¡Libertad para los precios políticos! (Venezuela) – Por Iván Padilla Bravo
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
¿Se les libera o se les deja escapar? Los precios políticos y no los supuestos «presos políticos» son el objetivo de la contrarrevolución que actúa en Venezuela para acabar con la Revolución Bolivariana y Chavista.
El término «político» o su uso en plural, tuvo siempre una carga peyorativa acuñada por las dictaduras, especialmente militares, en toda Nuestramérica. En el caso de Venezuela, la carga negativa de ese concepto se hizo popular, durante el período gubernamental de 40 años de puntofijismo, cuando se atribuía al aspecto más sórdido que caracterizaba a un tipo de funcionario, inoperante, ladrón, corrupto, demagógico y burócrata.
Es Hugo Chávez quien comienza a limpiar de impurezas al término y lo rescata –a partir de 1999- para su acepción o uso correcto, al comenzar a sanear el poder, ejercido bajo el modelo honesto y solidario, establecido por Simón Bolívar en su práctica y en sus discursos, especialmente el desplegado en el Congreso de Angostura.
Los precios pudiesen prescindir de su apellido «político», pero aquí lo utilizamos deliberadamente para referirnos (indistintamente si lo aplicamos a los presos o a los precios) al lado más oscuro y sórdido de ambos, a su connotación de mentiroso o falso. Es así como tenemos en la actualidad a presos seudo-políticos o también precios seudo-políticos. Es decir: presos de mentira o precios de mentira. Falsificados y divulgados mediáticamente para dar a entender, en el primer caso, de que estamos en presencia de prisioneros de conciencia o que están detenidos por expresar disidencias con el Gobierno Revolucionario. En el segundo caso, es aquí donde califico a los precios actuales, incrementados de manera descarada y sin control, cotidianamente, como políticos, por falsos, por inducidos, creados e impuestos.
La derecha recalcitrante, delictiva y golpista que dice hacer oposición en Venezuela, pide en campañas la libertad de los supuestos «presos políticos». También –validos de la mayoría numérica en la composición de la Asamblea Nacional- introducen y pretenden sancionar y aprobar leyes que les amnistíen, creando un marco de impunidad ante los asesinatos, robos o incitaciones al delito por los que se juzga, en nuestros tribunales ordinarios y mediante jueces naturales, a sus presos, a quienes pretenden revestir de una supuesta pureza de «políticos».
Esa misma derecha contrarrevolucionaria juega localmente (en Venezuela) con el establecimiento diario de precios políticos, que son incrementados en un claro ejercicio de la violencia imperial y de las transnacionales del capital, en el empuje para el agravamiento de una inflación, a todas luces inducida.
Ahora bien ¿se libera a los precios políticos? ¿Se establece una normativa o se decreta una medida gubernamental, de corte neoliberal, que los libere? La liberación de precios es uno de los objetivos que caracteriza a las políticas neoliberales y a las exigencias del capital financiero. Derrotadas en nuestro país, por el pueblo en la calle, a partir del 27 de febrero de 1989, las políticas neoliberales, estimuladas o ejecutadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o por el Banco Mundial (BM), no han cesado de trabajar y conspirar para asegurarse su regreso al país con la mayor reserva petrolera mundial comprobada y con la multiplicidad de riquezas naturales.
En el supuesto de que nos hiciésemos los locos o, en un supuesto negado (negado porque dejaría de ser Revolucionario nuestro Gobierno y las estrategias que guían nuestra Revolución) de que, se dejaran escapar los precios para no asumir responsabilidades en el regreso del mando neoliberal a nuestro país y a la conducción de su economía, se estaría permitiendo el derrumbe y la traición de un proceso que el propio pueblo proletario y pobre de Venezuela se ha forjado y que el Comandante Chávez supo acompañar consecuentemente con un claro liderazgo, cuyo legado transfirió a nuestro actual presidente, camarada Nicolás Maduro.
Ni liberarlos ni dejarlos que se escapen. Los precios de todos los productos, en Venezuela, deben ser sometidos a control del Estado, con políticas claras que beneficien los intereses soberanos de nuestro pueblo. Para eso también se ha creado la Gran Misión Abastecimiento Soberano, para eso este comando cívico-militar y la clara definición de sus funciones en defensa de la Revolución y, sobre todo, en la Defensa Integral de la Patria.
Las acciones deben ser rápidas, firmes e inscritas bajo el principio de ¡eficiencia o nada! Aquí estamos los soldados de la Patria para la defensa integral de la misma: ¡A sus órdenes, Comandante!
(*) Periodista venezolano.