Argentina: con diversas actividades conmemoran 25 años del atentado a la embajada de Israel
Pedido de justicia, a 25 años del atentado a la embajada
Hace un cuarto de siglo, una camioneta-bomba impactaba contra la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires, reducía a escombros el señorial edificio de Suipacha y Arroyo y dejaba como saldo 22 muertos y dos centenares de heridos.
Veinticinco años después, serán principalmente los familiares de aquellas víctimas del terrorismo internacional, pero no sólo ellos, quienes rendirán homenaje a sus muertos, harán memoria y reclamarán justicia después de tanto tiempo de impunidad sin detenidos ni condenados locales.
A diferencia de otros aniversarios, la clase política casi en su conjunto decidió sumarse a los homenajes y el reclamo de justicia. No sólo en el acto oficial, hoy, en lo que hoy es una plaza seca, sino en las actividades que se fueron llevando a cabo desde la embajada israelí y otros ámbitos oficiales.
La vicepresidenta Gabriela Michetti, que será oradora en el acto central de hoy, a las 14.50, participó de la campaña «paz sin terror», que incluyó un video y un libro con imágenes de políticos, artistas, periodistas y referentes sociales, todos con los dedos en «V» en una mano (simbolizando la paz) y los cinco dedos extendidos en la otra (como símbolo de freno al terror). No fue la única: la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, también encabezaron la larga lista de dirigentes, que incluye a los diputados peronistas Sergio Massa (Frente Renovador) y Diego Bossio (Bloque Justicialista); el radical Mario Negri; el socialista Hermes Binner; el diputado de la CC-ARI porteña Maximiliano Ferraro, y el intendente peronista de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, entre muchos otros. El presidente Mauricio Macri no irá a Arroyo y Suipacha, pero sí recibirá a los familiares en la quinta de Olivos por la mañana, según fuentes oficiales.
«Hace 25 años, el terrorismo llegó a la región, y una generación entera que no vivió ese hecho se acostumbró a convivir con eso. Por eso es importante difundir lo que pasó, para que los jóvenes accedan a lo que fue aquel atentado», afirmaron a LA NACION desde la sede diplomática israelí en Buenos Aires, encabezada por el embajador Ilán Sztulman. Por un proyecto del diputado Maximiliano Ferraro, aprobado por la Legislatura porteña la semana pasada, en las escuelas de la ciudad habrá un espacio de aprendizaje y reflexión sobre el atentado.
Figuras del espectáculo como Adrián Suar, Oscar Martínez, Raúl Lavié, Julieta Díaz y Martín Seefeld (amigo personal del presidente Mauricio Macri), junto con referentes de derechos humanos como Graciela Fernández Meijide y Rosa Roinsimblit (Abuelas de Plaza de Mayo), participaron también de la campaña fotográfica y el video, que ya recorre redes sociales y canales de tevé. Allí, y con el ulular de las sirenas como telón de fondo, los participantes recuerdan que en aquel violento ataque, además de la embajada, resultaron destruidos «una iglesia, una escuela y un hogar de ancianos».
Sintonía con el Gobierno
En el acto central, donde se confirmó la presencia del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hablarán (además de Michetti) el director general de la Cancillería, Iuval Roten; Sztulman, y un representante de familiares de víctimas. Según fuentes de la embajada de Israel, el discurso del embajador enfatizará el cambio de clima que se vive desde que Cambiemos ganó las elecciones en octubre de 2015.
«Hará mención de la buena sintonía con el Estado argentino y de la convicción de ambos países de avanzar para conseguir justicia, y el respeto a la memoria», agregaron fuentes de la diplomacia israelí. También habrá alguna mención a Irán como responsable último de ese ataque y del atentado a la AMIA, en julio de 1994.
La Corte Suprema de Justicia determinó en diciembre de 1999 que el atentado a la embajada fue obra de la Jihad Islámica, brazo armado del grupo pro iraní Hezbollah, aunque nunca se ahondó en la conexión local ni hubo detenidos por el ataque.
