Bolivia quiere construir en la ONU un orden mundial «sin invasores ni invadidos»
Bolivia aprovechará su presencia a partir de enero en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para trabajar por un nuevo orden mundial «sin invasores ni invadidos», dijo ayer el embajador del país ante la ONU, Sacha Llorenti.
«La idea es construir, y por supuesto ese es el anhelo, ese el horizonte, un nuevo orden mundial sin invasores ni invadidos», enfatizó el diplomático en declaraciones a radio Compañera.
Hace unos días, el presidente boliviano, Evo Morales, planteó al nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, trabajar por esa misma causa, por la paz y la justicia social.
Llorenti agregó que los objetivos que guiarán su acción por dos años en el máximo órgano de decisión de la institución serán «intentar ser la voz de los pueblos, hacer que se respeten los altos principios de la organización de Naciones Unidas».
También recordó unas palabras de Morales durante su última estancia en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU: «vamos a invadir el Consejo de Seguridad con propuestas para la paz, para el diálogo, para la resolución pacífica de las controversias».
Reconoció que Bolivia solo tendrá un voto entre quince –el Consejo de Seguridad está formado por cinco miembros permanentes con derecho a veto y diez temporales-, pero argumentó que esa voz y esa acción «puede tener una influencia positiva en el desarrollo de la resolución de conflictos que se viven en el mundo».
Adelantó que las dos prioridades de Bolivia como parte de este órgano serán la paz en Colombia y mejorar la situación de Haití, que vive una situación crítica por huracanes, enfermedades y pobreza.
Llorenti descartó usar el Consejo de Seguridad como campo de batalla en la controversia de Bolivia contra Chile para lograr una restitución de la salida soberana al Pacífico, un histórico reclamo que ahora está en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
«Nosotros hemos elegido a otro órgano de las Naciones Unidas que es la CIJ», zanjó, aunque recordó que el Consejo de Seguridad puede actuar para imponer las decisiones del tribunal cuando un Estado no las acata.
«La nuestra es una salida a través de los mecanismos de resolución pacífica de controversias que es la CIJ», insistió.
Llorenti también destacó la experiencia de Guterres en la entidad -fue alto comisario de las Naciones Unidas para los refugiados- y el consenso que despertó entre Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, los cinco miembros permanentes del Consejo.
“Creo que es demasiado bueno para el cargo», elogió.