Argentina: la Iglesia asegura que las políticas del gobierno incrementaron la pobreza en el país

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La Iglesia aseguró que las políticas del gobierno incrementaron la pobreza

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lozano, afirmó ayer que las medidas económicas del gobierno incrementaron los niveles de pobreza en el país.

«Hay una serie de factores que han incidido: tanto la devaluación, el aumento de las tarifas, la inflación, que han dado como resultado esta cantidad de pobres que tenemos hoy en el país», afirmó Lozano.

El obispo analizó que la gestión de Mauricio Macri «probablemente sí» puso por delante la macroeconomía para salir de una situación que funcionarios le describieron como «una especie de tobogán de difícil salida», pero agregó que «lo que ha sucedido es que estas medidas han beneficiado a unos pocos y perjudicado a muchos».

El prelado destacó que en el gobierno «no hay negación de la realidad» en cuanto a los niveles de pobreza y que en sus diálogos con los funcionarios notó que «están preocupados y buscando alternativas para poder tener una actividad proactiva en la superación de estos niveles de pobreza».

Sin embargo, estimó que en el aumento de los niveles de pobreza «hay una serie de factores que han incidido en esto, tanto la devaluación, el aumento de las tarifas, la inflación, que han dado como resultado esta cantidad de pobres que tenemos hoy en el país».

Lozano consideró que existen «capitales que han ido concentrando más sumas de dinero, que es algo que hay que corregir para ver cómo salir de la pobreza por medio de un trabajo debidamente remunerado».

El presidente de la Cepas sugirió ver «cómo incorporarlos en lo que hace a la generación de puestos de trabajo».

Respecto a la situación social, Lozano adelantó que equipos de la Pastoral Social han estado en contacto con funcionarios del Ministerio de Trabajo y con legisladores para ver «la posibilidad de incorporar la suma que obtienen de un plan social a una masa salarial que pueda después completar el ingreso».

Explicó que «tampoco con un plan social de 5 mil o 6 mil pesos una persona, una familia puede vivir dignamente», pero evaluó que «si eso se puede sostener y, a su vez, agregar una suma de dinero por un trabajo rentado, eso es un camino como para ver cómo escapar a esta especie de trampa que hay entre el plan social versus fuentes de trabajo, que es una tensión que no debiera existir».

«Si una persona por trabajar 8 horas está cobrando lo mismo que un plan social es que la están explotando y existe una condición ilegal de contratación», agregó. Luego dijo que en algunos lugares de la Argentina se verifica explotación laboral, y recordó que la Iglesia ha ratificado la fuerte presencia de «la trata de personas para la explotación sexual pero también para la explotación laboral».

También se refirió a las personas que trabajan en talleres clandestinos o «los que se dedican a la horticultura que son también explotados, los que son llevados en camiones y que viven casi al aire libre en tiempos de cosechas en algún lugar de nuestro país; menores que son dedicados también al trabajo».

«Hay una serie de nichos de trabajo no registrado, mal remunerados y a veces realizados en condiciones prácticamente de esclavitud», finalizó el religioso.

La Capital


Jorge Lozano: «Los números de la pobreza muestran que no hay paz social en la Argentina»

La última medición de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela que casi 13 millones de personas están bajo la línea de pobreza. «Estos números muestran que no hay paz social en la Argentina», expresó a LA NACION el presidente la Comisión de Pastoral Social de Episcopado, el arzobispo Jorge Lozano.

«La paz tiene que ver con la justicia y cuando hay injusticias no podemos decir que hay paz, por más que no haya actos de violencia», observó el arzobispo coadjutor de San Juan, que fue obispo auxiliar de Jorge Bergoglio durante seis años y hoy expresa la mirada de la Iglesia sobre la conflictiva realidad social.

Pese al escenario de paros y movilizaciones de la última semana, Lozano confía en que «el diálogo no está roto». Minimizó el cierre violento que tuvo el acto de la CGT y advirtió que la UCA no sólo alertó sobre el crecimiento de la pobreza, sino también sobre la inequitativa distribución de la riqueza, que «se acumula y no se vuelca en la generación de puestos de trabajo».

-¿Creció la conflictividad social?

-En la última semana hubo varias protestas muy concurridas. La CGT reclamó por el cuidado de las fuentes de trabajo y la problemática de la inflación; los gremios docentes protestaron por los salarios y las mujeres se movilizaron en torno a la consigna «Ni una menos». No centraría el análisis en los incidentes de las marchas de la CGT y del Día de la Mujer porque abarcan a un grupo muy minoritario.

