La historia de identidad del primer venezolano con dos madres

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Sobre cada pedazo de esta tierra, donde no falta una sola palabra para mentar toda cosa que respira, o para medir lo que resistimos y lo que posponemos, entre resiliencias y procrastinaciones, el hijo de Migdely Miranda y Giniveth Soto, Salvador, simbolizó en Venezuela la lucha por conseguir su propia identidad. Hoy es el primer venezolano que logró ser reconocido por el Estado con los apellidos de sus dos madres. Esta victoria abre el camino para los niños y niñas en una situación similar en nuestro país.

La historia de Migdely, Gini y su hijo la relatamos hace más de un año atrás. Dos venezolanas que se juntaron amorosamente para hacer familia. Para tener un hijo de ambas Gini puso su óvulo, Migdely la combustión de su vientre. Se fueron a Argentina y se casaron, no por seguir tradiciones institucionales, sino por vivo deseo y para asegurar que lo construido entre ambas pudiera garantizar la estabilidad de su hijo. Esto quizá pueda sonar muy burgués para algunos sectores que desconocen lo que viven dos mujeres que deciden hacer vida juntas y tener hijxs en un mundo excluyente a lo que no es masculino, propietario, blanco y heterosexual, quienes desconoce a lo que debe enfrentarse una de ellas cuando la otra es asesinada y en meses queda sin casa y con un niño de un año de edad.

“El primer amparo que introduje a favor de que Gabriel fuese declarado con sus dos madres y heredero único, fue negado alegando que en Venezuela no existe matrimonio igualitario y solo se acepta la filiacion con una madre, así que basado en eso se avaló mi maternidad, más no la de mi esposa. Luego se introdujo un recurso para revocar dicha sentencia pero no fue aceptado”, nos cuenta Migdely desde Argentina, a donde regresó, explica, tras perder aquella solicitud de amparo y por el miedo de que la familia de Gini pudiera realizar alguna acción legal para la custodia del niño.

¿De qué se trata la sentencia y cómo se logró?

Podemos hablar de tres fechas centrales. La primera es el 11 de marzo de este año, cuando José Manuel Simons, abogado y activista de la organización Venezuela Igualitaria, introdujo el Recurso de Amparo para el reconocimiento del niño como hijo de Migdely y Gini ante la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos del Circuito Judicial de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional.

La respuesta de esta solicitud les llegó en lo que es nuestra segunda fecha, el 28 de marzo, cuando el Tribunal Tercero de Primera Instancia de Juicio del Circuito Judicial de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional, se declaró incompetente para dar respuesta a esta solicitud, y en consecuencia, ordenó la remisión del caso a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Migdely no perdió la esperanza: “Giovanni Piermattei y los miembros de Venezuela Igualitaria me representaron legalmente ante el TSJ, manteniendo el optimismo en un fallo a nuestro favor”.

La Sala Constitucional revisó la solicitud y el 15 de diciembre de 2016, nuestra tercera fecha, admitió la solicitud de amparo sobre la identidad del niño con los apellidos de sus dos madres y sus derechos como heredero de los bienes de Giniveth. Pero esta no fue la única alegría tanto para Migdely como para el resto de las familias conformadas por personas del mismo sexo en Venezuela. Esta sentencia también interpretó el artículo 75 de nuestra Constitución, en el que se establece que el “Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas”, para explicar que “la jefatura de las familias pueden ejercerlas las familias homoparentales [parejas del mismo sexo], y por ende el Estado brindará protección sin distinción a la forma de conformación de la familia, incluyendo a los niños, niñas y adolescentes nacidos en familias homoparentales, siendo éstos sujetos de derecho, que gozan de todos los derechos y garantías consagradas a favor de las personas en el ordenamiento jurídico al igual que cualquier otro niño que haya nacido dentro de una familia tradicional”.

