Entrevista de Nodal a Marina Gallego, coordinadora nacional de Ruta Pacífica de las Mujeres: “La violencia contra las mujeres en Colombia tiene connotaciones de tortura al punto de dejarlas incapacitadas por meses”
Por Nadia Luna – Nodal
Al igual que sucedió en más de 50 países, Colombia también se sumó al histórico paro internacional de mujeres este 8 de marzo. Entre las miles que salieron a decir basta a la violencia de género, se contaban las integrantes del movimiento Ruta Pacífica de las Mujeres, un colectivo que está presente en varios departamentos del territorio colombiano y ha tenido una importante incidencia en la mesa de negociación entre el gobierno y las FARC en lo que respecta a la situación de la mujer.
“Llevamos 20 años trabajando por la salida negociada del conflicto armado y por hacer visible y denunciar la violencia contra las mujeres en el marco de ese conflicto”, dice Marina Gallego, coordinadora nacional del movimiento, en entrevista con Nodal.
¿Qué formas de violencia enfrentan las mujeres en Colombia?
La violencia contra las mujeres es una violencia que se mantiene de manera constante y, debido a la situación del país, muchas veces se invisibiliza. Hay entre 3 y 4 feminicidios por día, lo cual es una cifra bastante alta. La violencia contra las mujeres en Colombia tiene connotaciones de tortura al punto de dejarlas incapacitadas por meses, puesto que son hechas con instrumentos contundentes. Estas situaciones se están reportando desde el área de medicina legal.
¿De qué manera afectó el conflicto armado los derechos de la mujer?
El conflicto armado tiene 52 años, lo cual indica que han crecido 4 generaciones de mujeres en su marco. Por supuesto, en la medida en que un conflicto interno es de tan larga duración, va teniendo impacto en las mujeres a partir de la situación que viven respecto a sus hijos, hijas, esposos, esposas y a la violencia sexual que sufren ellas mismas. Estos son aspectos que la Ruta ha documentado ante la Comisión de la Verdad y que se publicó en 2013, donde se detalla el grave impacto que han sufrido las mujeres por tantos años de conflicto armado.
¿En el actual proceso de paz se contemplan políticas con perspectiva de género?
Sí, el proceso de paz tiene perspectivas desde los derechos de las mujeres. Colombia tiene una buena legislación en esa materia. Sin embargo, el contexto no permite que sea aplicada a fondo y la situación de las mujeres sigue siendo muy grave en todos los ámbitos. Por lo tanto, esperamos que ésta sea una oportunidad para generar mayor apertura hacia una vida sin violencia y hacia el cumplimiento efectivo de los derechos de las mujeres.
¿Por qué crees que tomó más fuerza el movimiento de mujeres en los últimos años?
El movimiento de las mujeres ha crecido porque tenemos más acceso a la educación. Esto genera mayor conciencia de cuáles son nuestros derechos en sociedades patriarcales y de cómo éstas nos discriminan y son opresoras con nuestra vida y nuestro cuerpo. Nos permite tomar consciencia de que esos derechos hay que disputarlos más que nunca. Solo con normas constitucionales o leyes, la democracia no es capaz de abrir sus espacios a las mujeres. Por lo tanto, es necesario que nos organicemos y generemos movilizaciones para que finalmente podemos acceder a los derechos que nos corresponden.