Uruguay despide a Eleuterio Fernández Huidobro, ministro de Defensa y uno de los fundadores del MLN-Tupamaros

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Murió Huidobro: la izquierda pierde un histórico referente

A las 00:40 horas del viernes, murió el “Ñato” Eleuterio Fernández Huidobro en el Hospital Central de la Fuerzas Armadas debido a las complicaciones derivadas de una dolencia que sufría desde tiempo atrás. Tenía 74 años.

En lo formal, falleció el Ministro de Defensa Nacional, cargo que asumió en la administración anterior, el 26 de julio de 2011, bajo la Presidencia de José Mujica y que ratificó el Presidente Tabaré Vázquez. Pero al mismo tiempo, desapareció uno de los dirigentes de la izquierda más lúcidos y removedores de Latinoamérica, un “guerrero” o un “gladiador”, según fue recordado por civiles y militares que evocaron ayer su trayectoria intensa.

Ex jefe y fundador del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T) a la par que Raúl Sendic, con quien compartió la dirección del movimiento, llegó a la máxima conducción política de la Defensa Nacional y de las Fuerzas Armadas. Fue protagonista del último medio siglo de la historia reciente del Uruguay.

Además de político, fue un reconocido escritor y periodista con más de una decena de libros publicados. Sus restos fueron velados desde la hora 9 en la sede del Ministerio de Defensa Nacional, lugar que prácticamente se había transformado en su segunda casa, por las largas horas del día que Eleuterio Fernández Huidobro destinaba a la tarea. Hacía una semana que estaba internado en el CTI del Hospital Central de las Fuerzas Armadas.

Poco y nada había trascendido sobre su estado de salud salvo por algunas noticias más bien preocupantes. El propio presidente Tabaré Vázquez se había encargado de anunciar el fin de semana pasado en Carmelo que Huidobro, su ministro de Defensa, tenía un “problema de salud severa”, pero se encontraba “estable”.

Con el paso de los días, su estado se agravó y, finalmente, en la madrugada de ayer, dejó de existir. Fumador, el Epoc, una enfermedad crónica obstructiva pulmonar, le había sido diagnosticada hacía algunos años y desde entonces lo había tenido a maltraer, con varias internaciones por insuficiencia respiratoria.

También le pasaron factura las secuelas de su pasado guerrillero –tenía cinco tiros en el cuerpo, según el mismo relataba- y de su pasaje por los calabozos como rehén de la dictadura donde recibió un trato inhumano al igual que el resto de los miembros del MLN-T detenidos.

En sus últimos años, el sobrepeso le había afectado las articulaciones de las piernas y la cadera. Pocos meses atrás, le había confiado a un periodista de esta casa que tenía pendiente una operación para recuperar la movilidad. Por razones de accesibilidad, su despacho se había trasladado a lo que fue el quincho de oficiales en la sede ministerial, contiguo al edificio central.

La capilla ardiente fue instalada en el salón de de honor del Ministerio de Defensa. El féretro fue recubierto con la bandera nacional. Al pie, sobre una tarima, fue colocada la bandera del MLN-T. Y en otra tarima, la bandera de su club Peñarol, colocada por su presidente Juan Pedro Damiani.

El gobierno en pleno encabezado por el Presidente De la República Tabaré Vázquez, dirigentes de todos los partidos políticos, Frente Amplio y también de la oposición, miembros de las Fuerzas Armadas, así como el cardenal Daniel Sturla, familiares, simpatizantes políticos y amigos, despidieron al ex ministro.

A las 15 horas, partió el cortejo fúnebre rumbo al Cementerio del Buceo para recibir sepultura en el panteón del Casmu Nº5503. Allí hicieron uso de la palabra sus ex compañeros y ex integrantes del MLN-T Eduardo Bonomi y José Mujica y el comandante en Jefe del Ejército Guido ManiniRíos.

En un breve discurso en el cementerio, Bonomi expresó que “para medir la dimensión de algunos hombres no alcanza con tener en cuenta lo que hicieron, sino las circunstancias en que lo hicieron. El ‘Ñato’ vivió circunstancias difíciles, no solo apremios”. Y agregó que “para tomar decisiones que van contra lo que uno ha hecho, hay que tener una honestidad intelectual muy grande para tomar decisiones que no sean equivocadas.

