Puerto Rico: el gobernador Padilla admite parte de la culpa de la derrota del oficialismo

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Alejandro García Padilla: «Yo estoy dispuesto a aceptar mi cuota»

Si hay que aceptar responsabilidades por la derrota del Partido Popular Democrático (PPD), el gobernador Alejandro García Padilla admite que carga con una cuota. Descifrar cuánto de esa carga lleva su nombre, sería especular, dijo.

Sin embargo, en esa bolsa de culpas entra la insatisfacción con su gobierno, el caso federal de corrupción que lo tocó de cerca a él y a su administración, la falta de reorganización y la pocas convocatorias de los órganos regentes del PPD bajo su presidencia.

Ahora bien, pasadas las elecciones y desde la comodidad del Salón Informal en La Fortaleza, García Padilla dijo en entrevista con El Nuevo Día que se siente “tranquilo de espíritu” porque hizo los “llamamientos” de rigor para posibilitar que David Bernier le sustituyera en el cargo. Reveló que nunca se distanció de quien fuera su secretario de Estado y lo aconsejó. No vaciló en decir que la victoria de Bernier estaba a su “alcance” y había aciertos en su administración que no se capitalizaron. Corresponde hablar y escuchar a la base -incluso de la definición ideológica- y para ello él está disponible. No visualiza a un PPD débil, pero advierte que los intereses personales no deben guiar a la Pava que creó Luis Muñoz Marín.

¿Cómo queda su partido?

Cuando sumas los votos de la papeleta municipal hay 100,000 votos más de los que sacó el gobernador electo y por eso, entonces se entiende que ganamos la inmensa mayoría de las alcaldías. Te das cuenta que hay una base del partido amplia, mucho más amplia que los que votaron por el candidato electo a la gobernación. Viva y que los candidatos que estaban cerca de ella, los alcaldes, fueron reelectos, que tenemos que hacer oír a la base. Pero ir a la base sin agendas preacordadas. No podemos ir a la base para decirle lo que tiene que hacer. Hay que amarrar la base, pero hay que cualificar eso, tenemos que ir a escuchar porque va a haber quien quiera ir a la base para adelantar una candidatura personal o ideología personal. Tenemos que ir a la base con el oído y la mente abierta, y sabiendo que la base nos va a decir lo que piensa. Pero déjame decir algo que es más importante todavía: confiando en la sabiduría de la base. Ahora es fácil venir a juzgar y yo no voy a hacer leña del árbol caído. Yo advertí que un voto por los candidatos independientes iba a producir una victoria del Partido Nuevo Progresista y hubo quien respondió que eso era un voto válido. Pues mira que validez tiene hoy, ninguna validez. También tienen que regresar a escuchar la base los que, siendo funcionarios electos del Partido Popular, entorpecieron mi gestión gubernamental. Las aspiraciones personales que albergan en su corazón no dejan espacio a la lealtad a los ideales de “Pan, Tierra y Libertad”. Por ponerme el pie a mí, terminaron haciéndole la vereda más empinada al partido y a David, quien estuvo a solo 2.7% de ganar la gobernación contratodo pronóstico. Eso no puede volver a suceder.

¿Se siente responsable de la derrota?

Creo que cada candidato es responsable de su elección. Yo cogí el PPD cuando había sido derrotado por 250,000 votos. Fue la derrota más grande del PPD. Si perdía en el 2012, no podía echarle la culpa a Aníbal (Acevedo Vilá). Por supuesto que ha habido circunstancias complicadas que atender durante el cuatrienio, pero también circunstancias que ayudaron a ampliar la base. Por ejemplo, la comunidad inmigrante durante mi gobierno tuvo una apertura que no había visto nunca, la comunidad LGBTT vio en mi gobierno una apertura que no había tenido nunca. Yo le devolví al PPD su espíritu liberal. Quien diga que yo soy de centro derecha, no ha vivido en Puerto Rico en los últimos cuatro años. Simplemente no ha vivido aquí. Yo le devolví al PPD su carácter liberal.

¿Incidieron las decisiones que tomó su administración, la molestia que causó su gobierno?

Creo que el resultado tan cerrado ilustra que cualquiera la podía ganar, o sea, que (la elección) la podía ganar Ricardo Rosselló o David Bernier. Por supuesto, hay más de un elemento.

¿Entonces está totalmente tranquilo de espíritu?