Para Israel, no será éste un aniversario más. No sólo porque el primer ministro Benjamin Netanyahu realizó un homenaje público días atrás, sino también porque llegará al país una delegación de familiares y ex empleados de la antigua embajada que nunca regresaron. Entre ellos, el diplomático Itzjak Shefi, que tenía a su cargo la delegación israelí en Buenos Aires en el momento del atentado. Vendrá con ellos además una delegación de periodistas israelíes a cubrir el acto central.
Actividades para recordar
El acto central será hoy en Arroyo y Suipacha, a las 14.50. Tendrá como oradora central a la vicepresidenta Gabriela Michetti y también participará el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Políticos, artistas y referentes sociales participaron de la campaña «paz sin terror» donde las personalidades reclaman la paz y el freno al terror. Fueron parte, entre otros, la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Por un proyecto de ley del legislador Maximiliano Ferraro, en las escuelas de la ciudad habrá un espacio de aprendizaje y reflexión sobre lo ocurrido con el atentado contra la embajada, 25 años atrás.
Hace 25 años, la embajada de Israel en Buenos Aires fue volada por un ataque que aún sigue impune
La embajada del Estado de Israel en Buenos Aires fue volada por un atentado terrorista ocurrido el 17 de marzo de 1992, en un hecho que dejó un resultado de 22 muertos y 242 heridos, y que aún permanece impune.
A las 14.47 de aquel martes 17 de marzo, el centro de Buenos Aires fue sacudido por una explosión en Arroyo 916, domicilio de la sede diplomática israelí en Argentina.
En medio de la conmoción causada por el ataque, el entonces presidente Carlos Menem lanzó una rápida conjetura sobre los autores del hecho: «Los responsables son sectores del nazismo, pero ya fueron derrotados en el país», en obvia alusión a los militares carapintadas, cuyo último levantamiento había sido sofocado en diciembre de 1990.
Sin embargo, la principal hipótesis de la investigación se inclinó a culpar a la organización Hezbollah, con base en El Líbano y apoyada por la República Islámica de Irán, supuesto organizador intelectual del ataque.
Como el atentado afectó a una delegación extranjera, la investigación quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia, que el 24 de marzo de ese año abrió el expediente 143/1992 que continúa en poder del máximo Tribunal.
En tanto, las pesquisas de la instrucción quedaron en manos de la Comisaría 15 de la Policía Federal.
Un dato llamativo es que la Corte rechazó el pedido de los querellantes de convocar a declarar a los custodios de la Federal que se retiraron de la puerta de la Embajada poco antes de la explosión.
Recién cuatro años después del atentado, esos efectivos policiales fueron citados a declarar, junto al titular de la comisaría 15.
Al momento del hecho, se realizaban obras de remodelación en la sede diplomática y los familiares de las víctimas pidieron que los propietarios de la empresa constructora encargada de esos trabajos prestaran declaración en la causa.
El ministro de la Corte Ricardo Levene, quien estaba a cargo del expediente, formuló en 1996 la teoría de que el edificio había sido demolido por un artefacto explosivo colocado en su interior.
Otros peritos señalaron en cambio la presencia de una camioneta Ford F-100, que merodeó la zona al momento del siniestro, y que, cargada de explosivos, fue conducida por un terrorista suicida que la explotó frente a la delegación diplomática.
Esa terminó siendo la versión oficial sobre el ataque que se impuso tras la creación, en 1997, de una Secretaría Especial que asumió la investigación bajo la dirección de Esteban Jorge Canevari, funcionario del tribunal que encabeza el Poder Judicial argentino.
La detención de cuatro ciudadanos de Pakistán y la imposibilidad de determinar el número exacto de muertos, son dos hechos que indican la manera en la cual Levene llevó el caso hasta la puesta en funciones de Canevari.
Los ciudadanos paquistaníes fueron detenidos tres días después del ataque y, aunque quedaron liberados una semana después, continuaron vinculados a la causa durante siete años, hasta que finalmente los sobreseyeron.
En cuanto a la cantidad de víctimas, inicialmente se consignó que hubo 29 fallecidos, luego 26, y finalmente, en 1999, la Corte ratificó que hubo en realidad 22 víctimas fatales.
