Milagro Sala, líder social argentina y diputada del Parlasur: “Nuestro único pecado fue la lucha por el trabajo y la dignidad”
Por Pablo Roesler
«En este momento la policía de Gerardo Morales me está deteniendo, esto es como la dictadura. Jujuy», escribió Milagro Sala hace un año. Fue el último comentario en su cuenta de la red social Twitter de la dirigente social y diputada del Parlasur. Mañana, Sala cumplirá 365 días detenida en el marco de un encadenamiento de causas judiciales impulsadas por el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y ejecutadas por la justicia provincial.
Desde ese momento, la dirigente solo volvió a hablar en público al estar frente a un juicio. A lo largo del año que lleva detenida, el Servicio Penitenciario y el Poder Judicial de Jujuy limitaron su comunicación con los medios, al punto de interrumpir una charla radial en vivo. A pocos días de que cumpla el año en prisión, Tiempo logró saltar ese cerco y entrevistó a Sala a través de un cuestionario por escrito cuyas respuestas de puño y letra constituyen un crudo diagnóstico sobre su detención y la situación en la provincia de Jujuy.
«Mi detención injusta y arbitraria deja muy en claro el revanchismo político de Gerardo Morales hacia quienes pensamos diferente», dijo la dirigente social que respondió a las preguntas en un manuscrito en hojas de cuaderno cuadriculadas que envió desde la Unidad Penal N°3 de Mujeres de Alto Comedero.
-El lunes se cumple un año de su detención. ¿Qué sensación le genera?
-Toda esta sensación me genera una gran impotencia ya que mi detención injusta y arbitraria deja muy en claro el revanchismo político de Gerardo Morales hacia quienes pensamos diferente.
-¿Qué cree que significa el extenso encarcelamiento que viene padeciendo para la militancia y el campo popular?
-Creo y estoy convencida de que mi encarcelamiento tan extenso no es más que la criminalización a la protesta y esto es grave en una Argentina donde costó mucha sangre recuperar la democracia y los argentinos debemos tener memoria. Por nuestros compañeros desaparecidos, por los caídos en Puente Pueyrredón y por los luchadores que dejaron sus vidas en la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. Los insto a seguir firmes en la lucha y manteniendo la unidad del campo popular y que toda la militancia argentina tenga en claro que Jujuy hoy es un laboratorio para poner un freno a la lucha y a nuestros ideales. No debemos permitir que lo expandan por el resto de la Argentina.
–¿Cómo ve hoy a Jujuy, después de un año en que usted y la Tupac Amaru están prohibidos?
–Con muchísima tristeza veo hoy a Jujuy triste y desolada y atemorizada por los métodos represivos que imparte Gerardo Morales, hostigando y persiguiendo no solo a dirigentes sino también a compañeros de base. Pero debo dejar en claro que podrán prohibir a (la) Milagro Sala y a la organización barrial Tupac Amaru, pero jamás podrán arrancarnos del corazón de miles de tupaqueros que tienen intactas las convicciones de que la única salida es la lucha por una Argentina más justa.
–¿El «Jujuy blanco» retomó el poder con venganza?
–Obviamente que Morales tomó el poder con mucho revanchismo y venganzas, sin importale el bienestar del pueblo jujeño.
–¿Cómo observa la situación del país hoy?
–Veo una Argentina en retroceso por su actual política de desempleo, endeudamiento, ajuste y represión. Estamos viendo el lado opuesto a los pasados 12 años donde habíamos recuperado la alegría.
–¿Y la situación de los Derechos Humanos en la provincia y el país?
–Recuperamos los Derechos Humanos luego de años de dictadura y hoy son violados. La actual situación represora me trae a la memoria lo vivido en aquellos años. Volvió el gatillo fácil, persecuciones, hostigamiento… Y el más claro ejemplo es mi detención injusta y arbitraria tan solo por luchar y dignificar a miles de jujeños con trabajo, educación y salud.
–¿Quiere dar un mensaje a los argentinos?
–Siento una gran frustración por la detención injusta de nuestros compañeros, cuyo único pecado –que hemos cometido- fue la lucha por el trabajo y la dignidad.