El titular de Interior recordó que luego de salir de la cárcel, en 1984, “Fernández Huidobro fue quien dio una conferencia de prensa en los Conventuales donde anunció que se había decidido seguir la vía democrática como forma de ayudar a fortalecer la democracia. Ahí planteó que era imprescindible seguir trabajando para fortalecer una democracia primaveral. Luego fue consecuente, absolutamente consecuente con ese compromiso”.

Duelo Nacional

El Poder Ejecutivo decretó una jornada de duelo nacional y se dispusieron los honores correspondientes como Ministro de Estado. La bandera nacional lució a media asta en todas las sedes oficiales, incluídas las unidades militares de todo el país.

El presidente Tabaré Vázquez resolvió además que Jorge Menéndez, actual subsecretario de Defensa Nacional, asuma como ministro de Defensa. El canciller Rodolfo Nin Novoa fue el encargado de anunciar al nuevo ministro en la sede del Ministerio de Defensa, luego que se retirara del lugar el presidente Vázquez.

Menéndez asumirá en los próximos días y hasta tanto se encargará Nin Novoa de forma interina de la cartera de Defensa Nacional, agregó el canciller. En tanto que, el nuevo subsecretario, se resolverá en los próximos días.

Senador Jorge Larrañaga: “Adversario político y hombre de diálogo”

Varios dirigentes de la oposición, asistieron ayer al velatorio. Entre, otros, el senador nacionalista, Jorge Larrañaga, fue consultado sobre la figura de Fernández Huidobro. expresó que “fue un adversario político que, por encima de las diferencias, siempre tuvo una condición de diálogo”.

“Creo que el país pierde a un pensamiento claro, que más allá de los diferentes encuentros y desencuentros, rescato la autocrítica de un pensamiento libre, que incluso, discrepó con su fuerza política”.

La República


Mujica se emociona al despedirse de Fernández Huidobro, su «viejo compañero»

El expresidente uruguayo José Mujica dedicó su audición radial de hoy al fallecido ministro Eleuterio Fernández Huidobro, uno de los fundadores de la guerrilla urbana de izquierdas Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, en la que ambos participaron entre los sesenta y setenta.

Con esfuerzos para controlar la tristeza que dominaba su voz en varios momentos de la locución, Mujica se despidió a su forma de «el Ñato» -como apodaban a Huidobro- a través de la emisora M24.

«Hay días en que uno tiene ganas de poner el corazón bajo un zapato, por la sencilla razón de que se nos ha ido un viejo compañero», expresó Mujica sobre quien, al igual que él, estuvo encarcelado durante la dictadura uruguaya que tuvo lugar entre 1973 y 1985.

De origen español, Huidobro tenía 74 años y llevaba al frente del Ministerio de Defensa Nacional desde 2011, en los Gobiernos de José Mujica y de Tabaré Vázquez. Además, había sido senador desde el 2000.

Aunque nació en Montevideo, sus padres eran originarios de Melgar de Arriba, un pequeño pueblo ubicado en la provincia española de Valladolid, de poco más de 200 habitantes, limítrofe con la de León.

Huidobro falleció en la madrugada de este viernes en un hospital militar como consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) que padecía desde hace años, informaron a Efe fuentes oficiales.

El expresidente uruguayo acompañó tanto el velatorio de Huidobro -que será sustituido en el cargo por el viceministro de Defensa, Jorge Menéndez- como la ceremonia de entierro, ambos actos en Montevideo.

«Me quedo un poco solo con tu recuerdo. Con interminables tertulias para arreglar el mundo ¿Sabes una cosa? Estos son los momentos en que quisiera poder creer que hay otra vida y otros encuentros como siempre. Hasta siempre, ‘Ñato'», concluyó Mujica con la voz quebrada.

Terra


Eleuterio Fernández Huidobro. Biografía de unos de los fundadores del MLN-T, político, escritor y periodista

Eleuterio Fernández Huidobro, conocido como “El Ñato”, nació en Montevideo, el 14 de marzo de 1942. Cursó estudios primarios y secundarios en el Colegio y Liceo Santa María de los Maristas.

Fue fundador, Junto a Raúl Sendic Antonaccio, del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), durante los años 60.
Integró la dirección del Movimiento y fue autor de varios de sus principales documentos, así como de los llamados “Plan Satán” y “Plan Cacao”.

