71ª Asamblea General de la ONU: mandatarios del Caribe demandaron mayor cooperación y financiamiento justo

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Países caribeños reclamaron ayer en la Asamblea General de la ONU un mayor apoyo a las naciones en desarrollo para enfrentar los desafíos del crecimiento económico inclusivo y el cambio climático.

En la quinta jornada del debate anual de la Asamblea, el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, advirtió que muchos pequeños Estados insulares están atrapados en un círculo vicioso que lastra sus aspiraciones de avanzar hacia el desarrollo sostenible.

De acuerdo con el mandatario, se trata de países con altas deudas, a partir de la falta de concesiones financieras y de la necesidad de solicitar recursos en condiciones desfavorables para lidiar con la recuperación y mitigación de desastres.

Browne criticó las clasificaciones que realizan las instituciones financieras internacionales y los gobiernos donantes para el acceso a créditos y otras facilidades, porque se centran en el criterio de los ingresos per cápita.

‘Detrás de la fachada de los elevados ingresos per cápita están el incremento de los niveles de pobreza y las vulnerabilidades en materia de salud, educación y vivienda, además de preocupantes tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes’, precisó.

El primer ministro de Antigua y Barbuda señaló que los caribeños están afectados por la presencia de grandes déficits, pequeños y subdesarrollados mercados financieros y frágiles sistemas bancarios, sin que sus demandas sean escuchadas,

‘Le recuerdo a esta Asamblea el concepto de Albert Einstein de que en materia de verdad y justicia, no hay diferencia entre pequeños y grandes problemas, para temas relacionados con el trato a los seres humanos se cumple lo mismo’, subrayó.

También el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris, criticó el actual orden financiero y su devastador impacto en los pequeños Estados insulares en desarrollo, como los caribeños.

Estamos marginalizados por el sistema, lo que invita al G-7, el G-20 y las entidades financieras a reevaluar sus metodologías para valorar cuándo un país clasifica para el respaldo y el acceso a fondos, afirmó.

Harris insistió en las fragilidades de estas economías, ‘que una y otras vez han visto como eventos climáticos golpean en unas pocas horas todos los aspectos de la vida de nuestras islas’.

En ese sentido, reiteró el llamado de los caribeños a facilitar el acceso al financiamiento climático.

No hacemos nada con decir que ese financiamiento cuenta con miles de millones de dólares, y que para obtenerlo debamos lidiar con mecanismos poco claros y prohibitivos, expuso en la Asamblea General.

A su turno en el podio del debate anual, el primer ministro de Santa Lucía, Allen Chastanet, denunció la exclusión de la mayoría de los países de las decisiones del G-20, las economías más poderosas del planeta.

El G-20 se ha autodesignado como un árbitro para la cooperación global, sin consultar a otros sobre el destino de sus economías, alertó.

Chastanet cuestionó la legitimidad del G-20, a partir de su falta de inclusión y la responsabilidad de muchos de sus miembros en la crisis global.

‘Es hora de que el mundo se mueva hacia una nueva dirección (…), una era basada en el compromiso con las necesidades comunes, las ideas innovadoras y el respeto mutuo, y ese trabajo debe de empezar de inmediato’, sentenció.

Prensa Latina


Antigua y Barbuda pide evaluar el daño causado por la etiqueta de paraíso fiscal

Gaston Alphonso Browne, el primer ministro del país caribeño Antigua y Barbuda, aprovechó su intervención en la 71° Asamblea General de las Naciones Unidas, que se está celebrando en su sede en Nueva York, para denunciar la grave situación económica que afronta su país, «la nueva moda de etiquetar a todos los países caribeños como paraísos fiscales».

Con una frase de Einstein introdujo que la verdad de los estados pequeños para todos es obvia, y mientras algunos llaman «reducción de riesgos» a la retirada de grandes sucursales bancarias para evitar millonarias multas por pequeñas infracciones a raíz del auge de los paraísos fiscales, él denomina a eso «destrucción económica» de países de Centroamérica, África y regiones del Caribe.

A su juicio, con estas estrategias impuestas por una minoría de países poderosos que deciden las normas económicas que se deben imponer a las pequeñas naciones, se está sacando de «cuajo» a países como el suyo del sistema económico y comercial del mundo.

Para Browne esto es un cáncer creciente en su país, porque la exclusión del sistema económico mundial de la posibilidad de participar en el comercio internacional, se traducirían en un aumento de refugiados y de la trata de humanos, así como la proliferación de nuevas oportunidades para el blanqueo de capital y financiación del terrorismo.

Para este el ministro, aunque la ONU consagra en su carta sus compromisos para lograr un mundo mejor, los tres primeros principios de esta encíclica no se están cumpliendo.

Una demostración de ello, para Browne, es la ocupación de la Bahía de Guatánamo por parte de EE.UU., así como el bloqueo económico que este país ha impuesto a la nación caribeña de Cuba.

¿Cuáles son los tres principios de la ONU que el organismo no lucha porque sus países miembros consagres?

1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz;

2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal;

3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión.

Para el primer ministro de Antigua y Barbudas, si estos principios se estuvieran cumpliendo por parte de los países miembros, «el club de los países ricos» no impusieran normas económicas a las pequeñas naciones, los países poderosos no tacharan a regiones del Caribe como paraísos fiscales y no se pensara que «el que tiene el poder, es quien tiene el derecho».

Para este líder político, nunca será posible un mundo de justicia, igualdad social y de derecho, si sigue existiendo la iniquidad. Así, citó a Martin Luther King para cerrár con su discurso: “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de cualquiera”, concluyó.

TeleSur

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