Argentina: decenas de miles de personas marcharon contra el ajuste y en reclamo de trabajo
Organizaciones sociales, políticas y gremiales marcharon a Plaza de Mayo en reclamo de trabajo
Miles de manifestantes de movimientos sociales, políticos y gremiales se concentraronen Plaza de Mayo, luego de marchar 13 kilómetros desde Liniers en ocasión del Día de San Cayetano, en una jornada de protesta para reclamar al Gobierno una Ley de Emergencia Social.
Los organizaciones convocantes fueron la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie, la Corriente Clasista Combativa (CCC) y la Fundación La Alameda, que contaron con el respaldo en las calles de las dos corrientes de la CTA y de la CGT Azopardo que conduce Hugo Moyano.
Bajo el lema «Paz, Pan y Trabajo», la marcha se inició en la mañana de este domingo en la Iglesia de San Cayetano en Liniers, y avanzó por la Avenida Rivadavia, donde se fueron sumando distintas columnas de manifestantes, hasta llegar a Plaza de Mayo, donde por la tarde realizó un acto ante «más de 100 mil personas», según estimaron.
El discurso de cierre estuvo a cargo del Secretario General de la CTEP, Esteban «Gringo» Castro, quien instó al Gobierno a aplicar un «salario complementario universal» que garantice a los trabajadores de la economía popular el salario mínimo, vital y móvil.
«Lo que planteamos es que los trabajadores de la economía popular tenemos que tener los mismos derechos que los trabajadores que están protegidos por los convenios colectivos. Por eso pedimos la paritaria social, el salario universal complementario y tierras para los pequeños productores», explicó el dirigente en diálogo con NA.
Castro rescató que a partir de la «visibilización» del sector en Plaza de Mayo, se logró una relación de cooperación con las centrales sindicales que «acompañan esta pelea», y puntualizó que se eligió la fecha del Día de San Cayetano porque «expresaba un pasado de lucha del movimiento obrero contra la dictadura».
«Además elegimos el Día de San Cayetano porque creemos que nuestro pueblo no separa la fe de la lucha, como tampoco separa la fe de la vida», destacó.
En tanto, el coordinador nacional de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, quien también fue uno de los oradores del acto, aseguró que la movilización tuvo como objetivo «instalar la discusión de la pérdida de puestos de empleo de la economía informal».
«Era un tema que no estaba en agenda. El Papa mismo en la carta que hizo circular (el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María) Arancedo ha señalado que empieza a ver problemas de empleo», advirtió.
«La convocatoria nos ha desbordado. ha habido más de 100 mil personas», calculó, y evaluó que el nivel de respuesta a la convocatoria tuvo que ver con la pérdida de ingresos de las familias que dependían de changas para para afrontar su economía.
«Hay mucha angustia, muchas preocupación. Si no hay pan y si no hay trabajo, no hay paz. Es muy difícil pedirle a la sociedad que se quede en su casa muriéndose de hambre. Es una alerta para el gobierno para que pueda dar respuestas y rever sus políticas», concluyó el dirigente social en declaraciones a C5N.
Por su parte, el líder de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien estuvo presente en la movilización, calificó la protesta contra el Gobierno como un «gran momento de unidad del campo popular», en tanto que el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, apuntó contra la gestión de Cambiemos por las consecuencias sociales de sus políticas: «Este es un gobierno de los ricos que se está olvidando de los trabajadores».
También asistieron a la marcha referentes políticos, sindicales y sociales como jorge Taiana, Eugenio Zaffaroni, Osvaldo Bayer, Adolfo Pérez Esquivel, Emilio Pérsico, Fernando «Chino» Navarro, Roberto Baradel, Eduardo López, Víctor De Gennaro, Claudio Lozano, Víctor Santa María, Juan Manuel Abal Medina, Gabriel Katopodis, Gustavo Menéndez, Nora Cortiñas, Itaí Hagman y Jonathan Thea, entre otros.
Para el Gobierno, «se politizó una marcha genuina»
El tema no mereció reuniones especiales durante la semana, ni siquiera el viernes, el último día laborable antes de la manifestación. Para el Gobierno, la marcha que ayer caminó por la avenida Rivadavia fue «democrática» y con reclamos «compartidos», aunque destacó que la presencia de importantes dirigentes políticos del kirchnerismo le quitó «legitimidad» al reclamo de los movimientos sociales que llegaron a la Plaza de Mayo para protestar por los tarifazos y los despidos.
Desde la Casa Rosada fueron cautos ayer al evaluar la masiva marcha por la celebración de San Cayetano, que congregó ayer a manifestantes, dirigentes del sindicalismo combativo y referentes del kirchnerismo.
«Por supuesto que respetamos toda expresión democrática. También queremos que haya techo, tierra y trabajo. En eso estamos trabajando», explicaron ayer desde la jefatura de gabinete que encabeza Marcos Peña.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social, que encabeza la ministra Carolina Stanley, dejaron en claro que «el diálogo con quienes manifestaron sigue abierto», en referencia a Barrios de Pie, la CCC y el Movimiento Evita, con quien la propia ministra tiene contacto semanal. «Les jugó en contra que kirchneristas reconocidos se hayan hecho ver. Deslegitima un poco los reclamos», aclararon desde ese ministerio.
«Hay que diferenciar el sentimiento genuino de gente que va a pedir o a agradecerle a San Cayetano de quienes se subieron políticamente a esa marcha, adonde siempre va gente», agregó otro alto funcionario de un ministerio ligado a lo social.
