Mercosur: El problema es Brasil y la vendetta paraguaya, no Venezuela – Por Rubén Armendáriz
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El canciller interino de Brasil, José Serra, exigió en Montevideo al presidente uruguayo Tabaré Vázquez, y a su canciller Rodolfo Nin Novoa suspender el traspaso de la presidencia pro témpore del Mercosur a Venezuela.
Serra se trasladó este martes hasta Montevideo -junto con el expresidente Fernando Henrique Cardoso – considerado el cerebro del golpe parlamentario en Brasil y quien trabajara arduamente por el Área de Libre Comercio de las América (ALCA) que permitía convertir al hemisferio en un protectorado de Estados Unidos-, para solicitarle a Uruguay, que ejerce la presidencia pro témpore en el primer semestre del año, para solicitarle “más tiempo, al menos hasta mediados de agosto, para realizar el traspaso de la presidencia”.
Sin dudas, el gobierno interino de Michel Temer busca una vía intermedia, que consiste en ganar tiempo y posponer la decisión a agosto, a sabiendas que sus socios del Mercosur no están seguros de la continuidad del gobierno golpista.
El deseo del gobierno “interino” brasileño enfrenta doblemente el Tratado de Asunción, constitutivo del Mercosur: subvierte el criterio de rotatividad de los países en la conducción del bloque y busca imponer sin consenso con los demás socios, su compulsión golpista, en el ataque más grave a la isntitucionalidad mercosureña en sus 25 años de existencia.
Jeferson Miola, quien fuera director de la Secretaría Administrativa del Mercosur, señala que el cambio abrupto de la política exterior brasileña en menos de 60 días de gobierno, no es un acto aislado, sino el resultado tangible del golpe de Estado perpetrado a través del fraudulento proceso de juicio político, con el fin de destruir los derechos y las con quistas sociales, laborales y previsionales, en dilapidar el patrfimonio y la riqueza brasileñas y en convertir a Brasil en una sucursal colonizada por las grandes potencias y el capital financiero trasnacional.
El argumento de Serra de que otorgar a Venezuela tiene que ser fruto de la “unanimidad”, es claramente atentatorio contra las mismas normas y estatutos del Mercosur. A la posición de Serra se suma la del gobierno de Paraguay que, en claro revanchismo, no olvida la suspensión de su país en el organismo regional tras el golpe blando con el presidente constitucional Fernando Lugo.
Nin Novoa dijo que Uruguay “no dará un solo paso para quedarse con la presidencia del Mercosur”. El pasado lunes 27 de junio ya había informado que “no habrá Cumbre de mandatarios en el traspaso de la presidencia pro témpore por parte de Uruguay a Venezuela”, por lo que el traspaso de presidencia se realizaría entre cancilleres: Nin Novoa le entregaría el mando a su par venezolana, Delcy Rodríguez.
En Venezuela no se ha producido “interrupción del orden democrático” y que por ello no existen razones jurídicas para frenar el traspaso de poderes, señaló Nin Novoa.“No es una situación inédita y no está asociada hacer el traspaso con una Cumbre presidencial. Por las condiciones políticas particulares que viven Venezuela y Brasil acordamos que se haga igual que el traspaso de la presidencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), es decir entre cancilleres”, agregó.
Serra, al ser consultado por la respuesta que obtuvo a su planteo de parte del gobierno uruguayo, respondió que “no había una idea de llegar a una conclusión”, y sacó otra excusa –aún más ridícula- de su maletín: en agosto vence el segundo plazo que se dio a Venezuela para cumplir con los “requisitos normativos” del Mercosur.
Serra evitó pronunciarse sobre la situación política interna de Venezuela –aun cuando fue un activo militante contra la entrada del país caribeño al Mercosur en 2012- y atribuyó su petición exclusivamente a cuestiones burocráticas ligadas a la adhesión del país al conjunto regional, apostando a que los temas legales y de normas de Venezuela no se resolverán hasta agosto, pero en ese mes Serra espera ser confirmado canciller y tener una posición más fuerte de negociación.
“La República Bolivariana de Venezuela rechaza las insolentes y amorales declaraciones del Canciller de facto de Brasil”, fue toda la respuesta de Venezuela, en un tuit enviado por la canciller Rodríguez.
“Estoy convencido, no solo yo, toda la clase política en Brasil, que el Senado va a aprobar por dos tercios el impeachment (juicio político) definitivo” a la presidenta Dilma Rousseff, dijo Serra. Pero la votación clave está prevista recién para después de los Juegos Olímpicos de Río, y sus pares del Mercosur no están convencidos de que Temer –y él- prosigan en sus cargos.
Días pasados el canciller paraguayo, Eladio Loizaga, presidente de la Liga Anticomunista, dijo que su país “no acepta traspasar la presidencia pro témpore a un Estado cuyo gobierno está buscando el cierre de un Poder del Estado a través del Supremo Tribunal de Justicia, el cierre de la Asamblea Nacional, que es la voz del pueblo”.
El lunes 11 de julio podría realizarse en Montevideo una cumbre de cancilleres, informó Loizaga en Asunción, pero añadió que de ella participarán solo los ministros de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. La reunión la había pedido Paraguay en el marco del protocolo de Ushuaia, sobre derechos humanos y preservación democrática del bloque. Paraguay es el único país que ha dado su apoyo explícito al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en el proceso de aplicación de la Carta Democrática de esta organización a Venezuela, un instrumento jurídico con el que busca aumentar la presión internacional sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Para el gobierno conservador español no es la Unión Europea sino Mercosur el que ha entrado en una profunda crisis. El diario El País se sumó a la campaña contra Venezuela y señaló este miércoles que Mauricio Macri, el presidente argentino, de visita a Europa, ha dado un giro sobre la posición de su canciller, Susana Malcorra, y ahora apuesta abiertamente por impedir que Venezuela asuma la presidencia pro témpore y que incluso ha propuesto “saltearse” el turno venezolano para que Argentina asuma la conducción del bloque regional.
No es novedad: las fuerzas más reaccionarias insisten en bombardear al Mercosur y a la integración regional. Y para ello no viene mal una pequeña ayuda de sus amigos (y mandantes) europeos y estadounidenses.
*Investigador del Cenro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)