Ese año, la investigación pareció cobrar un nuevo impulso, al solicitar Canevari la captura internacional de Imad Mughniyieh, entonces jefe militar de Hezbollah.
En 2006, y por impulso de los familiares de las víctimas, la Corte Suprema compuesta por los jueces Enrique Petracchi, Elena Highton de Nolsaco, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni, Ricardo Lorenzetti y Carmen Argibay declaró la causa como «imprescriptible».
Con esa acordada, el tribunal ratificó el trabajo de Canevari, a pesar de los escasos avances verificados en la investigación, y confirmó las órdenes de captura pedidas por el secretario.
Fuentes judiciales le confiaron a esta agencia que la Corte solicitó, hace dos años, a los servicios secretos de Estados Unidos y Europa que acercaran información sobre el atentado, pero con distintos argumentos todos ellos se negaron a colaborar con la causa.
Tras 25 años, el expediente por la voladura de la Embajada, acumula 250 cuerpos, mientras los familiares de las víctimas aún aguardan por justicia.
El 18 de julio de 1994, otro atentado voló la mutual judía de la AMIA en el barrio de Once y provocó 85 muertos en un hecho que tampoco pudo esclarecerse y que nadie pudo desvincular fehacientemente de la matanza perpetrada en la calle Arroyo.
Un cuarto de siglo sin respuestas – Por Raúl Kollmann
Hoy se cumplirán 25 años del atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires. Como siempre, a las 14.30, la hora del atentado, se realizará un acto de recordación en la esquina donde estaba la delegación diplomática, Posadas y Suipacha. La lógica indica que, como ocurrió en todos los años desde 1992, los discursos pondrán el acento en la falta de resultados de la investigación: nunca hubo una prueba concreta que señalara a los culpables, nunca hubo un detenido y las órdenes de captura que emitió la Corte Suprema –encargada de investigar el ataque– se basaron apenas en informes de inteligencia, no en evidencia judicial. La hipótesis oficial es que el atentado fue cometido por integrantes de la organización libanesa pro-iraní Hezbollah por lo que se pidió la captura de su jefe militar. Y muchos años después se habló de un misterioso testigo aparecido en Jordania, pero que nunca declaró en la causa. Finalmente se ordenó la captura del supuesto organizador del atentado contra la AMIA, Samuel Salman El Reda, al que también se le adjudicó la autoría del ataque contra la Embajada. Los actuales fiscales de la Unidad AMIA establecieron que el nombre está equivocado, aunque se trataría de alguien cercano a Samuel Salman. El plan principal pasa hoy en día por hacer aprobar en el Congreso la ley de juicio en ausencia, que se aplicaría con retroactividad tanto al caso AMIA como a la Embajada, con lo que se le daría un punto final a ambas investigaciones.
Acto
El acto por el 25 aniversario será encabezado por el director general de la Cancillería de Israel, Yuval Roten, quien también será uno de los oradores. Además hablarán uno de los familiares de las víctimas, posiblemente el arquitecto Gabriel Pichón, y el embajador de Israel en Buenos Aires, Ilan Sztulman. Comprometieron su presencia la vicepresidenta Gabriela Michetti y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
El presidente Mauricio Macri recibirá a la delegación israelí y a los familiares también hoy, a las 9, en la Casa Rosada y hay versiones que indican que el mandatario se haría presente en el acto.
Es seguro que a la concentración se acercarán figuras de la oposición, pero la relación con el kirchnerismo está deteriorada. La ruptura se produjo esencialmente a raíz de la firma del memorandum de entendimiento con Irán, al que Israel se opuso en forma categórica. El gobierno de Benjamin Netanyahu no sólo puso el grito en el cielo por el tratado rubricado por la Argentina, sino que sigue furiosamente en contra del que firmaron Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido con Irán. Por el lado del kirchnerismo se piensa que Israel operó contra el gobierno de Cristina a través de Alberto Nisman, de Jaime Stiuso y de la oposición macrista y que hoy lo sigue haciendo fogoneando las causas judiciales contra la ex presidenta.
