Los expresidentes Mujica, Cristina Fernández y Zelaya califican de golpe la destitución de Dilma Rousseff
Mujica no tiene dudas: en Brasil hubo golpe de Estado
El expresidente y senador José Mujica advirtió anoche que la destitución de Dilma Rousseff de la Presidencia de Brasil fue consecuencia de un “golpe de Estado” y aseguró que la votación en el Senado de ese país fue una “gigantesca pantomima montada” ya que “la decisión estaba previamente tomada”.
“Ya estaba decidido de antes y en otro lado”, precisó.
El expresidente uruguayo y senador del Frente Amplio José Mujica, cerró la oratoria del acto de ayer por la inauguración de la Jornada Continental
por la Democracia y contra el Neoliberalismo, que se llevará a cabo el próximo 4 de noviembre a nivel latinoamericano.
El acto, que se llevó a cabo en la sede del PIT-CNT, tuvo en su parte oratoria, con la participación del secretario general de la central obrera, Marcelo Abdala, el secretario de Relaciones Internacionales, Fernando Gambera, así como representantes de las gremiales sindicales de Brasil, que reclamaron que Uruguay no convalide al gobierno de Michel Temer.
Al cerrar el acto, el senador Mujica afirmó que la derecha política de Brasil, no pudo soportar la derrota electoral y en vez de preparar a sus partidos para una próxima instancia electoral, “le escupieron la cancha al asado de la democracia”.
El senador señaló que el golpe en Brasil demuestra que para estos sectores de la derecha, “son demócratas cuando le convienen. Lo primero para ello es llenar el bolso”.
Mujica advirtió que el proceso que se dio en Brasil debe traer mucha enseñanza. Admitió que Rousseff no tuvo “cancha para negociar y sobre todo desconcertó a mucha gente de su propia fila, porque quiso frenar el peso de la crisis económica con algún tipo de medida relativamente conservadora, sin discutirla con su propia gente. Es decir, una respuesta demasiada técnica y poco política”.
El senador del MPP acotó que Rousseff no era muy afecta a hablar con la oposición. Señaló que tenía un estilo totalmente contrario al de Lula Da Silva, “que es capaz de sacarle filo…”
Mujica advirtió que estos factores fueron totalmente secundarios pero que es bueno tenerlos en cuenta para aprender. “Nunca confiemos que porque ganamos una elección o tenemos mayoría, tenemos el mango absoluto del poder”, precisó.
Agregó que estos temas no son prioritariamente un asunto de “gerenciamiento técnico”, sino que se necesita de la política para que ayude a las decisiones técnicas.
“Nos hemos visto a la consumación de un golpe de Estado, que ya estaba anunciado hace rato”, sostuvo Mujica.
Recordó que hace un tiempo llegó a Uruguay el canciller de Brasil, José Serra, “y nos dijo a boca de jarro que esto estaba decidido. Quiere decir que toda esa discusión del Senado fue toda una gigantesca pantomima para tapar el rabo. Eso estaba decidido y en otra parte”, alertó el expresidente uruguayo.
Recalcó que en este proceso de juicio político “se montó un escenario, a los efectos de embaucar la opinión pública y la visión de toda la apariencia de un juicio. Pero de un primer momento, esto estaba decidido”.
Por tales razones, Mujica manifestó que lo ocurrido en Brasil fue un golpe de Estado.
Señaló que hubo una decisión de la derecha que fue la de reacomodar “el artilurgio jurídico a los efectos de tener ciertas cosas para presentarse ante la opinión pública y del mundo.”
El senador agregó que también hubo una intención de prohibir la actividad política de los dirigentes del Partido de los Trabajadores “pero no les dio el paño para semejante felonía”.
A su entender, Rousseff fue quitada del gobierno por no acceder a la corrupción, cuando el expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, le pidió que el PT no apoyara la investigación parlamentaria en su contra. Solicitud a la que Rousseff no accedió, explicó Mujica. “Fue condenada por no acceder a la corrupción”, comentó.
El expresidente abogó por mantener la integración de los pueblos y aclaró que la lucha por Brasil no es solamente por solidaridad, sino es “por nosotros mismos”. Dijo que se necesita que Brasil tenga la masa crítica para que Uruguay, como país pequeño, pueda también negociar con otros países.