Yo estoy tranquilo de espíritu porque sé que todas las decisiones que he tomado, las he tomado conforme a la información que tengo. Entendiendo que tengo un candidato en mi partido con mayores posibilidades de triunfo, pasé el batón.

¿El caso federal de corrupción que tocó de cerca su administración, la controversia que eso generó con Jaime Perelló y la senadora Mari Tere González, con las consabidas consecuencias, no afectaron?

Esas cosas se sabían hace un año. Cuando David y Héctor (Ferrer) se postularon se sabía (que había un pleito federal). Para mí la razón principal (de la derrota) está en los candidatos independientes. Pero vamos a escuchar a la base. Creo que ese caso fue demasiado dulce para los politiqueros. Se politiqueó mucho con el caso. El análisis se volvió hasta grosero. Se decían verdades, medias verdades, mentiras. Unos contratistas que hicieron cosas ilegales. De nuevo, es algo con lo que tenemos que luchar. No es este el caso de la década del 2000 donde tenías la mitad del Gabinete preso. No es comparable. En cuanto al expresidente, Jaime Perelló, la base del partido habló claro.

Usted me resulta paradójico, por un lado dice que cada candidato carga con su responsabilidad, pero acepta una parte de la carga.

Yo creo… nunca me zapateo de mi responsabilidad. Ahora, sería especular cuánta es la porción porque las cosas… todas ellas se sabían hace un año.

¿Cuáles cosas? Menciónelas: la crisis fiscal, el caso de Anaudi, la lucha entre el Ejecutivo y el Legislativo…

Ahí hay tres. Pero vamos a preguntarle a los populares por qué estuvieron, comoquiera, de acuerdo en votar bajo la insignia del PPD. ¿Qué pasó por la mente de los populares para que algunos migraran a candidatos independientes? Es algo que tenemos que ir a la base. Yo estoy dispuesto siempre a aceptar mi cuota. A veces dicen que me excedo aceptando cuotas que no son mías. Yo vengo de una filosofía donde las personas nos hacemos responsables de nuestros actos y no nos estamos zapateando y buscando a quién echarle la culpa de nuestros errores. Así soy yo. Hay otras personas que siempre buscan de qué manera excusarse. Yo no. Yo no tengo ese gen, ese chip. No lo tengo incluido. De la misma manera que reclamo mis triunfos, soy responsable de mis fracasos y como cualquier ser humano, tengo de las dos. Pero en cuanto al colectivo, en cuanto al Partido Popular, creo en la filosofía de Luis Muñoz Marín y esa filosofía nos obliga a ir a los campos, a las plazas y al alma de este pueblo. Por el contrario, me hago responsable de todo lo que me toque, pero la principal responsabilidad que tenemos ahora es volver a los campos y a las plazas y al alma de este pueblo.

¿Reconoce a los candidatos independientes como una nueva fuerza electoral?

Es Rogelio Figueroa otra vez. Creo que existe ahí un espacio de gente que está dispuesta a escuchar, que no lo singularizan en una persona.

¿Bernier debe permanecer al mando del PPD porque no es un presidente electo?

Llega a la presidencia cuando se convierte en candidato a la gobernación. Pero quiero discutirlo dentro de la Junta (de Gobierno). Eso el reglamento dispone del tema y la Junta de Gobierno se reunirá en su momento. Y David y yo -como saben- tenemos una extraordinaria relación.

¿Mantuvo comunicación con él durante la campaña?

Todo el tiempo y le daba consejos. Algunos los tomaba, otros no, como es natural. Creo que hizo un esfuerzo tratando de convocar una nueva mayoría y creo que fue un buen esfuerzo.

¿Se consultaban estrategias?

No a ese grado. Yo simplemente me limitaba a decir lo que pensaba en algunos casos. Uno no está llamando todo el día al candidato a gobernador. Las conversaciones en privado, las voy a dejar en privado, pero sí tuve una muy buena comunicación con él.

¿Qué le augura al PPD, qué le preocupa?

Se tiene que reconcentrar. Le temo al populismo porque es superficial decirle al electorado mentiras agradables en lugar de decirle la verdad.

Pero gobernador, con todo respeto, usted pecó de eso.

Yo pequé de optimista. No de populista porque si algo se me ha reprochado es decir la verdad. Dije que la deuda era impagable y me cayeron encima. Dije que en vez de sacar los chavos y pagarle a los bonistas le pagaba a los de aquí y me cayeron encima. Sigo siendo un optimista.

El Nuevo Dia

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