Ganancia
Un subsecretario con despacho en la Casa Rosada vio el punto positivo de la presencia de dirigentes kirchneristas como Eugenio Zaffaroni o Jorge Taiana en la marcha. «Cada foto que sale de ellos nos suma», afirmó con ironía a LA NACION el funcionario, en referencia a los dirigentes kirchneristas presentes. Y lo comparó con la presencia de Luis D’Elía y Amado Boudou el viernes, en «defensa» de Hebe de Bonafini.
Desde Balcarce 50 enfatizaban también que ninguno de los sindicalistas que estuvieron el martes pasado en el anuncio de devolución de cuantiosos fondos a las obras sociales formó parte de la movilización de ayer. «Los que fueron, la izquierda y los peronistas más cercanos al gobierno anterior, siempre van a protestar, y lo entendemos», argumentó un funcionario.
Desde el Ministerio de Trabajo, en tanto, también ven un escenario de menor conflictividad luego del acuerdo con las tres CGT, centrales obreras que se unirán el próximo 22. «Los muchachos van a estar más tranquilos por un tiempo», especulaba un vocero de ese ministerio horas antes de la marcha por San Cayetano. No incluyó a los sindicatos más combativos.
Con respecto a la masividad de la marcha ayer por «pan, paz y trabajo», desde el Gobierno reconocieron lo «complicado de la situación», pero pusieron paños fríos. «En el conurbano no se ven focos demasiado conflictivos, no hay contexto para un reclamo de mayor violencia», afirmaban anoche desde el Gobierno.
El cambio trajo más conflicto
En el segundo trimestre de este año hubo un fuerte aumento de la conflictividad laboral. Se produjeron más conflictos en el sector privado, mientras que en el sector público los gremios juntaron filas, con lo que consiguieron dar a sus protestas una mayor intensidad. “Rompiendo con la caída tendencial que se había iniciado a mediados de 2014, el segundo trimestre de 2016 vuelve a ubicarse dentro de los más conflictivos de los últimos años”, dice el Observatorio del Derecho Social en su último informe sobre conflictividad laboral, negociaciones colectivas y mercado de trabajo. El centro de estudios de la CTA Autónoma pone este cambio en el contexto de aumento de los despidos y caída del salario real.
De abril a junio, el Observatorio registró 239 conflictos laborales. De ese total, 109 (el 46 por ciento) correspondieron al sector público, 106 (44 por ciento) al privado, 10 (4 por ciento) a ambos sectores y 14 (6 por ciento) fueron motorizados por trabajadores informales”.
Las provincias patagónicas, el área metropolitana de Buenos Aires y la región pampeana son las zonas donde hubo mayor proporción de medidas. En la Capital Federal y el conurbano los conflictos expresaron sobre todo situaciones de despido en empresas –el análisis subraya en este aspecto “los motorizados por los trabajadores de prensa”–, mientras que en la Patagonia hubo una incidencia mayor de los llevados adelante por trabajadores del sector público.
Los motivos que desencadenaron las medidas de fuerza fueron el deterioro de los salarios debido a la inflación y la continuidad de los despidos. En este paquete están incluidos los reclamos por la reincorporación de los cesanteados del primer trimestre, que siguieron siendo sostenidos.
El informe describe que el paro es la principal herramienta utilizada por los trabajadores privados, en este caso para frenar despidos o reclamar reincorporaciones. En cambio, los estatales recurren en igual proporción a huelgas y movilizaciones.
Un cambio detectado por el equipo a cargo del relevamiento es que los trabajadores públicos protagonizaron un menor número de conflictos, pero que en cada uno de ellos participaron más sectores. Así, se ve una estrategia de los gremios de agruparse, formando multisectoriales o mesas de unidad, para coincidir en una misma acción, expresando cada uno su reclamo sectorial, con un planteo compartido contra el ajuste. De esta manera logran mayor masividad.
“Otra característica de esas disputas es su prolongación en el tiempo, ya que en su mayoría se extendieron durante todo el trimestre”, marca el Observatorio sobre este cambio en las protestas de los estatales, ahora más centralizadas y de mayor duración.
El informe fue realizado por el equipo que dirige Luis Campos e integran Silvina Benevento, Julia Campos, Mariana Campos y Jimena Frankel.
Los especialistas encontraron también novedades en el ámbito de las negociaciones colectivas. “Resulta llamativo que el Ministerio de Trabajo esté homologando menos convenios y acuerdos”, indicó en este sentido Luis Campos. “Por ejemplo, si se consideran los últimos seis meses, la cantidad de homologaciones se redujo un 37,5 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. El semestre que pasó es el de menor cantidad de homologaciones desde el año 2007”.
¿A qué lo atribuyen? A modo de hipótesis, ya que es un comportamiento nuevo y que hay que ver si es sostenido, el especialista advierte su correspondencia con la ofensiva en favor de una nueva flexibilización laboral por parte de los sectores concentrados. “Si bien todavía resulta prematuro aventurar una explicación acerca de esta caída, no podemos dejar de mencionar mque uno de los reclamos formulados recientemente por el diario La Nación en su editorial sobre reformas laborales pendientes fue el impulso de la descentralización de la negociación colectiva y la eliminación de la homologación de los acuerdos y convenios por parte del Ministerio de Trabajo. En este sentido, no podría descartarse un interés de los empleadores, posiblemente compartido por la autoridad administrativa del trabajo, de debilitar la intervención estatal en la negociación colectiva, al menos a nivel de empresa que es aquel que se busca promocionar”.