-¿La protesta de la CGT marcó una ruptura del diálogo?

-Entiendo que no. Que existan protestas o movilizaciones no implica que haya una ruptura del diálogo. Son expresiones de descontento. Tanto los funcionarios como los dirigentes sindicales y sociales están dispuestos al diálogo, concurren cada vez que hay una convocatoria. El diálogo no está roto.

-¿Pero las protestas y los paros condicionan el diálogo?

-Siempre los paros perjudican a algún sector de la sociedad y la interrupción de las clases afecta a muchas familias.

-¿Le pidieron a la Iglesia que medie en el conflicto docente?

-Que yo sepa, no. A Pastoral Social no nos han solicitado nada.

-¿Los incidentes deslegitiman a la conducción de la CGT?

-Tendrán que evaluar ellos en qué medida los reclamos partían de las bases o de otros grupos políticos que también participaron de la movilización, pero no necesariamente de la propia estructura sindical.

-¿Hay fuerzas políticas que intentan sacar provecho del clima de protestas?

-Es factible. De hecho, participaron en el acto de la CGT líderes vinculados a la gestión política anterior. Fueron invitados por las propias organizaciones sindicales.

-¿Están dadas las condiciones para salir de la pobreza, que según la UCA sigue creciendo?

-Las condiciones están dadas. El tema es ver cómo se implementan las políticas públicas. El informe no sólo habla de la pobreza. También, de la distribución de la riqueza. Preocupa. Es preocupante que haya 32,9% de personas bajo la línea de pobreza y casi un 7% esté en la indigencia, pero el informe muestra también la distancia entre el 10% más pobre y el 10% más rico de la población. Esto coincide con un estudio del Indec, de enero, que reflejaba cómo en 2016 el 10% más rico se quedó con el 33% de la riqueza y el 10% más pobre, con el 1,2 por ciento.

-¿Cómo influye esa realidad en la conflictividad social?

-La falta de equidad en la distribución nos obliga a ver cómo la riqueza que se genera, en lugar de acumularse, puede volcarse en la creación de puestos de trabajo. Mucho capital generado el año pasado fue al circuito financiero o se desvió al exterior y no se destinó a crear empleo. Una familia no puede vivir dignamente con un plan de $ 5000 o $ 6000.

-¿Está en riesgo la paz social?

-No quiero ser alarmista, pero estos números muestran que no hay paz social. La paz tiene que ver con la justicia y cuando hay injusticia no podemos decir que hay paz, por más que no haya actos de violencia. Que haya gente despojada de los bienes elementales es un acto de violencia. Que haya la mitad de los menores de 14 años viviendo bajo la línea de pobreza es un hecho en sí mismo violento, que genera exclusión y tiene condicionamientos sociales, con falta de igualdad de oportunidades, de acceso al trabajo y aumento de la actividad del narcotráfico. Es un caldo de cultivo para situaciones vinculadas al crimen organizado.

-¿El Gobierno está en deuda con los objetivos de pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y unidad de los argentinos?

-Yo no suelo hacer evaluaciones de gestiones de gobierno. Sí podría decir que respecto de la pobreza, los resultados que se muestran coinciden con los datos del Indec y son reconocidos por el Gobierno. No hay discrepancias, no niega la realidad. Eso sí, algunas medidas beneficiaron a algunos pocos y afectaron a muchos. Respecto del narcotráfico, el Presidente decretó la emergencia en materia de drogas y se avanza en la prevención y contención. Y sobre la unidad de los argentinos hay un clima de reclamos, pero también hay en el Congreso un clima de búsqueda de consensos y de diálogo que pueden llegar a ser fructíferos.

-¿Habló recientemente con Francisco sobre la situación social en la Argentina?

-No he tenido oportunidad de hablar con él. La última vez fue en octubre, en ocasión de la canonización del cura Brochero.

-¿Sabe qué temas habló con la gobernadora Vidal?

-No hablé ni con el Papa ni con la gobernadora, pero he visto lo que salió en los medios. Francisco recibe a funcionarios, dirigentes de la oposición y dirigentes sociales en una agenda con amplitud.

La Nación


«Los datos sobre la pobreza no sorprenden, pero duelen»

Escucha la entrevista a Jorge Lozano en Radio Continental:

Radio Continental


El informe completo del Observatorio de la Deuda Social de la UCA

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