Intentos para la reelección – Diario Página Siete, Bolivia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El vicepresidente Álvaro García Linera ha hecho una seguidilla de declaraciones sobre su eventual candidatura presidencial y la del presidente Evo Morales, como prolegómeno al congreso del MAS que busca precisamente eso, lograr la reelección de ambos. Vale la pena analizarlas con cuidado. En primer lugar, señaló que, en caso de hubiera posibilidad constitucional de postularse una vez más, él no aceptaría hacerlo. Agregó que había decidido aquello en 2014 y que el presidente Evo Morales está de acuerdo con ello.
Esta primera apreciación es extraña, considerando que en 2012, precisamente, el Vicepresidente dijo públicamente que no candidatearía y que se dedicaría a la docencia universitaria. Como sabemos, no cumplió su palabra y participó en las elecciones de 2014 y, más aún, se presentó en el referendo de este año para poder cumplir un cuarto mandato, es decir para gobernar entre 2020 y 2025.
O sea que las declaraciones sobre posibles candidaturas, realizadas por García Linera, hay que tomarlas con cuidado.
Otro de los asuntos que es bueno comentar en este tema es que, precisamente, Morales y García Linera perdieron el referendo de febrero. La ciudadanía dijo que «No” a su reelección con 51% de los votos. Pero, como se ha podido apreciar posteriormente, ambos mandatarios y el entorno del partido oficialista no están dispuestos a respetar estos resultados: la realización del congreso del MAS y las alternativas surgidas del mismo son una muestra fehaciente de ello y merecen un análisis aparte por sus características peculiares y sorprendentes de indiferencia ante los resultados democráticos.
Pero, volviendo al vicepresidente, García Linera dio después otras declaraciones, aún más impactantes: hablando de cuáles son los posibles caminos para reelegirse, señaló que podría darse una «modificación de cargos”. En ese caso, señaló, se permitiría que «el Presidente vaya abajo (como candidato a Vicepresidente) y otra persona vaya arriba (como Presidente). Eso mencionaron algunos opositores, es una posibilidad”.
Es una afirmación para quedar perplejos. Ello indica que el Gobierno hará cualquier esfuerzo por lograr la repostulación de Morales. ¡Incluso ser candidato a vicepresidente! Esa sería una falta a la ética, al respeto a la ciudadanía y al más obvio sentido de respeto a los valores democráticos. Como Evo Morales no puede postular, entonces su partido estaría dispuesto a usar una triquiñuela legal para permanecer en el poder.
Pero, también habló el Vicepresidente de convocar a nuevos referendos y de una opción que debe ser la más atractiva: pedir una «interpretación constitucional” a los magistrados constitucionales, que han demostrado total sumisión al poder político en numerosas oportunidades. No es descabellado que esos magistrados «interpreten”, como ya lo hicieron hace unos años cuando autorizaron el actual tercer periodo de Gobierno, violando la Constitución.
«Hay varias vías constitucionales para que el líder histórico de la revolución siga conduciendo el país”, dijo la comisión de ética del MAS en su congreso, y esta será la tónica de lo que presenciará el país en los próximos meses. Además de las declaraciones vicepresidenciales, la ciudadanía seguirá sorprendiéndose con más declaraciones de este tipo en el futuro y es digno de lamentar. Que a tres años de concluir el actual mandato presidencial la atención de las autoridades esté puesta preponderantemente en encontrar las vías para una nueva reelección, mostrando a tal punto la intención de incluso desconocer una consulta popular promovida por ellos mismos es un exceso que resulta indignante para la ciudadanía.
El presente año concluye con varios problemas sin solución -entre ellos denuncias de corrupción y tráficos de influencias- y crisis como la de la falta de agua en varias regiones del país sin un plan certero de contingencia. Sin embargo, tenemos a nuestras autoridades empeñadas en un electoralismo sin tregua y, peor aún, dispuesto a todo por salir victorioso.