Argentina: 1,5 millones de personas cayeron en la pobreza en el primer año de gobierno de Mauricio Macri -informe de la Universidad Católica (UCA)-

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Por Francisco Jueguen

La política impulsada por el Gobierno para normalizar la economía y el ajuste para sobrellevar la herencia recibida del kirchnerismo tuvieron un impacto social: en nueve meses de gestión de Mauricio Macri, 1,5 millones de personas cayeron en la pobreza y 600.000, en la indigencia.

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) informó ayer que la pobreza pasó de 29% a fines de 2015 a 32,9% en el tercer trimestre de 2016. Hoy hay en el país 13 millones de personas bajo la línea de pobreza.

En el mismo período, la indigencia pasó de 5,4 a 6,9%. Este último es el peor dato desde 2010, cuando la UCA comenzó su medición. Hoy hay 2,7 millones de personas por debajo de la línea de indigencia.

Sin embargo, el dato más preocupante involucra al futuro del país: cerca de 580.000 chicos de hasta 14 años se sumaron a la pobreza, siempre en la medida por ingresos, en los primeros nueve meses de la gestión de Cambiemos. Ese índice subió en ese período de 43,5 a 48,8%, por lo que es posible decir sin equivocarse que casi la mitad de los niños en la Argentina son pobres.

Esta información se conoció en un contexto de elevada conflictividad social, luego de la marcha de la CGT por despidos y contra las importaciones, la paritaria docente bonaerense, el paro de mujeres y en la víspera de una movilización de movimientos sociales para festejar el ascenso papal de Jorge Bergoglio la semana entrante. Por eso, y para evitar tensiones con la Iglesia, la UCA ya había puesto al Gobierno en conocimiento de estos números el viernes pasado.

Sin embargo, ayer había suspicacias por la elección de la semana de publicación. Es la primera vez que la universidad, en la que el papa Francisco tiene una significativa ascendencia directa, difunde un dato del tercer trimestre. Desde que hace su medición, había elegido publicar el consolidado anual seis meses después de concluido el período relevado. En la casa de estudios explicaron a LA NACION que la idea es empezar a ofrecer desde ahora los terceros trimestres para poder arrancar el nuevo año ofreciendo una idea aproximada de cuál era la situación social del año anterior.

Desde el kirchnerismo, que tras años con supuestas tasas chinas y manipulación de estadísticas públicas dejó a la Argentina con un tercio del total de los argentinos sumidos en la pobreza (29%, según los datos de la misma UCA), criticaron que la polémica proyección que había realizado la universidad -por primera y única vez- en abril del año pasado había estimado una pobreza para marzo del año pasado del 34,5%, es decir, unas décimas por encima del dato del tercer trimestre difundido ayer. No obstante, en ese mismo pronóstico, el Observatorio había advertido que luego de las mejoras impulsadas en las asignaciones familiares y por hijo, y con las subas de jubilaciones y pensiones, en abril la pobreza se estimaba en 32,5%.

«Durante el último año, las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política antiinflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales», leyó de sus propias conclusiones Agustín Salvia, investigador jefe y coordinador general del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), en una conferencia de prensa en el salón San José de la UCA. Y agregó: «Si bien este shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido en la segunda parte del año».

Causas

El aumento de la pobreza no se generó -estimó Salvia- por la falta de asistencia estatal, sino que a la devaluación y la consecuente inflación se sumó una recesión que golpeó el mercado laboral e impulsó la precarización del trabajo, sobre todo en los sectores medio-bajos informales. Allí muchos trabajadores perdieron sus empleos, trabajaron menos horas (subocupación) o simplemente vieron licuados sus ingresos por la inflación, al no estar dentro de convenios formales.

Mientras aquellos que tuvieron un empleo pleno o incluso uno precario vieron en los primeros meses de 2016 aumentar sus ingresos, los que estuvieron dentro de la categoría del «subempleo inestable» los vieron caer. Según la UCA, también crecieron las brechas para salir de la pobreza y la indigencia. Básicamente, un hogar indigente necesitaba un 23,7% más de ingresos en 2015 para evadir esa situación. En 2015 esa distancia se elevó a 34,7%. En la pobreza, esa brecha subió menos: de 32,2% a 34,9%.

«El análisis histórico muestra que el crecimiento no será suficiente para revertir las desigualdades estructurales que afectan el mercado de trabajo, con efectos directos sobre la indigencia, la pobreza y la exclusión estructural», estimó el informe. Salvia dijo que pese a que en el último trimestre del año observó una leve mejora en el empleo, para mover el amperímetro de la pobreza se necesitaría un «shock de trabajo» y que la negociación paritaria superara este año por varios puntos a la inflación, que según el Banco Central será del 17%. Pero más allá de la coyuntura Salvia recalcó la necesidad de aplicar políticas profundas de desarrollo para el núcleo duro de la pobreza estructural, que en la Argentina no observa cambios desde los años 80.

Las claves de un fenómeno preocupante

Se suman más pobres

Según la UCA, en nueve meses de gestión de Cambiemos se sumaron 1,5 millones de pobres.

Más indigentes

La indigencia golpeó al 6,9% de la población en el tercer trimestre de 2016. Implica que se sumaron 600.000 personas.

La infancia, en peligro

Cerca de la mitad de los chicos de hasta 14 años son pobres. Entre 2015 y 2016 se sumaron 580.000, ya que el porcentaje se amplió cinco puntos porcentuales y llegó al 48,8%.

Más allá del ingreso

La UCA también mide la llamada pobreza multidimensional, que incluye otras variables además del ingreso familiar. El 52,1% de la población sufre carencias en cuestiones sanitarias, educación, vivienda o alimentación, entre otras.

Un problema y varias formas de medirlo

El Observatorio Social de la Deuda de la UCA es uno de los pioneros a la hora de dar impulso a otras formas de medir la pobreza, entre ellas, la variante multidimensional (y no la tradicional, por ingresos). Según su cálculo para el tercer trimestre del año pasado, más de la mitad de los argentinos (52,1%) sufren tres carencias o son pobres. Entre los derechos que releva están la alimentación segura, protección de la salud, acceso a servicios básicos, a la educación, a una vivienda digna y a un empleo de calidad. Entre los datos que más preocupan, de los que la UCA difundió ayer, es que 32,2% de los hogares con menores ingresos sufren hambre en la Argentina. De ellos, un 39,4% no tiene salud y 46,7% no posee acceso a la educación. En casi cuatro de cada diez hogares no hay trabajo.

La Nación


El informe completo del Observatorio de la Deuda Social de la UCA

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