Fracaso
Queda claro que a 25 años del atentado, el caso de la Embajada de Israel está marcado por el fracaso de la investigación. Nunca hubo un detenido, ni siquiera un sospechoso real. Hace dos años, el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, protagonizó un gravísimo blooper cuando dijo que el caso de la Embajada era cosa juzgada, algo así como caso cerrado. La afirmación causó estupor porque nunca se averiguó nada. Poco después, la propia Corte dio a conocer un informe para arreglar el desaguisado. Dijo entonces que la causa seguiría abierta pero que está claro que el atentado se cometió con una camioneta Ford F-100 comprada en la avenida Juan B. Justo, que se estacionó en un parking de la avenida 9 de julio, que alguien sacó el vehículo de allí minutos antes del atentado, lo llevó hasta el frente del edificio de la embajada y accionó los explosivos que estaban dentro de la camioneta. La metodología fue muy similar a la que se usó en el atentado contra la AMIA. Hasta hoy no está claro si hubo un suicida o no y la investigación oficial tardó cinco años para determinar que los muertos no fueron 29 sino 22.
De aquel informe, emitido 23 años después del ataque surgió un dato asombroso: que en 2001 se le tomó declaración en Jordania a una persona llamada Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, quien admitió que le dieron explosivos en Foz de Iguazú, los pasó en autobús a la Argentina y fueron usados en el atentado. Nadie explicó como Suleiman nunca declaró en la causa judicial ni siquiera por qué no existe una orden de captura. Tampoco tiene explicación que lo hayan dejado ir después de semejante confesión. Pese a todo eso, la Corte tomó su testimonio como una evidencia.
Para redondear y sólo en función de informes de inteligencia, el máximo tribunal imputó al jefe militar de Hezbolá, Imad Mughniyeh, a quien asesinaron en Damasco, Siria, en febrero de 2008, poniéndole un explosivo en el apoyacabezas de su asiento en una camioneta. El otro imputado es Salman El Reda, al que el fiscal Alberto Nisman señaló como el organizador del atentado contra la AMIA. Se ve que la Corte consideró –sin prueba alguna– que los dos ataques tuvieron el mismo formato y el mismo organizador.
El nuevo equipo de fiscales de la Unidad AMIA, trabajando con Interpol, demostró que el nombre de Samuel Salman El Reda está equivocado y que el prófugo real, el sospechoso, tiene otro nombre que, por ahora, se mantiene en reserva. Como se ve, las pruebas casi no existieron, el único testigo que parece tener datos de relevancia no apareció nunca ni declaró en la causa, se acusó a un jefe militar de Hezbolá sin evidencias y se busca a un prófugo con el nombre equivocado. Lo único existente son informes de inteligencia, no pruebas judiciales.
Final
En 25 años no se pudo avanzar, en esencia porque no hubo voluntad política de investigar durante el gobierno de Carlos Menem, es decir cuando se produjo el atentado. El caso se dejó en manos de Israel que ya en dos oportunidades dejó entrever que ejecutó a los autores, aunque nunca habló de nombres. Por lo menos parece que opinaron distinto que la Corte ya que el verdadero El Reda supuestamente vive en El Líbano o Irán.
En cualquier caso el gobierno de Mauricio Macri tiene tomada la decisión de avanzar con la ley de juicio en ausencia, presentada esta semana en el Senado. La mayoría de los juristas, incluyendo al ex presidente de la DAIA, Jorge Kirzembaum, consideran que se trata de una norma inconstitucional –no se juzgó en ausencia ni siquiera a los represores de la dictadura– y que, además, no correspondería aplicarla en forma retroactiva, pese a que se trata de una norma procesal. En países como Francia o Italia existe el juicio en ausencia, pero ya la Corte Europea exigió la presencia de los imputados en el juicio y lo mismo ratificó la Corte Suprema de Estados Unidos. Más allá de todo, la idea es condenar a los sospechosos iraníes del atentado contra la AMIA –que serían los mismos de la Embajada– y dar por cerrados ambos casos. De eso también se escuchará hablar hoy en el acto.