Finalmente, Mujica hizo un llamado a que no gane el “derrotismo”. “Es embromado, pero no se la van a llevar gratis, y para ellos tampoco es sencillo”, afirmó.
Cristina sobre caída de Dilma: «Es un episodio negro en la región»
Tras conocerse el desplazamiento de Dilma Rousseff en Brasil, la ex presidenta Cristina de Kirchner sostuvo que el juicio político se veía venir «el día después de la reelección» de la mandataria brasileña en octubre de 2014 y añadió: «Este clima destituyente también lo vivimos en la Argentina durante mis dos gobiernos».
En declaraciones a Radio 10, Cristina calificó de «golpe institucional» la destitución de la mandataria de Brasil al advertir que la remoción de la jefa de Estado de su cargo representa una «nueva forma de violentar la soberanía popular».
«Estamos viendo una estrategia dura contra los gobiernos populares», señaló y acusó a las «superpotencias» de promover ese golpe que, dijo, «lo piensan estratégicamente a 50 años». También -añadió- «hay una apoyatura interna en el Congreso (de Brasil) y con los grandes medios para culminar en este episodio negro de la historia de la región».
La ex presidenta sostuvo que el juicio político a Rousseff «se vio venir el día después de la reelección» de la mandataria en 2014 por lo que no se sorprendió a la vez que remarcó que «este clima destituyente también lo vivimos en la Argentina durante mis dos gobiernos».
«Hay una estrategia dura y pura sobre la región de ataque a los gobiernos populares» siguió la ex mandataria y disparó: «Lograron derrocar a una presidenta democrática que había ganado con 54 millones de votos».
Más temprano, Cristina dio su opionión en redes sociales. «Se consumó en Brasil el golpe institucional: Nueva forma de violentar la soberanía popular», escribió la exmandataria sobre la destitución de su amiga y aliada. A través de sus cuentas en redes sociales, la exmandataria indicó que con el proceso de desplazamiento de Rousseff se abrió «otra vez» en Latinoamérica el «laboratorio de la derecha más extrema».
La expresidente también le envió un mensaje desde «nuestro corazón junto al pueblo brasileño» y le envió su apoyo a Dilma, a Lula y «a los compañeros del PT».
El Senado brasileño destituyó a Dilma Rousseff por 61 votos a favor y 20 en contra, en una decisión que también confirma como presidente de Brasil a Michel Temer, quien seguirá en el poder hasta el 1 de enero de 2019.
La decisión supone el fin de un trámite que comenzó en diciembre pasado en el Parlamento y fue supervisado en cada uno de sus pasos por la Corte Suprema, como garante constitucional de un juicio que Rousseff, condenada por graves irregularidades fiscales, califica de «golpe».
Rousseff conservará sus derechos políticos y los beneficios que la legislación le garantiza a los exjefes de Estado tras la decisión del Senado de despojarla del mandato como presidente de Brasil, según la sentencia leída por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski.
Además de mantener sus derechos políticos pese a su destitución, la sentencia del Senado no la priva de los beneficios vitalicios a que tienen derecho los jefes de Estado al dejar el cargo, como a ocho funcionarios públicos para atender sus necesidades y a dos vehículos oficiales.
Manuel Zelaya condena la destitución presidencial de Dilma en Brasil
El expresidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya, por medio de su cuenta de Twitter reprobó los acontecimientos en Brasil, donde Dilma Rousseff fue destituida como mandataria.
La política perdió este miércoles su cargo al ser destituida por el Senado en una sesión histórica, donde los senadores por 61 votos (de 81) condenaron y destituyeron a la exguerrillera.
El «Comandante Vaquero», como lo bautizó el difunto Hugo Chávez, publicó en redes sociales que “condeno Golpe de Estado contra el pueblo de Brasil, encarnado en @dilmabr, Latinoamérica debe reaccionar #Honduras”.
Sumó a esto que “El GOLPE contra DILMA no detendrá un proceso irreversible de darle voz al pueblo que comenzó con @chavezcandanga. #FuerzaBrasil”.
El exmandatario fue derrocado el 28 de junio del 2009, en Tegucigalpa atempranas horas de la mañana, enviado en un avión a Nicaragua y Roberto Micheletti asumió la presidencia.