Cayo prisionero en el marco de la toma de la ciudad de Pando, ocurrida el 8 de octubre de 1969.

Dos años después, en la madrugada del 6 de septiembre de 1971, participó, junto a otros 105 prisioneros políticos y cinco presos comunes, de la fuga del penal de Punta Carretas, que por entonces era la cárcel de máxima seguridad.

La operación planificada en forma minuciosa, se conoció como “El Abuso”, incluyó la construcción de un túnel de unos 45 metros que unía a la celda 73 con una residencia de Solano García 2535, la cual había sido previamente copada por los tupamaros.

Fue detenido por segunda vez el 14 de abril de 1972, en la casa de Luis Martirena en la calle Amazonas, un episodio donde fue muerto por el Ejército el dueño de casa y su esposa.

Asimismo, participó de negociaciones con la cúpula militar en lo que se llamó la “Tregua Armada”.

Desde entonces, y durante toda la dictadura cívico-militar permaneció en prisión.

Pasó a ser uno de los nueve rehenes de la dictadura, recluido en condiciones infrahumanas de tortura, en casi total incomunicación -comprobadas luego por organismos como la Cruz Roja Internacional-, y bajo la amenaza de ejecutarlos si el MLN-T realizaba alguna acción.
Junto a Fernández Huidobro fueron también rehenes de la dictadura: Raúl Sendic, Mauricio Rosencof, José Mujica, Adolfo Wasem, Julio Marenales, Henry Engler, Jorge Manera y Jorge Zabalza, todos ellos considerados como “trofeos de guerra” por parte de los dictadores.
Fue liberado en 1985, y el 14 de marzo de ese mismo año encabezó la conferencia de prensa, junto al resto de los ex rehenes de la dictadura, en el Colegio de los Padres Conventuales.

En aquella instancia Fernández Huidobro dio lectura a una misiva de Raúl Sendic, y anunció una movilización para plebiscitar “un plan por la tierra y contra la pobreza”.

Actividad política

El MLN-T plantearía ingresar formalmente al Frente Amplio para participar de la vida política democrática. Su incorporación a la coalición de izquierda se produjo en 1989.

En las elecciones nacionales de 1999 resultó electo como diputado por el departamento de Canelones y senador de la República por Movimiento de Participación Popular (MPP), perteneciente al Encuentro Progresista-Frente Amplio. En dicha instancia optó por su banca en el Senado.

Asimismo, en las elecciones nacionales siguientes, de octubre de 2004, fue reelecto para desempeñar un nuevo período como senador de la República.

A raíz de que el Frente Amplio logró obtener la Presidencia de la República, por primera vez en su historia, y que el titular de la banca, José Mujica, fue designado como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernández Huidobro llegó a ocupar, en ciertas ocasiones, la vicepresidencia de la República y la presidencia del Senado.

En el año 2007 creó la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) un movimiento escindido del Movimiento de Participación Popular.

Asimismo, en los comicios nacionales de 2009, encabezó la lista al Senado por la CAP-L, y resultó elegido nuevamente como senador, para el periodo 2010-2015.

Pero en mayo de 2011 protagonizó un polémico episodio al renunciar al Senado por tener fuertes discrepancias con el proyecto de Ley interpretativo de la Constitución impulsado por el Frente Amplio que pretendía anular los artículos 1º, 3º y 4º de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.

El 26 de julio de 2011 el entonces ministro de Defensa Nacional, Luis Rosadilla, renunció al cargo por problemas de salud. Fue entonces que el presidente José Mujica lo nombró como nuevo ministro de Defensa.

Luego del triunfo electoral por segunda vez de Tabaré Vázquez, en las elecciones de 2014, Fernández Huidobro fue nombrado nuevamente ministro de Defensa, cargo que ocupó hasta pocos días antes de su fallecimiento, este 5 de agosto de 2016.

Periodista y escritor

Además de su fuerte actividad política, también ejerció el periodismo y fue un destacado escritor que incursionó en diferentes géneros literarios.

Fue columnista del quincenario (y luego semanario) “Mate Amargo” desde su refundación en 1986 hasta su cierre. También integró el consejo de dirección del diario La República.

Escribió más de una decena de libros. “Historia de los Tupamaros” 1986 y 1987. “La Tregua Armada”, escrito en 1987. “Memorias del calabozo”, escrito con Mauricio Rosencof en 1987 y 1988.

