprecio de pariente pobre.
El país se hunde y la estrategia de controlar la producción se le escapó de las manos a la OPEP, pues le ha insuflado un segundo aire a los competidores que ganaron tiempo para buscar salidas tecnológicas y áreas de exploración con mayor capacidad de entrar en producción en tiempos menores a lo acostumbrado. Para culminar las malas noticias, en Alaska y Canadá aumentan las perspectivas de regiones que parecían agotadas y que ahora tienen la posibilidad de revivir
A todas estas ¿donde está la chillona de la canciller? Calladita, boquita cerrada que no se atreve a insultar a Trump. Su boca se dedica a atacar a países amigos. A Donald con cariño, un besito.