Juan Carlos Vélez Uribe, gerente de la campaña del No al plebiscito: «El No ha sido la campaña más barata y más efectiva de la historia»
Por Juliana Ramírez
Durante 30 días Juan Carlos Vélez, excandidato a la alcaldía de Medellín y gerente de la Campaña por el No en el plebiscito, tomó un avión 35 veces no solo para coordinar una estrategia basada en la indignación sino para lograr que los empresarios lo apoyaran financieramente.
En total logró recaudar $1.300 millones de 30 personas naturales y 30 empresas, entre las que se destaca la Organización Ardila Lülle, Grupo Bolívar, Grupo Uribe, Colombiana de Comercio (dueños de Alkosto) y Codiscos.
Al igual que los optimistas que pensaban que los colombianos le iban a dar el aval a lo pactado entre el Gobierno y las Farc, el resultado en los comicios lo tomó por sorpresa y solo hasta las 5:30 p.m. del domingo supo que buscar que “gente saliera a votar verraca”, funcionó.
En entrevista con AL, Vélez habló de los detalles de la campaña, de los puntos que se deben renegociar y de la revancha del Centro Democrático luego de salir perdedores en tres jornadas electorales anteriores: presidencia, alcaldías y Congreso.
¿Cuál fue su reacción con los resultados del domingo?
No nos imaginamos que ganaríamos. El país ha caído en un error que le ha quitado credibilidad a la política y es creer en encuestas. Esa diferencia tan abismal entre el sí y el no que arrojaban las mediciones, me generaba problemas como gerente para conseguir dinero. De hecho, esas mismas encuestas le hicieron mucho daño al Gobierno que se llenó de optimismo y de triunfalismos . Empezamos a notar un No avergonzante. Por ejemplo, los miembros de la junta de la Andi decían que iban a votar por el Sí pero realmente muchos iban por el No.
La campaña del Sí fue basada en la esperanza de un nuevo país, ¿cuál fue el mensaje de ustedes?
La indignación. Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca.
¿Cómo fue la estrategia?
Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me pasó una imagen de Santos y ‘Timochenko’ con un mensaje de por qué se le iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla. Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130.000 compartidos con un alcance de seis millones de personas.
Hicimos una etapa inicial de reactivar toda la estructura del Centro Democrático en las regiones repartiendo volantes en las ciudades. Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación. En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En cuanto al segmento en cada región utilizamos sus respectivos acentos. En la Costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela. Y aquí el No ganó sin pagar un peso. En ocho municipios del Cauca pasamos propaganda por radio la noche del sábado centrada en víctimas.
¿Con cuánto dinero se hizo la campaña?
Fue una campaña hecha con las uñas. En el partido del Centro Democrático y en la corporación que creamos ‘La paz es de todos’ logramos recaudar $1.300 millones, principalmente de 30 empresas y 30 personas naturales. Fue muy difícil conseguir respaldo y los bancos no estaban preparados. Sin embargo, el No fue la campaña más barata y efectiva en mucho tiempo. Su costo-beneficio es muy alto.
¿Cuál es el Top 5 de empresas que más aportaron?
Organización Ardila Lülle, Grupo Bolívar, Grupo Uribe, Codiscos, y Corbeta.
¿Por qué tergiversaron mensajes para hacer campaña?
Fue lo mismo que hicieron los del Sí.
¿Cómo percibió la victoria del Sí en zonas afectadas por el conflicto?
Es muy relativo porque hay muchas de esas zonas influenciadas por la izquierda. Aunque el No ganó en una zona como lo es el oriente antioqueño.
Se ha criticado que el Centro Democrático no tenía Plan B para una renegociación, ¿puntualmente cuáles son las propuestas?
Hemos presentado 68 objeciones, especialmente relacionados con la política de narcotráfico, elegibilidad y justicia.
Va a empezar una pelea dura para la dirección del Centro Democrático, ¿se ve en ese puesto?
Todavía no aspiro a la dirección, he pasado a la reserva del Centro Democrático preparándome para las próximas batallas.