“La fuga de Punta Carretas” (1990). “Los dos mundos” (1991): Ensayo sobre economía y sociedad.

“Chile roto” (1993). Veinte años después del Golpe Militar en Chile, escrito junto a Graciela Jorge.

“Cebaduras” (1994), donde recopila y selecciona las columnas de análisis y opinión escritas en Mate Amargo. “Vacaciones” (1995), género de cuentos para niños.

“El tejedor” (1995). Ensayo biográfico acerca del gran periodista, sindicalista y dirigente político de izquierda Héctor Rodríguez.
“Artigas Olvidado” (2000). “En la nuca” (2000). “Bancada” (2001), recopilación de algunas de sus intervenciones parlamentarias.
“Desastre nacional” (2003) donde junto a Enrique Rubio denuncian los negocios de ANCAP en Argentina.

“El ataque” (2003), novela de aventuras para jóvenes. “Victoria” (2005), recopilación de las columnas escritas en el diario La República.

“Victoria”, reúne los escritos de contingencia, de batalla, de campaña electoral del año 2004. “Obvio”, la asunción de los compromisos de la nueva etapa de Frente Amplio Progresista en el gobierno.

“La batalla de la energía” (2006), una defensa de las fuentes alternativas y sostenibles de energía.

También recibió el Premio Bartolomé Hidalgo en el género Testimonios por “Memorias del Calabozo” y el Premio Ciudad de Montevideo por “La Fuga de Punta Carretas”.

La Red 21


Memorias de un combatiente

“Yo llamé a la lucha armada en mi país, está escrito; todos mis compañeros lo hicieron, obviamente. Si lo hice no puedo ahora decir que no lo hice, no puedo caer en esa incongruencia. Reconozco, eso sí, plenamente, que en mi país el terrorismo de Estado cayó con los 20 nudos de su látigo feroz sobre gente que no había hecho absolutamente nada, que fue presa, torturada, muerta y desaparecida por repartir un volante, por pertenecer a una organización legal. En mi caso yo sabía por qué estaba preso”.

“En la guerra, en esa desgracia repugnante que son la violencia y la guerra, se puede ser combatiente de muchos modos. En esa guerra siempre hay algunas reglas mínimas, que algunos suelen cumplir y otros no. Cuando se las cumple se gana respeto”

“Yo participé en las durísimas negociaciones de 1972, salí a la calle, herido; podría haberme ido. En aquel momento las Fuerzas Armadas confiaron en mí, yo volví al cuartel para después estar 13 años como rehén. Creo que eso, para mis enemigos (que no dejaron de tratarme mal por eso)… nobleza obliga a reconocer que hay palabra. No me fui del país: fui el último, como todos mis compañeros dirigentes históricos”

“O morimos peleando o caímos heridos y fuimos los primeros en comernos toda la cárcel que hubo que comerse y todas las torturas que hubo que comerse. No nos fuimos al exterior a hacer conferencias de prensa para después pasarnos al bando enemigo, como desgraciadamente ha pasado en muchos lados”.

En un artículo que escribió en “La República” en enero de 1996, Fernández Huidobro explicó qué une a los tupamaros con esa logia militar y qué los separa del resto: “Nosotros, los derrotados, sabemos mejor que nadie quién del otro bando estaba y quién no estaba allí donde se olía el acre aroma de pólvora recién quemada. Al borde del tacho, y también al de la muerte, las botas que pisaron nuestras cabezas en medio de los gritos eran casi todas de los Tenientes de Artigas. Pero seamos leales y digamos la verdad entera: sus cabezas también estuvieron en la punta de nuestras miras.

La República


Porque los viejos se van

De Eleuterio Fernández Huidobro

Porque los viejos se van
Porque la vida nos lleva
Porque las banderas pesan
Y cada vez más pesan
Porque vuelven a preñarse,
con vos de vos las banderas.
Y soplan vientos que llevan,
porque el presenta ya es tuyo
y porque el futuro te enreda.
No podrás escaparle y por eso
Invitamos a tu pelea.
Vení de tejer caricias,
vení de romper cadenas.
Manos de amamantar
y manos de quebrar leña
de matar heridas,
y heridas de labrar tierra,
para sostener el asta
de tan pesadas banderas
que del pasado vienen
y que al futuro van,
porque ellas son
tu incondicional herencia.

La República

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