Un asunto de orden público

El caso de Migdely y Gini no es aislado. Miles de familias homoparentales han estado bajo la misma situación de vulneración de derechos duante años justamente por vacíos jurídicos o interpretaciones no realizadas. El caso de Migdely y Gini fue asumido como de orden público en Sala Constitucional, ¿qué significa? que afecta a una parte de la colectividad o al interés general, más allá de los intereses particulares de los accionantes, esto es reconocer finalmente la situación de indefención de la comunidad sexo género diversa venezolana. Se trata de un caso que pone en evidencia no una solicitud particular, sino un “hecho, actuación, omisión o amenaza” que ocasiona violaciones constitucionales evidentes a muchas más personas.

Por otra parte, entre los derechos constitucionales denunciados en este caso están el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad, derecho a la integridad física, psíquica y moral, derecho a la identidad. Aparte del derecho a la identificación de todos los niños y niñas, contemplado en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.

¿Qué se consignó para solicitar la identidad del niño?

La pregunta que muchas parejas de dos madres se están haciendo en este momento es cuáles son los pasos que deben seguir para el registro de sus hijxs con sus apellidos. Giovanni Piermattei comentó que Venezuela Igualitaria se encuentra estudiando la sentencia en este momento para tener claridad de todo su contenido, especialmente porque en caso de Migdely y Gini tiene la particularidad de que fue a través de fertilización asistida con ovodonación (óvulo de una madre en el vientre de la otra), y la pareja celebró un matrimonio legal en Argentina. Próximamente habrá información más clara al respecto. Sin embargo, para la solicitud de identidad del niño fueron consignados algunos documentos como:

.- Certificado de matrimonio.

.- Constancia de la institución médica que realizó la técnica de reproducción asistida.

.- Carta de Migdely dirigida al Poder Electoral solicitando “que es [su] deseo y [su] exigencia que [su] hijo sea reconocido con sus dos madres, sin alteración del acta de nacimiento original argentina”.

.- Informe Pericial de la Unidad Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales arrojando como conclusión de las muestras estudiadas lo siguiente: …indicando que sí existe una relación heredo biológica entre las muestras comparadas…”.

.- Certificación de datos de nacimiento del niño sujeto de la presente acción.

Quedan muchas batallas pendientes

Si bien la interpretación del artículo 75 de la Constitución es un paso inmenso en el reconocimiento de los derechos de la población no heterosexual en Venezuela, quedan varios puntos centrales de esta lucha. Entre ellos está el Matrimonio Civil Igualitario, cuya Ley introducida hace más de dos años por Venezuela Igualitaria y respaldada por más de cuarenta organizaciones de todo el país y veinte mil firmas, sigue detenida en la Asamblea Nacional (AN) y no forma parte de la agenda parlamentaria, ni de la agenda de los partidos de oposición de los que forma parte la diputada suplente transexual Tamara Adrián. Incluso Adrián plantea que en lugar de que la AN legisle sobre esta Ley –nacida del seno de las organizaciones LGBTI del país- solo se aboque a discutir la Ley Orgánica de Registro Civil para reconocer uniones civiles y la identidad de las personas trans. Lo que echaría por tierra esfuerzos acumulados desde la comunidad LGBTI durante estos años. Pero ante esta falta de respuestas de la AN ya en el Tribunal Supremo de Justicia está en marcha una Demanda por Omisión Legislativa, en la que el presidente de la AN debe exponer las razones por las que no se ha discutido la Ley de Matrimonio Civil Igualitario.

“Creo que en la AN no hubo la voluntad política, de haber existido no estaríamos en esta situación. Ahora gracias al TSJ obtuvimos justicia. Sin embargo nos toca seguir el proceso judicial pues los padres de mi esposa vendieron todos los bienes, eso se habría evitado de estar aprobada la Ley de Matrimonio Igualitario. Es importante avanzar el cuanto a la legislación se refiere, por lo que necesitamos esa Ley y la Ley de Identidad de Género para empezar el camino de derechos en materia LGBTI”, es la opinión de Migdely Miranda.

Venezuela Igualitaria, la organización que apoyó a Migdely y que trabajó para lograr esta sentencia tiene más trabajo por delante y necesita de todo el apoyo posible.

Para nombrarnos, para tener una identidad sobre la tierra, es necesario juntar muchas manos.

Para conocer toda la sentencia, haga click aquí.

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