Paraguay: el sueño de la reelección – Por Adolfo Giménez (Especial para Nodal)

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La reelección parece ser el sueño de todo presidente, por encima de cualquier impedimento legal, una intención política muy extendida en países de Latinoamérica.

En Paraguay esta situación está a punto de ocasionar una fuerte crisis política que coincide con una fractura en el bloque de partidos de diferentes tendencias, grupos empresariales, los medios de comunicación monopólicos, (con el apoyo de la jerarquía de la poderosa iglesia católica), que provocó el golpe de Estado Parlamentario que acabó con el gobierno del ex obispo Fernando Lugo en junio de 2012.

La fractura comenzó con disputas entre grandes económicos ante la irrupción agresiva del grupo Cartes, ligado al presidente Horacio Cartes, que hace algunos años encaró inversiones en sectores tradicionalmente controlados por otros grupos, como los supermercados, los hoteles, los grandes medios de comunicación, entre otros, y al mismo tiempo lanzó una campaña por la enmienda constitucional que le permitirá la reelección. La Constitución Nacional vigente no permite más de un solo periodo de gobierno de cinco años.

La guerra declarada avanzó a otros campos. El gobierno paraguayo firmó un convenio de provisión de gas con la empresa estatal boliviana YPFB y abrió un nuevo frente con el poderoso grupo de importadores de combustibles y gas, además, propietario de las cadenas de gasolineras de todo el país. La empresa estatal paraguaya Petropar comenzó hace unos meses a vender gas a precio más barato, desacomodando completamente a las distribuidoras privadas. Como se dice en el ámbito boxístico: un golpe al higado.

Pero el enfrentamiento no se queda solo en campo económico. Una eventual enmienda favorecerá también al ex presidente Fernando Lugo, cuyo gobierno fue ubicado en el grupo de gobiernos denominados progresistas de la región junto a Chavez, Lula, Cristina Kirchner y Evo Morales. Lugo es el político de mayor prestigio y si se hicieran hoy las elecciones las ganaría por un amplio margen.

Lugo después del golpe atravesó todas las tormentas y ataques de diferentes sectores. Su agrupación política, el Frente Guasu (FG), integrada por pequeños partidos políticos, se constituyó de manera sorprendente -y en un corto tiempo- en la tercera fuerza política del país.

GRAN CRISIS, GRAN CONTRADICCION

Para que corra la enmienda, el Congreso debe aprobarlo. De acuerdo a informaciones de medios locales, el cartismo (grupo político del presidente dentro del oficialista Partido Colorado) ya contaría con la cantidad de votos necesarios, sumando votos de un sector del opositor Partido Liberal y del FG. Luego de la eventual aprobación, la Justicia Electoral tiene que llamar a un referendum por el sí o por el no.

Sin embargo, los sectores de la oposición que se oponen a la enmienda y acusan a Cartes de querer violar la Constitución y convertirse en dictador, destacaron que no aceptarán ninguna decisión favorable de parte del Congreso. En esta hipotética situación, la crisis estaría desatada.

La enmienda constitucional está relacionada con la disputa de grupos económicos. Es un momento de disputa que puede desembocar en una crisis peligrosa, pero no se constituye necesariamente en el centro de la lucha democrática en el país, mas bien encubre los graves problemas que afectan a grandes sectores de la población como la recesión económica, la crisis en el sistema de educación y de salud, el aumento de la marginalidad. En los últimos años crecieron las denuncias de corrupción en todos los ámbitos, en particular, en los contratos de obras públicas que salpica a operadores del gobierno de Cartes.

Parecería que al escenario político le faltan otros actores con participación protagónica.

Enero 2017

(*) Periodista

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